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Evolucion de la alimentación en el Perú

Addy18Monografía5 de Septiembre de 2025

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“UNIVERSIDAD NACIONAL TORIBIO RODRIGUEZ DE MENDOZA DE AMAZONAS”

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TEMA:

EVOLUCIÓN DE LA ALIMENTACIÓN EN EL PERÚ”

DOCENTE:

Dr. Luque Chuquija Euclides Wálter

Junio 2025

INDICE:

OBJETIVOS:        3

1.        INTRODUCCIÓN:        3

2.        MARCO TEÓRICO:        4

2.1.        ALIMENTACIÓN PREHISPANICA        4

        Periodo lítico y primeros cultivos        4

        Periodo incaico:        6

2.2.        PERIODO COLONIAL:        8

2.3.        ERA CONTEMPORÁNEA:        9

3.        CONCLUSIÓN:        11

4.        REFERENCIAS BILIOGRÁFICAS:        13

OBJETIVOS:

General: Analizar si debido a la evolución de los hábitos alimenticios se ha perdido la calidad y esperanza de vida en la población peruana

Específicos:

  • Explicar y describir las características de la alimentación en el Perú a lo largo de los años
  • Reflexionar sobre la importancia de preservar elementos de la alimentación tradicional saludable.

Pregunta de investigación: ¿se ha perdido la calidad nutricional con la evolución de la alimentación en el Perú?

  1. INTRODUCCIÓN:

Comer va mucho más allá de satisfacer una necesidad biológica; es un acto que habla quiénes somos, nuestras raíces y de recetas que se han transmitido de generación en generación, de mano en mano y se ha convertido en una fuente esencial para recordar la resistencia de nuestros antepasados.

 A lo largo de siglos, nuestra alimentación ha sufrido cambios constantes partiendo desde la llegada de los españoles, las migraciones y el creciente proceso de globalización ha cambiado nuestra mesa y lo que nos llevamos a la boca.

 Es así que la presente investigación busca comprender la evolución de la alimentación en Perú, desde épocas en las que no existían alimentos que actualmente consumimos hasta el presente, con el objetivo de explorar el efecto en nuestra salud, nuestra cultura y nuestra identidad como peruanos, porque al final, lo que comemos no solo construye nuestro cuerpo, sino también nuestra historia y nuestro futuro.

  1. MARCO TEÓRICO:

El Perú es tierra de contrastes y memorias vivas encontrando en cada rincón una diversidad inigualable. Desde el ardiente desierto de Sechura hasta el fértil valle del Mantaro, cada espacio guarda secretos milenarios y sabores que cuentan historias. Somos herederos de una cultura que no solo construyó grandes caminos y templos que aún siguen firmes, sino también una gastronomía que hoy deslumbra al mundo entero, cruzando fronteras, y conquistados paladares. Pero, entre tanta fama y reconocimiento, surge una pregunta inevitable: ¿siempre comimos así? ¿La alimentación que tenemos hoy refleja esa sabiduría ancestral o nos hemos alejado de ella? Comprender cómo se alimentaron nuestros antepasados es, también, redescubrir quiénes somos y en que se convirtió nuestra alimentación.

  1. ALIMENTACIÓN PREHISPANICA

  • Periodo lítico y primeros cultivos:

Hace cientos de años, los primeros habitantes del antiguo Perú se desplazaban por territorios inundados de una vasta vegetación en busca de mejores condiciones para sobrevivir y la vida giraba en torno a la búsqueda constante de alimentos, porque sin estos una sociedad, cultura no existiría. En su etapa más primitiva, cuando aún eran nómadas y la agricultura no existía, se dedicaban principalmente a recolectar frutos silvestres, raíces comestibles y cazaban animales utilizando herramientas rudimentarias con la famosa técnica del chaku, que consistía en rodear al animal hasta acorralarlo y seguidamente sacrificarlo. Sin embargo, con el paso del tiempo, el antiguo poblador andino dejó atrás su estilo de vida nómada y se estableció en asentamientos más permanentes. Este proceso de sedentarización trajo consigo cambios fundamentales, entre ellos el desarrollo de la agricultura, que permitió asegurar una fuente constante de alimentos y transformó la forma de alimentarse.

Gracias a este cambio, comenzaron a cultivar y consumir diversos productos andinos que hasta hoy son parte esencial de nuestra identidad. Entre los primeros alimentos domesticados se encuentran la papa (Solanum tuberosum), la oca (Oxalis tuberosa) y el olluco (Ullucus tuberosus), en la Cueva del Guitarrero, en Áncash, también se encontraron evidencias de otros cultivos tempranos como el frejol (Phaseolus vulgaris), el pallar (Phaseolus lunatus), el ají (Capsicum) y nuevamente raíces como la oca y el olluco.

El pallar, junto con la calabaza, la achira y el tarwi, está considerado entre las plantas más antiguamente cultivadas en nuestro territorio  (Cien años de pan, s. f.). Asimismo, el zapallo loche no solo se consumía como alimento, sino que también tenía múltiples usos prácticos: se empleaba como recipiente de agua, como olla para cocinar y hasta como flotador para la pesca

Estos cultivos marcaron el inicio de una relación profunda entre el ser humano y la tierra, y serían la base de la dieta andina durante miles de años, brindándoles muchos nutrientes en su alimentación.

Con el paso del tiempo los auquénidos, como la llama y la alpaca, pasaron de ser presas de caza a convertirse en valiosos compañeros del hombre andino (Fernando Cabieses - Cien Siglos Pan, s. f., p. 31), no solo les proveían cuero, transporte y lana sino también una fuente de carne, aunque se dice que su consumo era limitado. Sin embargo, un aspecto llamativo de la alimentación prehispánica es que, a pesar de domesticar animales, los antiguos peruanos no consumían leche,  y esto según el médico e investigador Fernando Cabieses se explica porque  dicho alimento no formaba parte de su dieta, y Horkheimer plantea que esta ausencia podría estar relacionada con una estructura social influenciada por el matriarcado, donde se protegía especialmente a las hembras, evitando prácticas como el ordeño o la recolección de huevos. Además, los auquénidos no eran grandes productores de leche, y su consumo estaba restringido por creencias mágicas y supersticiones.

Con esto se podría pensar que el estado nutricional de la población no era óptimo y esto no es así, los niños se alimentaban exclusivamente con leche materna hasta los dos años, y luego compartían la misma dieta que los adultos (Cien años de pan, s. f., p. 33)

Además, dado que ingerir carne de auquénidos estaba limitado, el cuy se convirtió en una importante fuente de alimentación para los antiguos peruanos, el cual según Infobae aporta más proteína que cualquier ave, vacuno o porcino, además de tener una baja cantidad de grasa. Así, incluso sin productos lácteos ni huevos, la alimentación del antiguo peruano fue equilibrada, adaptada a su entorno, y profundamente respetuosa de su cosmovisión.

  • Periodo incaico:

Los orígenes de la cultura inca se remontan a mediados del siglo XV y en menos de un siglo, lograron consolidar uno de los imperios más grandes y complejos de América. Esta expansión no hubiera sido posible sin una base sólida: una alimentación adecuada que sustentara tanto la vida cotidiana como la organización militar, social y religiosa del Tahuantinsuyo.

Aunque la sociedad inca estaba claramente dividida en clases, algo que destaca Rosario Olivas en su libro La cocina de los incas es que tanto la nobleza como el pueblo se alimentaban solo dos veces al día: la primera entre las 9 y 10 de la mañana, y la segunda unas horas antes de la puesta del sol, entre las 4 y 5 de la tarde. A pesar de compartir estos horarios, la dieta variaba notablemente según la clase social, tal como se explica en la Enciclopedia Temática del Perú, Tomo 16.

El pueblo, organizado en ayllus, estaba conformado por la mayoría de la población, quienes llevaban a cabo labores físicas intensas que requerían un alto consumo calórico. Su alimentación se basaba en productos como el maíz, la papa y derivados como el chuño, un tubérculo deshidratado por congelamiento que permitía conservarlo durante meses.

En cambio, la nobleza gozaba de una dieta más selecta y aunque tenían mucha comida no caían en la gula, su alimentación se basaba en productos como el pescado fresco, que era trasladado desde la costa hasta Cusco en un máximo de dos días, por el sistema de chasquis. También consumían moraya, un producto similar al chuño, pero de preparación distinta: primero se remojaba en agua y luego se congelaba, lo que lo hacía más agradable al paladar. Este insumo, reservado para la élite, era símbolo de distinción.

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