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FUNDACION RAZON PUBLICA


Enviado por   •  5 de Septiembre de 2013  •  Tesis  •  1.742 Palabras (7 Páginas)  •  339 Visitas

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Por qué resultan tan caros los medicamentos?

POLITICA Y GOBIERNO

FUNDACION RAZON PUBLICA

Domingo, 04 de Agosto de 2013 21:53

Razón y no razón

Dos cosas han quedado claras tras el reciente contrapunteo entre el ministro Gaviria y Juan Gossaín sobre los precios de los medicamentos... espero.

La primera: que ambos tienen razón. Gossaín cuando dice que los medicamentos están muy caros y que, en muchos casos, son más caros aquí que en los países ricos. Y el ministro cuando dice que se están dando pasos cuidadosos, pero enérgicos, para regular un mercado complejo, difícil y donde se mueven grandes intereses y poderes.

Pero no tiene razón ninguno de los dos cuando debaten si todos los medicamentos son más caros en Colombia que en el resto del mundo. Por supuesto que en Colombia hay medicamentos más baratos que en el mundo entero. Y hay medicamentos más caros que en cualquier otro país.

Promedios y extremos

El pasado 25 de julio, el Ministerio de Salud anunció la aplicación de controles — con reducción de precios importantes — sobre 195 medicamentos de alto costo y de alto impacto en el sistema de salud. Reducciones que resultan de comparar lo que se paga en Colombia y lo que se paga en 17 países de referencia, de manera que acabemos pagando elpromedio más bajo entre ellos. El ministerio estima ahorros por más de 300.000 millones de pesos anuales.

Pero la media aplicada indica que para 44 principios activos y 240 medicamentos de alto impacto, en 195 productos — el 81 por ciento — los precios efectivamente eran más altos que los de referencia internacional.

Ahora, es preciso distinguir dos asuntos:

• Uno es si en Colombia pagamos más que en el vecindario por los mismosproductos. Y la respuesta es que sí, pero con excepciones y variaciones.

• El otro asunto — realmente importante — es por qué un medicamento puede costar más de un millón de pesos — 1,5 veces el salario mínimo — y hasta la abrumadora suma de 70 millones de pesos mensuales.

Más allá de preguntar quiénes pueden pagar estas sumas por productos que normalmente no eligen comprar, hay que plantearse la cuestión de si un país puede aguantar precios semejantes.

No fue otra la razón de la emergencia social del 2009 y es una causa fundamental — aunque no única — de la actual crisis del sistema de salud de Colombia. En realidad, es causa de crisis más o menos severas en los sistemas de salud de todo el mundo.

Salud y lujo

No todos los medicamentos son caros en Colombia. El vilipendiado ibuprofeno — uno de los mejores medicamentos en la historia de la humanidad — cuesta apenas 200 pesos en su versión genérica. Pero hay marcas “prestigiosas” de “prestigiosos” laboratorios, cuyo precio resulta 20 y hasta ¡100! veces mayor que la versión genérica.

Los medicamentos no deberían tratarse como una mercancía cualquiera. Pero para efectos de fijar su precio, se tratan como si lo fueran. Peor aún: como si fueran una mercancía de lujo.

En los aeropuertos existen tiendas libres de impuestos que venden productos carísimos — sin impuestos, eso sí — para quienes pueden pagarse viajes al exterior. Perfumes o prendas de vestir de diseñadores de “prestigio” o de marcas “reconocidas”.

¿Qué tienen en común estos productos? Que el costo de producción puede representar menos del 10 por ciento de su precio de venta: las inversiones en publicidad, en empaques, en vendedores, en mercadeo y en un largo etcétera — que incluye un enorme margen de ganancia — explican su precio final. Definitivamente es mejor negocio venderles a los ricos que a los pobres.

La diferencia es que, en general, nadie está obligado a comprar los productos de lujo. Al contrario, la decisión de compra pretende demostrar que el dinero le sobra al poseedor de semejante producto. La marca de “prestigio” transfiere el prestigio a su portador.

En cambio, tratándose de un medicamento, quien lo compra no lo escoge ni es libre de decir si no lo compra por estar muy caro. Y esto es válido tanto para un individuo como para todo un sistema de salud (tutelas mediante).

Eso explica por qué el vendedor invierte grandes sumas para convencer a los médicos — demasiados fáciles de convencer en mi opinión… y es la opinión de un médico, que conste —que sugieran a sus pacientes que solo lo mejor es bueno, que los genéricos son más baratos porque no son de la misma calidad y que las enormes diferencias de precio son diferencias de calidad.

Mauricio Gómez — en un reciente reportaje en CM& — mostraba cómo tanto los médicos como los pacientes efectivamente consideran que los genéricos no son iguales a los de marca, que se necesita el doble de la dosis, que se demoran más para actuar, que no sirven.

La estrategia resulta fácil de entender:

• parto de un producto que realmente vale 1 peso;

• me gasto 10 pesos en visitar médicos convenciéndolos de que es lo máximo y de que los genéricos no sirven;

• otros 10 pesos en “lobistas” que defiendan la libertad de precios;

• otros 10 pesos en abogados que busquen mecanismos para evitar la competencia;

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