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Americana


Enviado por   •  1 de Diciembre de 2019  •  Trabajos  •  2.734 Palabras (11 Páginas)  •  146 Visitas

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Área Andina.

1)

En el área andina era necesario un Jefe que asumiera las decisiones en la aldea, de esta manera se aseguraban de un grupo familiar y de especialistas en expansión, más complejo y con constante actividad en las tareas bélicas. Este poder introducía cambios en las aldeas, puesto que pasamos de un poder comunal que residía en los jefes de familias a un nuevo poder que residía en UN Jefe de Ayllu, el cual se ocuparía de las decisiones que se sucedían en la aldea.

La estratificación social se puede ver en los adornos y vestiduras que poseían las elites, (principalmente los curacas) de estas “nuevas” sociedades, también las tumbas y los ajuares eran motivos de distinción, dependiendo de la categoría social a la que pertenecían, los cuerpos podían estar más o menos decoradas. Los “palacios” también jugaron un rol de diferenciación debido a que cada curaca lo debía crear para él y su familia. Cuando un curaca moría, el siguiente no podía heredarlo porque el edificio sería usado para el enterramiento del antiguo jefe y demás personas en sacrificio.

En cuanto a la agricultura (papa, algodón, quínoa, maíz, etc.) se aprovechan de un modo más efectivo los suelos destinados a estos procesos los cuales también estaban acompañados del ingreso de nuevos cambios de carácter tecnológico referente a lo agrícola. Se estima que en la zona más desarrolla el número de terrenos fértiles y aprovechados era de trece, mientras que con el venir de estos cambios se pasó a cincuenta y siete, siendo el maíz el principal. Sumado a la herencia de los canales de riego, estas sociedades implementan la agricultura de terrazas. En las zonas más altas, también crean las lagunas artificiales (Cochas) y los camellones (montículos de tierra fértil). Estos avances involucraban a los expertos de los ayllus, debido a que se requerían de conocimientos variados para que resultasen favorables para las aldeas. En cuanto a la ganadería, nos encontramos con el desplazamiento de distintas especies de camélidos hacia lugares cercanos a la costa, llevado allí en caravanas. La utilización de, por ejemplo, las alpacas y las llamas implicaba un cambio de latitudes para la trashumancia y esta actividad implicó un patrón cultural regido por intercambios de carácter social y económico.

2-

Nasca tuvo sus raíces en la vieja cultura Paracas. Su desarrollo ocurre aproximadamente entre los años 100 a.C y 700 d.C un periodo que sigue a la desaparición de las influencias que ejerció la cultura de Chavín. Este periodo se considera un tiempo de regiónalización en la arqueología andina, en el cual culturas como Nasca, Vicús, Cajamarca, etc; definen sus propias identidades, consolidan las innovaciones tecnologías heredadas del periodo anterior, elaboran ideologías y símbolos apropiados a las circunstancias que les toca vivir. Es posible dividir el desarrollo de esta cultura en tres grandes épocas; Nasca temprano, Nasca medio y Nasca tardío.

En Nasca temprano (100 a.C – 300 d.C) se produce la transferencia de poder de Paracas a Nasca estos empiezan a formar poblados pequeños , con rasgos culturales. Situandonos en esa época se construye cahuachi se la puede considerar como una de las mayores y mejores construcciones, será la sede de poder político y religioso en la región. También se crea la agricultura con sistemas de regadíos o pukios y subterraneo algo parecido a lo que hoy son las napas. En el año 300 d.C. se deja abondonada esta podría decirse ciudad de Cahuachi y se cree que una gran sequia asoto esta región (dejando sin poder hacer nada con la agricultura) y esa fue la causa de esto.

Después de este desastre que se da en lo agrícola se conforman poblados mas pequeños que dan como resultado aumento en lo ajuares de las tumbas.

En Nasca Medio (300-500 d.C), se trata de recomponer luego del colapso agrícola, la cerámica es muy parecida a la época precedente y pueden ser adscritas al estilo monunmental. Se nota un aumento de la cantidad y calidad del ajuar en las tumbas de valles anteriormente menos ocupados, señal quizás de un incremento de la complejidad social.

 

En el Nasca tardío(500-700 d.C), se constituye muy cerca de las ruinas de la antigua Cahuachi, el centro ceremonial de Estaquería. Desaparecen muchas de las imágenes naturalistas que dominaron en la cerámica de las épocas anteriores. Se conservan las más mitológicas; hay un estilo llamado Prolifero en los que los motivos tienden a reiterarse varias veces y a llenar gran parte de la superficie de la vasija con sus volutas, rayos y puntas. Se populariza la confección de vasijas escultóricas que representan a una galería de diferentes personajes ricamente ataviados y comienza una marcada preferencia por reproducir imágenes femeninas.

A partir de la iconografía de los objetos Nasca es posible también comprender que para este pueblo la base que permitía la fertilidad de los campos y la naturaleza era un circuito infinito entre vida y muerte. La generación de la vida a partir de la muerte sería la clave de este proceso, lo cual es evidente es una suerte de elementos iconográficos recurrentes, tales como cabezas cortadas por cuyas bocas surgen vegetales o los así llamados Cosechadores que presentan evidentes rasgos que permiten identificarlos como muertos. De esta forma, los estudios arqueológicos sugieren que la muerte entre los nascas no era un viaje a un destino incierto, ni menos un eterno reposo, sino más bien un medio para asegurar la continuidad de la vida social. Un desplazamiento de la existencia cuyo último destino incierto, ni menos un eterno reposo, sino más bien un medio para asegurar la continuidad de la vida social. Un desplazamiento de la existencia cuyo último destino era la reproducción simbólica de la vida misma.

La cabeza cortada especialmente en Nasca adquiere un papel protagónico, los restos arqueológicos confirman que cabezas cortadas “reales” eran profusamente utilizadas en una serie de ritos propios de esta cultura. Muchas cabezas terminaban como ofrendas o formando parte del ajuar mortuorio de algunos personajes. En la cultura Nasca por sobre estas connotaciones inherentes al acto de cortar una cabeza, su representación iconográfica y el uso de ceremonial de ellas eran un elemento central en la ideología de la fertilidad de los campos y la perpetuación de la cultura.

El ser antropomorfo aparece entonces como un recurso de síntesis iconográfica, que articula y sirve de mediador entre aquellos espacios aparentemente discontinuos, como la muerte y la vida. Los colibríes se representan recogiendo el néctar de las flores, las aves marinas atrapan pescados o moluscos, los papagayos picotean las mazorcas de maíz, las lechuzas capturan serpientes o lagartijas y el cóndor devora cuerpos humanos decapitados. Las aves en la iconografía Nasca comen y con ello se sitúan en el punto más simple de la línea de la vida, pues la energía producida por la comunidad humana y la naturaleza sólo se transforma, nunca se pierde.

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