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Ajedrez; Juego De La Vida


Enviado por   •  11 de Marzo de 2014  •  1.606 Palabras (7 Páginas)  •  373 Visitas

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Ajedrez: el simbólico juego de la vida

La leyenda nos cuenta que hace mucho, mucho tiempo, vivía en la India un rey muy poderoso. Aunque tenía tierras, lujos y riqueza, lo que más valoraba era a su familia: su esposa y su único hijo.Pero un día, se desató una guerra con un reino vecino. El rey no deseaba exponer a su familia, pero el príncipe ya era un hombre adulto y decidió liderar las fuerzas de su padre, aún en contra de sus deseos. Finalmente, la guerra terminó en victoria para el rey, pero sólo por el sacrificio del príncipe, que murió a manos del enemigo.

El rey se entristeció en demasía, tanto que no comía y no bebía. La reina estaba muy preocupada por su esposo, y proclamó por el reino que aquél que pudiera devolver la alegría a su esposo, sería muy bien recompensado. De todas partes, llegaron magos, malabaristas, acróbatas, artistas de la más diversa índole. Pero ninguno agradaba al rey. Hasta que un día, un monje llegó al palacio.

Él le enseñó un curioso juego, que consistía en un tablero cuadrado, con 64 casillas, 32 blancas y 32 negras y 6 tipos de piezas: peones, elefantes (caballos), torres, príncipes (alfiles), rey y reina. El juego era el ajedrez y el rey se interesó mucho; día con día aprendía más y más a jugar con el monje, aunque no le gustaba perder piezas. Hasta que en una ocasión, el rey tenía que sacrificar a su alfil para ganar el juego. "A veces hay que sacrificar un príncipe para salvar un reino", dijo el monje. El rey reflexionó las sabias palabras del hombre santo y por fin su corazón se alegró.

En recompensa el rey ofreció al monje lo que él deseara. El hombre no deseaba nada, pero el rey insistió tanto, que él le pidió un grano de trigo por el primer cuadro del tablero, dos por el segundo, cuatro por el tercero y así hasta completarse los 64 cuadros. El rey pensó que era algo insignificante, pero cuando el escriba hizo sus cálculos, determinó que no había suficiente grano en todo el reino para saldar la deuda. El monje sonrió y le dijo "recuerde que el ajedrez es el juego de la vida, y uno debe pensar dos veces antes de mover su pieza, antes de hablar y antes de actuar" y liberó al rey de su promesa.

El rey aprendió tanto del monje y su juego de ajedrez, que decidió expandirlo por el mundo. El día de hoy millones de personas juegan este maravilloso juego, aunque pocos conocen el significado detrás de los símbolos del tablero y las piezas.

El tablero es un cuadrado con 64 cuadros dentro, 32 blancos y 32 negros. El cuadrado es una figura de 4 lados de igual medida y 4 ángulos rectos. Está conformado por 2 lados horizontales paralelos y perpendicularmente otros dos lados verticales paralelos entre sí, siendo una figura equilibrada, estable y estática. El número 4 está asociado con la materia y sus cuatro elementos: aire, agua, fuego y tierra; también con los 4 puntos cardinales de la Tierra: Oriente, Occidente, Sur y Norte.

Las líneas verticales simbolizan la unión entre lo que está arriba con lo de abajo, lo Celestial y lo Infernal, lo Espiritual y lo material, Dios y el hombre; además de marcar que todas las jerarquías se encuentran bajo una misma ley que desciende o asciende. Mientras que las líneas horizontales representan la igualdad sin jerarquías, la naturaleza igual de todas las cosas en Oriente y Occidente, que une lo que está en el lado derecho con el izquierdo, la luz y las tinieblas, lo masculino y lo femenino.

Ahora bien, el tablero de ajedrez se conforma por 32 cuadros blancos y 32 negros. El blanco y el negro simbolizan nuevamente las polaridades: masculino-femenino, negativo-positivo, vida-muerte, ying-yang, lo bueno y lo malo; que en el tablero, que simboliza el mundo y el camino de la vida, representan las buenas y malas acciones, las adversidades y los triunfos por sobre estas, los logros y derrotas; enseñándonos que debemos avanzar por sobre las adversidades al igual que lo haríamos por lo venturoso, por lo malo igual que por lo bueno. De igual forma, nos enseña a tratar a todos los seres humanos de igual forma, sin importar su raza, sexo, religión o ninguna otra índole, pues lo único que nos hace diferentes es el vicio y la virtud.

Hay seis tipos de piezas: Rey, Reina, Alfiles, Caballos, Torres y Peones. Las Torres son 4 y marcan las esquinas del tablero. En una primera instancia, representan el castillo, la fortaleza y el hogar. Son el edificio que resguarda los tesoros ocultos, y el hogar donde reside el fuego sagrado. La Torre representa lo inamovible, lo material y lo físico. Sus movimientos

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