La Cultura Chupícuaro En Salvatierra
oscareclub26 de Noviembre de 2013
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ANTECEDENTES
En el municipio de Salvatierra, Guanajuato existieron asentamientos indígenas, los nombres de algunas comunidades que lo atestiguan son: Eménguaro, Maravatío y Urireo. Se ha probado que varias culturas se asentaron en diversas partes de nuestro municipio, como son la Chupícuaro, la Tolteca-Chichimeca y la Purépecha o Tarasca, siendo los sitios arqueológicos más importantes los que circundan el cerro de Culiacán (por ejemplo La Quemada), por ser éste el legendario Aztlán de donde salieron algunas de las culturas más importantes en todo Mesoamérica.
La Cultura Chupícuaro: corresponde al periodo Preclásico y floreció entre los años 400 a.C. al 200 a.C., se desarrolló en la ribera del río Lerma, cerca de la ciudad de Acámbaro, desafortunadamente muchos de los restos materiales de ésta cultura quedaron bajo las aguas de la presa "Solís". Se dedicaban a la caza, pesca, recolección de frutos y cultivos del maíz, así como a la elaboración de cerámica de barro característica con colores rojo, negro y blanco y de figurillas de barro que representan principalmente a mujeres, que están relacionadas con la fertilidad. También fabricaron puntas de lanzas con obsidiana y joyería con huesos y conchas. (Zavala & Corona, 2009)
La cultura Chupícuaro se estableció alrededor del 650 a.C., sobre las riveras aledañas a la confluencia de los ríos Lerma y Coroneo en la región sur del actual estado de Guanajuato, constituyéndose como un pueblo agrícola cuyo desarrollo tuvo una influencia notable en las culturas teotihuacanas, toltecas y centro occidente.
La toponimia “Chupícuaro” se integra por dos vocablos de origen tarasco: “Chupicua” cuyo significado es “Color azul” y “Ro”, que quiere decir “Lugar”, por lo que el significado bien puede establecerse como “En el lugar azul”, de especial relevancia si se atiende a la importancia del color azul en el pensamiento cosmogónico indígena, asociándolo al concepto de lejanía en tiempo y espacio.
La cultura Chupícuaro es ampliamente conocida por la riqueza de su repertorio cerámico; sus colores brillantes, su iconografía, la variedad de sus formas y sus evidentes cualidades estéticas le infirieron gran personalidad. Su decoración se basa principalmente en un estilo de carácter geométrico donde una sola línea puede parecer demasiado simple como motivo decorativo, más no si entra en combinación con otras cuya única diferencia es el color, lo que deriva en la afortunada composición y combinación cromática tan característica en su decoración.
Ejemplos extraordinarios de la cultura Chupícuaro son las vasijas, objetos y figurillas antropomorfas que representan partes del cuerpo humano, cabezas, caras, piernas y pies, combinando técnicas como el modelado y el pastillaje.
El rojo que fue uno de los colores más usados entre los antiguos alfareros, se combinó con otros colores, como el crema y el negro, los cuales, con el engobe y bruñido respectivo, dotaron a su producción alfarera de notable brillantez y gran firmeza tonal.
Una de las características más interesantes de la cerámica de Chupícuaro radica en la belleza de sus elegantes formas, cuya técnica de factura repercutió en el quehacer alfarero de las culturas ubicadas en la frontera septentrional de Mesoamérica, y hasta más allá de su propio tiempo.
“Chupícuaro, esplendor de una cultura”, es una muestra que testimonia el alto nivel de desarrollo alcanzado por esta cultura, más allá de las grandes construcciones, donde su refinamiento y enorme capacidad creadora quedo perfectamente plasmada en la innegable riqueza de su quehacer alfarero. (Morado, 2009)
Ejemplos extraordinarios de la cultura Chupícuaro son las vasijas antropomorfas que representan partes del cuerpo humano, cabezas, caras, piernas y pies, combinando técnicas como el modelado y la pintura para dar un efecto realista. En el arte funerario de esta época temprana se observa la predilección por las imágenes de aves y peces, ya que idealizaron los animales de los cuales se servían para su supervivencia y por la importancia de estos en la dieta, además en el caso de las aves por el papel que ocupan en la cosmología como mensajeros divinos, portando las semillas en los ritos agrícolas.
En cuanto a las representaciones humanas modeladas en barro, las hay huecas que siguen la misma decoración de las vasijas, así como sólidas que son las más notables por la calidad y complejidad. Las figuritas de Chupícuaro son pequeñas obras de arte hechas con delicadeza y simplicidad. Este tipo está realizado a base de patillaje que consiste en añadir tiras de barro a la superficie, la decoración se centra en la cabeza, se caracterizan por tener los ojos alargados y la nariz extendida hacia la barbilla, dejando el resto del cuerpo sin ornamentación; los cuerpos son pequeños en proporción a la cabeza, la cual puede medir la mitad de la altura total de la figurilla que
va de 7 a 13 centímetros, un reducido número de ellas tiene sólo indicadas las manos y los pies. La mayoría de las figurillas están de pie, cuando aparecen sentadas, las piernas son cortas y los brazos descansan en el pecho o abdomen. (Villatoro, 1997)
Los muertos eran enterrados en tumbas simples, cavadas entre 1,5 y 2 m de profundidad. Los cuerpos se encuentran extendidos, de espaldas, sin seguir una orientación fija, aunque muchos están alrededor de tecuiles o fogones. Otros están delimitados por bolas de piedra, figurando tumbas incipientes. Junto a los cuerpos se encuentran abundantes ofrendas de cerámica, figurillas, adornos de jade, entre otros. Incluso algunos de los muertos eran acompañados por sus perros, enterrados cuidadosamente, posiblemente con el fin de que los guiara en el más allá. También hay entierros en urnas y casos en que se presentan cráneos aislados y cortados, lo que ha sido interpretado como posibles cabezas trofeo. (Museo local de Acámbaro, 2013)
Además de las figurillas y recipientes, esta cultura ha proporcionado otras variedades de objetos cerámicos, entre ellos cabe mencionar, vasijas miniatura, orejeras, tepalcates re trabajados que probablemente sirvieron de pesas para las redes de pesca, collares, estatuillas femeninas y de animales, instrumentos musicales bien elaborados, tales como, ocarinas, silbatos, flautas y sonajas.
Otros objetos son de concha, de huesos y de piedra, que inducen a pensar que ya practicaban un comercio con pueblos lejanos. Entre estos objetos, fue encontrado, en el cerro del Conejo, cerca de San José del Carmen, un collar de conchas y caracoles intactos, y algunas boleadoras o bolas de piedra que seguramente servían para cazar o jugar.
La influencia teotihuacana se manifestó en Guanajuato, a través de la mejor organización de los pueblos del actual estado. Era natural que la anterior cultura Chupícuaro sirviera como elemento principal, para propiciar la rápida expansión teotihuacana en los Valles Abajeños, pronto iniciaron la explotación planificada de los recursos naturales, administrándolos eficientemente para beneficio de su ciudad. En la agricultura aparecieron las terrazas para detener la erosión y aprovechar las pendientes, construyeron canales de irrigación para los campos de cultivo, hicieron depósitos de granos, establecieron mercados y pirámides a la manera de Teotihuacán.
Para llevar a cabo lo anterior, establecieron centros de poder que controlaban a las regiones y sus habitantes. En la nuestra se tienen evidencias de estos centros, en Yuriria y San Isidro Culiacán, seguramente de alguno de éstos dependía el valle de Huatzindeo, es muy probable que los pueblos de Tiristarán (hoy San Nicolás de los Agustinos) y La Magdalena, hayan sido antiguos asentamientos que datan de esa época. (Arqueologia Mexicana, 1993)
JUSTIFICACION
La presente investigación tiene como propósito poder aportar a lo ya investigado sobre el tema por otros autores, algunos incluso, celebres oriundos del municipio de Salvatierra; si bien es cierto que ya existe cierta documentación, esta, tiene como contenido un panorama más general sobre la o las culturas asentadas en el Municipio de Salvatierra, Gto. (No solamente la Chupícuaro); pero el aspecto a investigar en este caso, es el relacionado con las ofrendas y tumbas que se encuentran en la región y que los lugareños o dueños de las tierras en donde se encuentran esporádicamente estás ofrendas son saqueadas o alteradas por ellos mismos, esto porque no existe un cultura y/o conocimiento de lo importante que es conservar los vestigios una de las culturas más antiguas junto con los olmeca de Mesoamérica.
El grado de beneficio es infinito, porque es el despertar de la conciencia del ser humano, saber, conocer y transmitir nuestra historia local, también es enriquecer nuestra cultura, y aún se está a tiempo para tratar de evitar que mucha de esa información se pierda por el poco interés de los habitantes del municipio.
DEFINICIÓN DEL PROBLEMA
Muchas personas tal vez nos hemos preguntado por qué se debe defender el patrimonio arqueológico, por qué debemos cuidar algo que esta arruinado y viejo, qué es lo que nos vincula a eso. Y los que se hacen esa pregunta tienen mucha razón en ello, esta es una cuestión crucial en estos tiempos, porque genera conflictos de auto estima y degenera el valor social de una ciudad, de un país, con un arraigo cultural milenario.
Lamentablemente la colonia y su terrible proceso de destrucción y opresión sociocultural han trastocado mucho de los valores innatos de respeto a nuestro pasado y nuestro patrimonio
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