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La Bestia


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2013  •  4.658 Palabras (19 Páginas)  •  516 Visitas

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La Bestia, el tren de la muerte a Estados Unidos.

“No te duermas, sobre todo no te duermas”...

El viaje de los indocumentados en busca de unamejor vida, o de la muerte:

La Bestia, el tren de la muerte que cruza desde Guatemala al sur de México con inmigrantes ilegales aferrados a la partesuperior de los vagones buscando una vida mejor.

Cientos de emigrantes centroamericanos y sudamericanos buscan su futuro en un tren de mercancías. ‘La Bestia’, como así se denomina a este convoy que recorre México de sur a norte, puede marcar la diferencia entre alcanzar el sueño americano o descubrir el infierno. Y, por desgracia, son muchos más quienes ven frustrada su larga escapada a lomos de ‘la Bestia’ que quienes logran superar el trayecto sin contratiempos para iniciar una nueva vida enEstados Unidos

“Usted no parece un indocumentado”, me dice altivo el jefe de la estación de tren de Ixtepex, en Oaxaca, México. “No lo soy”, le respondo. “¿Entonces por qué se va a subir a la Bestia y jugarse la vida?”, me pregunta.

Sin embargo le caigo bien al jefe de estación:“Súbete en los remolques de cemento, que tienen un pequeño espacio entre vagón y vagón que te protege del viento” —me sugiere—, “¡ah!, y toma esto por si acaso…”, y me da dos garrotes de madera. “Para que tengas algo para defenderte por si las Maras suben esta noche a la Bestia”.

“La Bestia”, “El tren de la muerte”, “El devoramigrantes”, son muchos los nombres que le han puesto a ese tren que cruza México de sur a norte y en el que los migrantes son robados, violados, secuestrados o asesinados . Y son muchos los que creen que maquinistas y encargados de los cambios de vías están compinchados con las Maras y los narcos que los asaltan. Que ellos son los que bajan la velocidad del tren en determinados tramos o avisan de los horarios de salida de los convoyes.

Hombres y mujeres que no tienen ni para pagarse un billete de autobús con el que atravesar México . Son vulnerables, débiles, y tienen miedo. Para los narcos y las mafias son un objetivo fácil, ilegales en un tren de carga, es decir, mercancía a la que robar o secuestrar para extorsionar a las familias. ¿Quién los va a reclamar si los matan y los tiran del tren en marcha? ¡Si la mayoría de ellos no lleva ni documentación para evitar ser deportados si los detienen!. Serían un cadáver más en una fosa común más, como las muchas que hay en México.

Suenan dos silbidos largos y agónicos. Son las tres de la mañana. El tren de carga que hace la ruta hasta Medias Aguas inicia su camino.

Corremos con nuestras cámaras y nuestros garrotes porque hay que subirse en marcha. Correr un poco hasta ponerte a la misma velocidad que el tren y entonces saltar a la escalerilla del vagón procurando que la inercia que provocan las ruedas de acero no te succione.

Decenas de migrantes han fallecido o han sido amputados de esa manera. He visto a algunos de ellos. Me han contado como se cayeron, o se resbalaron, o fueron empujados durante un asalto.

Es el tributo que se cobra la Bestia. Para que pasen muchos de ellos, se tiene que quedar con alguno.

Y lo que mas me sorprende es que, efectivamente, a pesar del peligro no dejan de subirse a ese tren que les lleva hacia el sueño americano.

El corredor México – EE UU es el más importante del mundo según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Elijo un vagón de la compañía cementera Cemex. Mala suerte. El hueco está lleno. Hay tres hombres jóvenes cubiertos con gorras de béisbol y vestidos con sudaderas.

No hay demasiado sitio. El espacio del centro es el mas codiciado porque es el mas protegido del viento y el frío. Les saludo y encendemos el foco de la cámara. Se sorprenden .

Si son emigrantes seremos compañeros de un viaje incierto, si son halcones, emigrantes que trabajan para los narcos localizando a las víctimas mas débiles, se sentirán cohibidos.“Somos de Guatemala”, me dicen los jóvenes.

Llevan una mochila con algo de ropa y comida, una mochila pequeña, por si tienen que salir huyendo de los controles de migración. Pero sobre todo llevan en el rostro la incertidumbre de un viaje largo, peligroso e incierto. Van cabizbajos, como queriendo pasar desapercibidos. O quizás están perdidos en sus propias dudas. Muchos de ellos no llegarán a su destino. Se los tragará la Bestia

Ninguno sonríe. Están serios. Más bien tristes.

Es lo que los psicólogos llaman el “Síndrome de Ulises” , el estrés crónico y múltiple que sufren casi todos los emigrantes.

El tren es todo un código que descifrar . ¿Qué vagones van a salir? ¿Cuál es la máquina que va para

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