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El Juego De La Vida


Enviado por   •  12 de Junio de 2012  •  5.062 Palabras (21 Páginas)  •  1.187 Visitas

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La mayoría de la gente considera la vida como una batalla, pero la vida no es una batalla sino un juego, un juego en el cual, no es posible ganar si no se posee el conocimiento adecuado.

Se dice que todo lo que un hombre siembra, cosechará. Esto significa que aquello que un hombre da por palabra o por acción, recibirá. Si siembra el odio, recibirá odio; si ama, será amado a su vez; si critica, no se salvará de la crítica; si miente, alguien le mentirá; si hace trampas, le robarán.

La imaginación juega un papel primordial en el juego de la vida. El autor nos invita a guardar el corazón más que cualquier otra cosa, pues de él manarán las fuentes de la vida. Esto significa que aquello que el hombre imagina se exterioriza, tarde o temprano, en su vida.

Yo conozco a un señor que temía una determinada enfermedad. Se trataba de una enfermedad muy poco frecuente y difícil mente contagiosa, pero él se la representaba sin parar, y leía artículos sobre ella, hasta que un día la enfermedad se manifestó en su cuerpo, y el hombre murió víctima de su propia imaginación deteriorada.

Nosotros observamos que para participar con éxito en el juego de la vida, es necesario dirigir bien nuestra imaginación. Es entonces cuando nuestra imaginación se anima a no representar nada más que el bien, es importante atraer a la vida todos los deseos justos de su corazón, la santidad, la riqueza, el amor, las amistades, la perfecta expresión de usted mismo y la realización de los más altos ideales. La imaginación recorta sin parar, día tras día las imágenes que el hombre forma y, tarde o temprano, encuentra en el plano exterior sus propias creaciones.

Para formar convenientemente su imaginación, el hombre debe conocer la naturaleza de su espíritu, su forma de funcionar; dicen por ahí “Conócete a ti mismo”.

El espíritu comprende tres planos:

• el subconsciente

• el consciente

• el súper consciente.

El subconsciente es la fuerza sin dirección. Todo lo que el hombre siente profundamente o imagina claramente queda impreso en el subconsciente y se manifiesta en los menores detalles. Por ejemplo, una señora que siempre se hace pasar por viuda, se viste de negro, con un largo manto, y sus familiares la encuentran divertida y graciosa, al convertirse en una mujer, se casa con un hombre al que ama profundamente, tiempo después, él muere y ella se viste con un largo manto de duelo durante muchos años, su subconsciente, impresionado por la imagen que ella misma se había formado en el pasado, se exteriorizó sin tener en cuenta su dolor.

El consciente es llamado espíritu mortal o carnal. Es el espíritu humano que ve la vida tal como ésta se manifiesta. Observa la muerte, los desastres, la enfermedad, la miseria, y las limitaciones de todos los tipos e imprime todo esto en el subconsciente.

El súper consiente, es el Espíritu de Dios que está en cada hombre, es el plano de las ideas perfectas. Es ahí donde se encuentra el modelo perfecto, el Plan, pues hay un plan para cada persona. Hay un lugar que se debe ocupar y que ninguna otra persona puede ocupar; se tiene una tarea por hacer que ninguna otra persona puede cumplir. Tenemos una imagen perfecta de esto en el super conciente. Esta imagen se proyecta a veces como un relámpago en el consciente y parece un ideal fuera de su alcance, algo demasiado bonito para ser verdad. En realidad, éste es el destino verdadero del hombre, proyectado por la Inteligencia Infinita que hay en él mismo.

Muchas personas, no obstante, ignoran su verdadero destino y tratan de forzar las cosas, las situaciones que no les son propias y que les causarán fracasos y desilusiones en el caso de que lleguen a poseerlas.

Jesús ha dicho:

Busca el Reino de Dios y Su Justicia y todo lo demás te será dado por añadidura. Esto quiere decir que si haces las cosas bien, lo demás vendrá por si solo.

También se dice que el Reino está dentro de nosotros. El Reino es el plan de las ideas justas, del modelo divino. Jesús ha enseñado también que nuestras palabras juegan un papel capital dentro del juego de la vida.

Por todas tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. Muchas personas causan un desastre en sus vidas por palabras desconsideradas, por no pensar antes de hablar, hablar cuando se encuentran demasiado felices o enojados.

Existe una parábola en el que una señora preguntó un día por qué su vida se había vuelto tan pobre y tan mezquina. Tenía un hogar repleto de cosas bonitas y poseía mucho dinero. Al investigar un poco más, se descubrió que se había cansado de dirigir su casa y que repetía sin parar: ¡Yo no quiero todas esas cosas, a mí me gustaría vivir dentro de una maleta!. A lo que añadió: Hoy ya se ha realizado eso. Su palabra lo había precipitado.

El subconsciente no tiene sentido del humor y la gente provoca sus propios males debido a sus bromas. Aquí tenemos otro buen ejemplo: una persona que poseía una gran fortuna se divertía constantemente, y aseguraba que lo hacía así porque se preparaba para entrar en un asilo, al cabo de pocos años estaba al borde de la ruina, por haber impreso en su subconsciente la imagen de la mediocridad y de la pobreza. Afortunadamente, la ley tiene doble rasero, y una situación desgraciada puede ser transformada en una situación ventajosa.

Jesucristo multiplicó los panes y los peces, precisamente por eso el ha enseñado que todos los hombres tienen el poder de bendecir y de multiplicar, de curar y de prosperar, seguir su intuición. La intuición es la guía infalible del hombre.

La abundancia existe siempre en el camino del hombre, pero no puede manifestarse más que por el deseo, la fe, o la palabra pronunciada.

Jesucristo indicó claramente que es el hombre quien tiene que dar el primer paso. Pida y recibirá, busque y encontrará, llame y se le abrirá.

En lo que se refiere al trabajo de mis manos, mándame la Inteligencia Infinita”. Dios, siempre está listo para realizar los deseos de los humanos, pequeños o grandes. O bien, todo deseo expresado o inexpresivo, es una demanda.

Nada se interpone entre el hombre, sus más altos ideales y cada deseo de su corazón, si no son la duda y el temor. Por eso si el hombre desea algo ardientemente, todos sus deseos se realizarán instantáneamente.

En el capítulo siguiente, explicaré más completamente la razón científica

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