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Japon Y Mexico


Enviado por   •  20 de Abril de 2015  •  2.302 Palabras (10 Páginas)  •  230 Visitas

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HISTORIA DE LA RELACIÓN BILATERAL

Los primeros contactos de amistad entre México y Japón se dieron con el naufragio del Galeón San Francisco frente a las costas de Iwawada (hoy Onjuku) en su camino de regreso de las Filipinas a la Nueva España el 30 de septiembre de 1609, cuando los tripulantes del galeón recibieron ayuda de la población de esa localidad japonesa. Gracias a esta acción, se salvaron 317 tripulantes, de 376 que viajaban en la nave. El gobernante japonés de la época, el shogún Tokugawa Ieyasu, ordenó a un ex marino inglés, William Adams, que facilitara a los novohispanos una nueva embarcación, que se llamó el San Buenaventura, en la que lograron retornar a la Nueva España casi un año después, el 23 de octubre de 1610.

Si bien antes de 1609 se registraron comunicaciones entre japoneses, españoles y novohispanos en las Filipinas, así como incidentes como la ejecución en 1596 de Felipe de Jesús, originario de la Nueva España, y de 25 misioneros católicos en Nagasaki, el naufragio del San Francisco es significativo porque propició la primera negociación directa entre un alto funcionario de la Nueva España, y para entonces ex gobernador de las Filipinas, Rodrigo de Vivero y Aberruza, con el shogún Tokugawa Ieyasu, máximo gobernante del Japón de la época. En su encuentro intentaron fijar, a través de un tratado, los marcos de una relación económica y política mutuamente conveniente. A pesar de ese prometedor comienzo, el intento de establecer una relación provechosa se frustró debido a que la Corona española no ratificaría el proyecto de convenio (las Capitulaciones) negociado entre Rodrigo de Vivero y el Shogún.

Los primeros visitantes japoneses llegaron a México en 1610, en principio sólo acompañando a Rodrigo de Vivero en su viaje de retorno. En 1614, Hasekura Tsunenaga llegó a Acapulco con 60 samuráis y 130 comerciantes, enviado por el daimio católico Masamune Date, señor de la región de Sendai. Hakekura, quien se había convertido a la religión católica, tenía la misión de convencer al Rey de España y al Papa para que autorizaran el envío de más frailes franciscanos a Japón desde la Nueva España, pero su misión fracasó.

En los siguientes años se registran desavenencias de origen religioso que culminarían con la expulsión de todos los españoles y novohispanos del territorio japonés y, en 1638, con la decisión del Shogún de poner fin a los contactos con todas las potencias europeas, con excepción de Holanda. Japón y la Nueva España no habrían de establecer relaciones diplomáticas ni comercio directo o comunicaciones por largo tiempo. Esto no significa, sin embargo, que todos los contactos se suspendieron. El comercio y el contacto entre personas continuaron por varios siglos a través de China y las Filipinas. Productos japoneses como textiles, biombos y objetos de arte llegaban esporádicamente a la Nueva España, transportados en el Galeón de Acapulco a Manila. Al igual que en otras naciones asiáticas, en Japón se extendió el uso de monedas de plata mexicana durante varios siglos. Asimismo, en 1732 fue publicado en la Ciudad de México un libro sobre el idioma japonés. Estudios recientes también demuestran que algunos de los japoneses que viajaron con Rodrigo de Vivero y después con Hasekura permanecieron en la Nueva España. Probablemente otros japoneses que se con convirtieron al catolicismo, usando nombres cristianos, llegaron a la Nueva España vía Filipinas durante el largo periodo que Japón se aisló del mundo. Los contactos oficiales reiniciarían hasta el siglo XIX después de la Restauración Meiji en Japón y de que México obtuviera su independencia.

En 1854, las noticias sobre la decisión de Japón de poner fin a su política de aislamiento fue recibida con interés por algunas personas en México que tenían conocimiento de las negociaciones que Rodrigo de Vivero había celebrado con el Shogun, por lo que decidieron publicar el manuscrito en el que detalló su experiencia en Japón y sus negociaciones con el Shogun. Se trata de un documento que aparentemente escribió durante su viaje de regreso a México o inmediatamente después de su llegada a Acapulco el 27 de octubre de 1610. También se recordaban los vínculos comerciales que por siglos había mantenido el país con Asia a través del Galeón Acapulco-Manila, contacto que había terminado durante la Guerra de Independencia. Sin embargo, en esos años Japón entró en un periodo de turbulencia que llevó a la Restauración del Emperador Meiji, al tiempo que México enfrentaba intervenciones extranjeras y guerra civil.

En 1874 una comisión mexicana de astrónomos, encabezada por Francisco Díaz Covarrubias, viajó a Japón para observar el paso del planeta Venus por el círculo solar el 9 de diciembre y para, a partir de esas observaciones, determinar las dimensiones reales del sistema solar. La Comisión presentó un largo y bien documentado reporte sobre sus observaciones astronómicas que recibió elogios de sus colegas estadounidenses, franceses y rusos. También produjeron un notable reporte sobre la situación económica, política y social de Japón. Su recomendación final era que el gobierno mexicano debía buscar el establecimiento de relaciones diplomáticas, de comunicaciones y comercio directo con Japón.

Las negociaciones para tal propósito comenzarían unos años después en Washington. En un principio, Japón dudó porque en esos momentos estaba tratando de renegociar los tratados desiguales que mantenía con países occidentales, mismos que le habían sido impuestos al final del periodo Tokugawa. Sin embargo, luego de fracasar en ese intento, el Ministro de Asuntos Exteriores de Japón, Okuma Shigenobu, aceptó la propuesta del gobierno mexicano para negociar un acuerdo en términos de igualdad. Las negociaciones fueron rápidas y exitosas, concluyendo con un Tratado que fue firmado en Washington el 30 de noviembre de 1888 por los ministros Matías Romero y Munemitsu Mutsu.

Para Japón fue el primer tratado que reconocía plenamente su jurisdicción nacional sobre todas las personas dentro de su territorio, así como su capacidad para imponer impuestos a los bienes importados de acuerdo con sus intereses comerciales. De hecho, Japón pudo renegociar los tratados desiguales que mantenía con países occidentales usando este Tratado como precedente legal. Para México fue el primer Tratado que firmó con una nación asiática, mismo que contribuiría a renovar los viejos vínculos con ese continente.

Hoy la Embajada de México se asienta en el mismo terreno que el gobierno japonés decidió facilitarle en 1892 luego del establecimiento de relaciones diplomáticas.

El Tratado de Amistad, Comercio y Navegación de

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