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América Latina En El Siglo XX Pensamiento Político Revolucionario Americe-Latina Y El Caribe:


Enviado por   •  25 de Octubre de 2012  •  7.872 Palabras (32 Páginas)  •  2.196 Visitas

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América latina en el siglo XX pensamiento político revolucionario Americe-Latina y el Caribe:

Zapata:

Su infancia se desarrolló en compañía de Josafat Villa Martínez en el contexto del latifundismo porfirista en Morelos. Realizó sus primeros estudios con el profesor Emilio Vera, quien había sido un viejo soldado juarista. Pronto trabajó como labrador y arriero. En 1906 asistió a una junta de campesinos en Cuautla para discutir la forma de defender sus tierras y las del pueblo frente a los hacendados colindantes. Su rebeldía lo condenó a la leva (conscripción), y en 1910 Zapata fue incorporado al 9° Regimiento de Caballería, en Cuernavaca. Zapata fue asignado como caballerango de Pablo Escandón, Jefe del Estado Mayor de Porfirio Díaz, tras lo cual fue trasladado a cumplir las mismas funciones bajo el mando de Ignacio de la Torre, yerno de Díaz, quien le tomaría especial afecto por su destreza con los caballos.

El motivo por el que se incorporó a Emiliano Zapata al ejército fue el hecho de que había raptado a una jovencita, ya que Zapata era conocido por ser un hombre muy enamoradizo.[2] La acusación la puso el padre de Inés Alfaro Aguilar, joven con quien tiempo después Zapata tendría dos hijos: Nicolás y Elena Zapata Alfaro. En la fotografía en la que Zapata aparece junto a Villa sentado en la silla presidencial, el niño más pequeño que se asoma es Nicolás. También según el historiador Jesús Sotelo Inclan, Zapata se casó con una joven de clase acomodada llamada Luisa Merino y al caer la dictadura porfirista, el 20 de agosto de 1911 contrajo matrimonio con la señorita Josefa Espejo Sánchez conocida como “La Generala” originaria de Anenecuilco, hija de don Fidencio Espejo y Guadalupe Sánchez Merino con quien procreó dos hijos más. El primero tuvo por nombre Felipe; éste nació en el cerro El Jilguero y murió a la edad de cinco años en uno de los tantos refugios que como familia tuvieron luego de ser mordido por una víbora de cascabel. La segunda hija fue Josefa; ella nació en Tlaltizapán y un año antes que su hermano Felipe murió a consecuencia de una picadura de alacrán. Así Josefa quedó sin hijos en poco tiempo. Sin embargo, Zapata tuvo más hijos como es el caso de Ana María Zapata, hija de Petra P. Torres.

En septiembre de 1909 Emiliano Zapata fue elegido calpuleque (palabra náhuatl, que significa jefe, líder o presidente) de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco, donde empezaría a analizar documentos que se originaron en el virreinato que acreditaban los derechos de propiedad de los pueblos sobre sus tierras, los cuales habían sido negados por las Leyes de Reforma, sobre todo la Ley Lerdo que obligó a las corporaciones civiles a vender o ser expropiadas las tierras improductivas, lo cual fue motivo en su tiempo del apoyo de varios líderes indígenas como Tomás Mejía a los gobiernos conservadores mexicanos y al Segundo Imperio Mexicano. Estas leyes además fueron aprovechadas por varias personas para acrecentar sus tierras de manera ilegal al solicitar la propiedad de zonas comunales que los pueblos no trabajaban. Por esto se convertiría, de esa manera, en dirigente agrario de Morelos, su estado natal. Su primera aparición política ajena a su mundo campesino fue en las elecciones para gobernador de Morelos en 1909, cuando apoyó al aspirante de la oposición, Patricio Leyva, en contra del de los latifundistas, Pablo Escandón y Barrón.

En el mes de mayo de 1910 recuperó por la fuerza las tierras de Villa de Ayala, que eran protegidas por el jefe de policía, José A. Vivanco, y que dejó en posesión de los campesinos del lugar. Por este hecho tuvo que escapar varias veces del gobierno, pues fue declarado bandolero. Algunos meses después participó en la reunión que se celebró en ese mismo lugar, es decir, en Morelos)|Villa de Ayala]], con objeto de discutir lo que después se convertiría en el Plan de Ayala.

La revolución maderista y el plan de Ayala

Leyenda: Don Panchito en Cuautla. Un arco triunfal.

Para el caricaturista, "Madero se anda por las ramas", sin resolver ningún conflicto, encima de él se levanta el zapatismo sumamente violento y acompañado de la muerte y la desolación.

A finales de ese mismo año, Pablo Torres Burgos fue enviado a Estados Unidos por Emiliano Zapata para que se pudiera entrevistar con Francisco I. Madero. El resultado de esta entrevista fue la decisión de tomar las armas por Emiliano Zapata y otros 72 campesinos y con Juan Moreno, Rafael Moreno, Maurilio Mejia y José Vergara. Esto lo hicieron el día 10 de marzo de 1911, cuando proclamaron el Plan de San Luis. Se dirigió hacia el sur, pues ya era perseguido por Aureliano Blanquet y su batallón de soldados. En este período del movimiento zapatista sobresalen las batallas de Chinameca, Jojutla, Jonacatepec, Tlayecac y Tlaquiltenango, así como la muerte del zapatista y antiguo líder del movimiento suriano, Pablo Torres Burgos, que incluso precedió al mismo Emiliano. A la muerte del mismo, Emiliano Zapata es elegido, por la junta revolucionaria del sur en 1911, nuevo jefe revolucionario-maderista del sur. Las reivindicaciones zapatistas contenidas en el Plan de Ayala, que suponían una reforma agraria radical (La tierra es de quien la trabaja), fueron inaceptables para los sucesores de Porfirio Díaz. Lo mismo se puede decir de Francisco León de la Barra quien, haciendo uso de su facultad de presidente, encabezó diversos enfrentamientos políticos y armados con el jefe suriano, e incluso del mismo Francisco I. Madero.

Al triunfo del maderismo, Zapata no concibe el licenciamiento de sus tropas sin que a cada uno se le otorgue la seguridad de tierras para sembrar a cambio de sus fusiles. Para él, la guerra no terminaba con el derrocamiento del porfirismo, sino con la cristalización del objetivo del pueblo campesino: la devolución de la tierras robadas por los hacendados millonarios.

Esto dio lugar a que Francisco León de la Barra, presidente interno, lo considerara rebelde, por lo que mandó fuerzas a someterlo: mil hombres bajo el mando de los generales Victoriano Huerta y Aureliano Blanquet. Para agosto de 1911, Francisco I. Madero acordó entrevistarse con Emiliano Zapata en Yautepec para buscar una solución pacífica en el conflicto suriano y con el fin de convencerlo de que licenciara sus tropas. Mientras tanto, Zapata era fuertemente criticado por la prensa conservadora del país. En la reunión no se logró ningún acuerdo, pues Madero no concebía la reforma agraria como lo hacía Zapata. Madero creía que primero había que hacer una reforma política profunda, mientras que para Zapata era prioritaria la devolución de las tierras robadas

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