Soldados de los esfuerzos de hoy depende la suerte de la Patria. Otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia”
Enviado por Henry Rojas Davalos • 14 de Septiembre de 2015 • Documentos de Investigación • 950 Palabras (4 Páginas) • 311 Visitas
BATALLA DE TARQUI
Soldados de los esfuerzos de hoy depende la suerte de la Patria. Otro día de gloria va a coronar vuestra admirable constancia”
Todo pueblo digno tiene en el pedestal de su historia gestas que vigorizan y enorgullecen a quienes habitan su suelo. Los ecuatorianos tenemos la gloria de haber sembrado con honor el nombre de la Patria en la Batalla de Tarqui.
Para ubicarnos en el tiempo, Ecuador era parte de la Gran Colombia desde el 29 de mayo de 1822-1830. Revisemos algunos antecedentes que llevaron a colombianos y peruanos al campo de las armas:
Estalló la guerra de Tarqui porque: el Perú ya en 1822 y más tarde 1826, había convocado sin ningún antecedente jurídico a los habitantes de Jaén y Mainas para elegir diputados al Congreso peruano; el Gobierno de Lima se abstenía de cancelar la deuda que por su independencia había contraído con Simón Bolívar; diplomáticos colombianos habían sido vejados de palabra y obra por autoridades sureñas; el diplomático peruano doctor José Villa delegado de su Gobierno en Bogotá en complot con los generales José María Obando y José Hilario López quisieron asesinar a Bolívar el 25 de septiembre de 1828, complot que fracasó gracias a la intervención decidida y valiente de la quiteña Manuelita Saénz. No conformes con semejantes actos, un sargento peruano de apellido Orellana, cruzó el río Macará, violentando territorio ecuatoriano anexo de la Gran Colombia y en el pueblo de Zapotillo hizo flamear la bandera peruana en acto declarado de guerra.
Simón Bolívar ante tanta provocación por parte del Perú lanzó un ultimátum: "Si dentro de seis meses contados desde esta fecha (marzo 3 de 1828) el Perú no hubiese devuelto los territorios de Jaen y Mainas a la intendencia del Azuay. Se entenderá que ha dejado la decisión de los justo a la suerte de las armas.
En ese entonces era presidente del Perú, un general cuencano José de La Mar, cuyos ascensos militares y el máximo cargo político del Perú los debía a Simón Bolívar, más este triste célebre personaje, queriendo a toda costa demostrar su peruanidad con fecha 9 de septiembre de 1822, declara la guerra a Colombia y por mar y tierra invadió la Patria de sus mayores. Para el 17 de enero de 1829 la armada peruana tomaba el Puerto de Guayaquil, la invasión por tierra la hicieron La Mar y el mariscal Agustín Gamarra por la provincia de Loja seguidos de 8000 peruanos.
Simón Bolívar, al tener conocimiento de la invasión a suelo quiteño, delegó la defensa del honor colombiano al general Juan José Flores, el mismo que levantó a todo un pueblo en pie de guerra. Y sucede que el mariscal Antonio José de Sucre retornaba de Bolivia y se le pone al mando de las tropas nacionales.
El mariscal Sucre no quiso derramar sangre hermana y en prueba de ello con fecha 3 de febrero remitió a La Mar un documento con proposiciones transaccionales, teniendo en mente los límites existentes entre los dos virreinatos al instante de la independencia de Quito y sugiriendo concederse mutuamente aquellos territorios que por efectos de la antigua demarcación perjudiquen a los habitantes.
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