Análisis Del PIB Y Balanzas Ecuatorianas 1990-2011
evelyto_liz9 de Abril de 2014
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A inicios de la década de los 90 la evolución de la actividad económica fue satisfactoria, en medio del señalado contexto adverso al que se hizo referencia. Los diversos shocks indujeron, claramente, mayor incertidumbre entre los agentes económicos, lo que sumado al deterioro de algunos indicadores clave exacerbó la tendencia al alza de las tasas de interés, situación explicada fundamentalmente por la percepción de riesgo cambiario, derivada de las tensiones coyunturales; el incremento del riesgo país inducido por el conflicto bélico y la crisis política; el aumento de la deuda interna del gobierno y la percepción de riesgo bancario.
A pesar de la crisis que el sector financiero enfrentó en 1995, su importancia relativa en el crecimiento del PIB mejoró, habiéndose calculado en 17.4% durante 1995. Por otro lado, la contribución de la electricidad, gas, agua y de la construcción se redujo significativamente.
Fue un año complicado para el Ecuador, como consecuencia directa de la serie de shocks adversos experimentados en 1995 (conflicto bélico, crisis política y energética, efectos de la crisis mexicana sobre América Latina) y por la incertidumbre tradicionalmente asociada a los períodos electorales.
Frente a estas circunstancias, el manejo económico en la coyuntura logró mantener la estabilidad cambiaria y externa, aunque se registraron inevitables impactos negativos: dificultades en el sistema financiero, altas tasas reales de interés, desaceleración de la producción y del consumo privados (lo que condujo, a su vez, a una fuerte reducción de las importaciones), disminución importante del precio de los activos (como por ejemplo de los índices bursátiles), aumento de la participación del sector informal en la economía, entre otros.
En 1998 estuvo marcado por la inestabilidad propia de un año electoral (problemas políticos). Durante el período, aún luego del cambio político, se mantuvo el programa económico basado en la banda cambiaria, lo que evitó mayores presiones inflacionarias, aunque no corrigió los desequilibrios económicos fundamentales. La inflación fue creciente, pues pasó de una variación anual de 30.7% en enero a 43.4% en diciembre de 1998.
La desaceleración de la economía se hizo evidente en 1998, lo que se reflejó en el Producto Interno Bruto (PIB), que creció en apenas 0.4%. Este resultado recoge los choques adversos que debió enfrentar la economía, en particular la caída del precio del petróleo, los efectos del fenómeno de El Niño en 97-98 que especialmente en la Costa, complicó la producción y comercialización, por las inundaciones y la destrucción de la red vial del país y de la infraestructura social, así como por el impacto de la inestabilidad política. Esto alteró el ciclo económico y agravó las tendencias negativas latentes en materia de evolución de la inflación, solvencia del sistema financiero y de la propia estabilidad macroeconómica.
En la práctica, fue un año marcado por la inestabilidad del sistema financiero, en medio de acciones dolosas de algunos administradores de bancos y financieras. El feriado bancario y el congelamiento de los depósitos en la banca, decretado por el Gobierno en marzo, reflejaron la gravedad de la crisis, causando a su vez un mayor deterioro de la confianza de los agentes, y exacerbando así la incertidumbre.
Los países exportadores de petróleo fueron favorecidos por el alza de precios de los hidrocarburos observada en el mercado internacional, la cual permitió que Venezuela, Colombia, México y Ecuador, alcanzaran mejores resultados económicos de los esperados.
Constituyó el primer año del Gobierno Constitucional del Ingeniero Lucio Gutiérrez, el mismo que orientó su política económica en el marco del Acuerdo Stand By con el Fondo Monetario Internacional suscrito en febrero de 2003. Durante el primer semestre las acciones de política estuvieron orientadas fundamentalmente a equilibrar las finanzas públicas. En el segundo semestre, los esfuerzos de la política económica se dirigieron a impulsar reformas estructurales que permitan incrementar la productividad de los sectores Hidrocarburífero, telefónico y eléctrico. Adicionalmente, en el año 2003 se expide la Ley de Servicio Civil y Carrera Administrativa y de Unificación y Homologación de las Remuneraciones del Sector Público, la Ley Orgánica Reformatoria a la Ley Orgánica de Aduanas, el Reglamento a la Ley de Responsabilidad, Estabilización y Transparencia Fiscal e, igualmente, se realizaron modificaciones al Reglamento para la aplicación de la Ley de Régimen Tributario Interno.
Al igual que la mayoría de economías de América Latina, el Ecuador tuvo un año excepcional en términos del crecimiento económico; el PIB evidenció la tasa de crecimiento más alta registrada en los últimos 16 años (6,9%), la cual estuvo acompañada por una recuperación del Producto por habitante a niveles superiores a los observados en el período previo a la crisis económica y financiera del año 1999.
El favorable desempeño de la economía estuvo fundamentado en el sector petrolero. La participación del sector privado en la extracción, transporte y exportación de crudo aumentó debido a la entrada en operación del Oleoducto de Crudos Pesados (OCP) a partir de septiembre del año 2003.
En general ha sido positivo para la economía ecuatoriana, la misma que creció a tasas anuales superiores en comparación con las tasas anuales de los tres últimos años, pese a reportar una fase de desaceleración en el cuarto trimestre de 2008 como consecuencia de la crisis financiera mundial.
La actividad de Refinados del Petróleo registró, en el cuarto trimestre de 2009, una reducción del -13.77%, por la caída de la producción de esta actividad y además por el incremento de los insumos importados utilizados (nafta y cutter stocks). En términos anuales reportó un incremento del Valor Agregado del 3.07%, respecto al año 2008.
En 2010 pese a la mejora en los indicadores, el país no creció de igual forma que el resto de la región. Registró el peor déficit comercial de su historia y el desempleo no cedió. Fue un año de crecientes ingresos petroleros y tributarios y de grandes reformas legales. Se priorizó la inversión pública.
ANALISIS DEL PIB TOTAL
PIB Petrolero
El entorno petrolero entre 1990 y 2009, estuvo caracterizado por alzas y descensos del precio del crudo en diferentes períodos, dentro de un mercado que respondía en parte a los fundamentos económicos de la oferta y la demanda, y adicionalmente a razones geopolíticas, fluctuaciones del dólar, fenómenos climáticos y factores especulativos.
Tal como se puede ver en el (Gráfico 2), en los años noventa, la Guerra del Golfo en un principio elevó el precio hasta 33 dólares el barril, posteriormente la falta de cohesión de la OPEP, y, luego, el conflicto entre México, Arabia Saudita y Venezuela, que deseaban mayor participación en el mercado petrolero, hizo que la OPEP en su reunión de Yakarta, Indonesia, realizada en 1997, eleve la producción causando efectos imprevistos sobre los países miembros de la Organización. Esto produjo el desplome de los precios, hasta los 10 dólares por barril, a fines de 1998. Esto se agravó cuando Irak volvió a poner su producción en el mercado y se hizo presente la crisis asiática.
Debido a esto, desde 1999 la OPEP enfrentó sus diferencias internas y empezó a cosechar los resultados de un mayor cumplimiento y fuerza en los acuerdos pactados hasta el 2003; cuando los precios se ubicaron en una franja de entre 20 y 30 dólares el barril. En los años siguientes, los precios sobrepasaron la barrera de los 40 dólares, debido en primer lugar, a la guerra de Irak8 y, en segundo lugar, a una mayor demanda por parte de países como China, India, Japón y EE.UU.
Demanda que no podía ser abastecida en su totalidad por no existir, de una parte, una fuente estable y abundante de suministros en los países NO OPEP y, de otra parte, la reticencia de las naciones miembros de la OPEP de elevar su producción para conservar el equilibrio conseguido del balance mundial. A lo anterior se sumó el hecho de que las refinerías no habían podido ser modernizadas ni se habían construido otras que abastezcan de suficiente combustibles con las especificaciones medioambientales exigidas desde esa época.
Desde el 2004, los precios aumentaron por los efectos de: los huracanes (como el Katrina) en las instalaciones petroleras; el crecimiento en la economía de los países emergentes y en los industrializados, y, particularmente, por el auge de la industria de la construcción (que terminó por convertirse en una burbuja especulativa, que al reventar hizo que los inversionistas vuelquen su interés a commodities como el oro y el petróleo, causando una sobre demanda artificial que hizo subir el precio a un máximo de 147.27 dólares por barril en julio de 2008). Pero, a partir de agosto de 2008, la franca aparición de las crisis económica y financiera10 en los países industrializados, ocasionaron una caída pronunciada en la demanda de energía, llevando el precio del crudo a un mínimo de 32.4 dólares por barril en diciembre de 2008. Debido a esto, la OPEP resolvió, en sus reuniones de octubre y diciembre de 2008, bajar la producción, sumando un recorte total de 4.2 millones de barriles. Estas medidas del organismo y las adoptadas por los países consumidores para resolver sus crisis han hecho que la cotización del petróleo se vaya recuperando paulatinamente, hasta situarse a partir de junio de 2009 entre 70 y 80 dólares el barril y terminar el año con un promedio de 62 dólares
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