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ANÁLISIS ICONOGRÁFICO DE “EL MARTIRIO DE SAN PONCIANO”


Enviado por   •  25 de Noviembre de 2022  •  Ensayos  •  2.361 Palabras (10 Páginas)  •  251 Visitas

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BENEMÉRITA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE PUEBLA

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y LETRAS

COLEGIO DE HISTORIA

ANÁLISIS ICONOGRÁFICO DE “EL MARTIRIO DE SAN PONCIANO”

MATERIA: ICONOGRAFÍA

ALUMNO: XILOT MORALES FERNANDO

SECCIÓN: 001


ANÁLISIS PRE - ICONOGRÁFICO.

  1. Tipo de pintura: Pintura
  2. Título: El martirio de San Ponciano
  3. Autor: Baltasar de Echave Orio
  4. Fecha: 1605
  5. Localización: Conservado en el Museo Nacional de Arte
  6. Estilo: Arte Sacro

Análisis técnico:

  1. Forma: 0bra pictórica realizada sobre cinco tablones de madera de pino dispuestos en vertical y ensamblados a media madera, unidos con veintiún bisagras. (PENDIENTE)
  2. Método: Pintura realizado en óleo sobre tabla  

El arte sacro es una denominación utilizada para todas aquellas producciones artísticas que tienen como finalidad hacer representaciones de lo sagrado o divino. A través del tiempo se a podido observar que el arte sacro intenta determinar cada pasaje y aspectos divinos por medio de las pinturas, esculturas y mosaicos. Las representaciones mas frecuentes dentro de la iglesia católica por ejemplo nos muestran la crucifixión, el bautismo, la muerte, los martirios y la resurrección. En este caso encontramos El martirio de San Ponciano. [1]

En El martirio de San Ponciano vemos un cuerpo figurado y activado; con una forma perpendicular que es por demás provocadora.  Un cuerpo descoyuntado, suspendido y lacerado representado en pleno tormento.

Desde el punto de vista compositivo, Echave Orio dividió su obra en tres secciones verticales destacando la sección central que es de mayor tamaño que las dos laterales que la están flanqueando, horizontalmente la obra también está dividida en tres partes, aunque es menos perceptible ya que se tratan de tres secciones que cuyo tamaño va aumentando de arriba hacia abajo. Finalmente, el autor dividió el cuadro mediante el empleo de líneas diagonales que van de izquierda a derecha y de derecha a izquierda, las cuales le confieren a la obra un dinamismo que contrarresta el aparente estatismo del cuadro. Entonces, si analizamos la forma en como el artista dividió el espacio dentro del cuadro veremos tres planos sucesivos en donde ha situado la historia representada: en un primer plano podemos observar a un niño sentado sobre un escalón que porta una cartelera en donde se puede leer la siguiente inscripción:

Si Roma ingrata y cruel

oy A Ponciano atormenta

México alegre y contenta

se enriquecera con el.

Esta cartela probablemente refleja una incipiente conciencia “nacional” por parte de los criollos con respecto a Europa, al mismo tiempo que refuerza el carácter devocional que tenía la pintura al hacer referencia directa al martirio del santo. Asimismo, la figura del niño le proporciona una mayor eficacia a la pintura, ya que por medio de este personaje el artista logra establecer un diálogo directo entre el espectador y el tema representado.  

En el segundo plano se puede notar que el martirio está situado en el interior de un palacio a donde se puede ingresar por medio del escalón situado en la parte baja del cuadro. El pintor situó en la parte lateral izquierda a un soldado romano cuyo cuerpo semidesnudo y atlético está cubierto por un sayón rojo, este personaje sostiene con la mano una especie de antorcha que arde y con la cual está castigando a San Ponciano. Cabe destacar que la antorcha está hecha con un madero pintado de blanco tallado por la parte superior en forma helicoidal, elemento que le ayuda a que se perciba que se trata de un instrumento que arde y que haga que se parezca a una vela. El artista le dio una postura elegante a este personaje que está caminando hacia el frente con pasos casi teatrales, mientras que su cabeza y brazos se mueven en sentido contrario. También en esta sección del recuadro se encuentran situados dos soldados que portan lanzas cuyo movimiento, aunado al del brazo levantado de uno de ellos, así como sus miradas que tiene direcciones distintas, confieren a un dinamismo sutil a esta parte del cuadro que se caracteriza por el gran movimiento que representan los personajes. En la parte derecha de la pintura, Orio ha colocado varios elementos en el esquema compositivo de la obra. Por la derecha podemos encontrar casi al nivel del personaje del lado izquierdo que porta la antorcha, dos soldados vestidos con trajes de vivos colores, quienes dirigen sus cuerpos hacia la figura del santo, de igual manera la forma en que tiene los brazos extendidos hace que se genere un importante dinamismo dentro de la obra al estar coordinados con las antorchas. Del mismo lado derecho observamos a un hombre que parece estar sentado sobre un mueble cubierto con una alfombra. Debido a los colores brillantes del vestuario de los personajes es que esta parte de la pintura pasa desapercibida. Este personaje quizás está representando a la autoridad romana. Además de los personajes, el autor pinta una serie de elementos arquitectónicos entre los que podemos observar algunas pilastras y un arco de medio punto, que nos transporta a la época en la que vivió el santo martirizado. Estos elementos dentro de la pintura constituyen no solo una función retórica, sino compositiva, ya que por un lado enmarcan la escena representada y por otro lado contribuyen a darle dinamismo y altura a la composición que se caracteriza por tener una gran monumentalidad que coincide con el carácter frenético del tema representado. El personaje principal se encuentra en la parte central de la obra, este resalta de una manera mucho más especial, debido a que presenta un correcto dibujo con el que el artista ha pintado el cuerpo, la forma en como la luz proveniente de un punto externo al cuadro lo está iluminando, por la postura teatral que en la que el santo sufre el martirio, y además de que está situado tanto en el plano intermedio del cuadro, como en la zona en donde coinciden todas las líneas que atraviesan la pintura, tanto verticales como horizontales, incluyendo también las diagonales que van de izquierda a derecha y de derecha a izquierda. Adjunto a la centralidad del santo, el autor incluyo un gran arco que sirve, tanto para centrar la figura del santo a manera de nicho, como para abrir el espacio y proyectarlo hacia el horizonte como si se tratase de una ventana. El último elemento por señalar perteneciente a la parte central de la composición y que se encuentra ubicado también en el plano intermedio de la misma, es la figura del ángel que emerge del cielo a través de una abertura de gloria. Este ángel sostiene con una de sus manos, la cuerda que mantiene amarrado a San Ponciano, con lo cual establece de forma muy artificial, un vínculo entre el ámbito celeste y el terrenal. De la boca del santo sale la frase: “Gloriatibi Domine Qui Me Tua Visitatione Circundas” (Gloria a ti Señor cuya presencia me rodea).[2] 

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