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Antecedentes prehispánicos de la partera en México


Enviado por   •  25 de Septiembre de 2014  •  Síntesis  •  4.711 Palabras (19 Páginas)  •  342 Visitas

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Antecedentes prehispánicos de la partera en México

Desde la percepción en el ámbito socio-cultural prehispánico que de la partera tenían, a partir de la concepción del nuevo ser humano hasta que veía la luz, dejó hondas raíces, por su poder reconocido en la comunidad, pues era sustantiva su función para que la mujer en el trance de la maternidad continuara su vida cotidiana.

Luz Pérez Loredo relata (4) que la partera basaba su entendimiento sólo en su propia experiencia en el arte de los partos. Sí, bien carecía de escolaridad y de conocimientos racionales sobre la causalidad y terapéutica de las enfermedades; ejercía algunas medidas de orden médico como la aplicación de oxitócicos, unas veces con resultados favorables y otras con situaciones de riesgo para la gestante y su niño.

Este patrimonio legado a las generaciones de parteras, de la actitud tenaz del cuidado hacia la embarazada y la parturienta trascendió hasta el presente. En la dinámica familiar prehispánica fue un factor muy participativo desde que la mujer se daba cuenta de su embarazo. Su tradición continuó ya en la época del virreinato porque la partera muy poco alteró sus actividades. Se encargaba de dar consejos a la preñada, ordenar a la familia lo que debían darle y prohibía todo aquello que pudiera hacer daño a la criatura; advertía de los cuidados en los primeros meses de embarazo y concretaba sus consejos encargando buena alimentación, reposo y moderaciones en los trabajos manuales (5).

Al iniciarse el parto lavaba a la embarazada, arreglaba un lugar donde debía parir y si la parturienta era mujer principal la partera se hacía acompañar de dos o tres mujeres a quienes se les daba el nombre de “tenedoras”, en función a que ayudaban a detener a la mujer en el proceso del parto y el alumbramiento. Más tarde, estas mujeres tenedoras, ya con experiencia por lo observado se convertían también en parteras (6).

Empezado el trabajo de parto, daba un baño a la parturienta y después de éste, lehacía beber la raíz molida con agua de una planta llamada Chihuapatli que gozaba de la propiedad de empujar el feto hacia fuera (7). En caso de no bastar este brebaje se le administraban otros con los mismos efectos. En cuanto a la forma en que se atendía el parto, se observaban determinadas conductas. La partera se colocaba sentada frente a la parturienta y con ambas manos, le frotaba el vientre o se lo comprimía para favorecer los dolores o la expulsión del feto. Las tenedoras se colocaban una en la espalda, en cuclillas, y con sus dos manos apoyaba y oprimía la cintura o el vientre de la parturienta, mientras que la otra tenedora, de pie, le sostenía por los codos, la cabeza o por las sienes.

Otra forma de atender a la embarazada en la última etapa del trabajo de parto era que la comadrona permanecía sentada, en cuclillas, con las manos apoyadas en los glúteos y con los dedos entreabría la vulva. Finalmente con un supremo esfuerzo ayudaba a la expulsión. Otras mujeres parían de rodillas asistidas por las partera; También daban a luz colocadas bocabajo, a cuatro patas, con las manos en el suelo y la comadre recibía a la criatura por detrás; parían también arrodilladas y asidas de una cuerda pendiente del techo; sosteniéndolas de los muslos las tenedoras y ayudantes (8). Estas prácticas, aún se conservan en regiones apartadas de la civilización en la república mexicana.

FOTO 002 Mural Diego Rivera. Historia de la Medicina en México

Con relación a la expulsión de la placenta, las medidas indicadas eran que la mujer que acababa de dar a luz debía descansar sobre su pierna derecha, con elmuslo comprimía el abdomen y por supuesto el útero, para facilitar la expulsión de la placenta, la cual se enterraba bajo una de las piedras del fogón o en lascenizas calientes de éste. Al resolverse el parto, la partera recibía al niño con frases amables y con ternura, al mismo tiempo cortaba el cordón umbilicalcon las uñas, con un fragmento de obsidiana o con un pedazo de otate, para más tarde al secarse, si era niña se enterraba junto al fogón, para aficionarla a sucasa y cuidado de ésta, en el caso de ser varón se le daba a un guerrero para que lo enterrara en algún campo de batalla significando con esto que era ofrecido y prometido al sol y a la tierra (9).

Las atenciones del recién nacido se basaban en preparar la ropa, tanto aquella que se necesitaba en el alumbramiento, como después del mismo. El trabajo de la partera no terminaba con el nacimiento del niño, sino que se prolongaba para el bautismo, la lactancia materna y el tratamiento del puerperio; y de requerirse también atendía los abortos (10).

La partera en la Época Colonial

Durante la Colonia, se inició la evangelización de la población, hubo lugar para muchos cambios relacionados con el vestido, la comida, el trato social y la vida familiar, se implantaron diversas medidas y surgieron nuevas organizaciones, pero al arte de los partos, no se le prestó ningún interés.

La urgencia de atender a una mujer que va a parir, dado que es un acto que no se puede posponer, se presentaba como una inesperada oportunidad para las más hábiles parteras, lo cual continuó así en los siglos XVI, XVII ydos tercios del XVIII. La atención del parto siguió en manos del empirismo: de las tenedoras, de las comadronas, de las parteras, quienes sin ningún estudio continuaron ejerciendo.

Los médicos y los cirujanos desdeñaron el ocuparse de la partería, la cual quedó relegada en manos de las parteras indígenas que en nada disminuyeron su prestigio en asuntos de esta clase (11).

La formación de parteras de la Nueva España al México Independiente

Desde el inicio de la Colonia el Protomedicato fue un Tribunal que establecieron los reyes de España en varias ciudades y provincias de sus dominios, con el objeto de vigilar el ejercicio profesional de los médicos, cirujanos, boticarios y parteras. Tenía jurisdicción en todos los problemas de Salubridad Pública, cuidaban de la buena preparación y despacho de medicamentos y disponían de las providencias necesarias en caso de epidemias u otras calamidades (12).

Después del Protomedicato de la época virreinal, en el México Independiente con la reforma de la educación que culminó con las disposiciones y leyes que implementó Valentín Gómez Farías en 1833, trajo consigo la clausura de la Universidad y la creación de la Dirección de Enseñanza superior con seis Establecimiento de Ciencias. El cuarto de estos fue el de Ciencias Médicas,

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