BOLIVIA EN EL SIGLO XXI

BOLIVIA EN EL SIGLO XXI

BOLIVIA: Ecología, desafíos y protagonismo en el siglo XXI

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Los Tiempos / Bien entrados en el siglo XXI, hoy nos vemos como un país de población emergente, económicamente más participativa. Se ve mayor integración de áreas rurales a la economía nacional. Un significativo incremento económico animado por auge y bonanza sin precedentes de excelentes precios de materias primas e hidrocarburos en el mercado internacional, han dinamizado la economía y hoy el boliviano tiene mayor poder adquisitivo.

Todo esto bien, pero los incrementos en la economia informal, de narcotráfico y explotación maderera ilegal, concesiones mineras sin licencias ambientales, aportan negativamente a un crecimiento caótico carente de adecuada planificación en áreas rurales y en las ciudades.

Se ven ciudades atiborradas de vehículos sin control de emisiones, que atoran y contaminan regiones que tienen los más elevados índices de polución de América del sur. Las enfermedades broncopulmonares aumentan y nos ocupamos de continuar avasallando regiones naturales que son reservas imprescindibles para la provisión de oxígeno, la estabilidad del clima, la prolongación de la flora y fauna y para el vivir bien. Algunos pueblos que otrora tenían significativas riquezas históricas, donde el turismo puede ser una fuente de ingresos, hoy están amenazados por proyectos de infraestructura mal planificada. Ni mencionar otros como parques nacionales, áreas protegidas y territorios originarios.

El crecimiento económico de este siglo viene con dos caras. Una, de incrementos puntuales en datos de PNB, favorables para eliminar la pobreza. Y la otra, con temibles costos ecológicos que dejan una gran huella carbónica (definida como la medida de la cantidad de tierra productiva apropiada en términos medios por cada persona para alimento, H20, vivienda, transporte, manejo de desechos y otros, necesarios para producir los bienes y servicios que utilizamos para soportar nuestro estilo de vida. (La media en países desarrollados es de 10 ha/persona, en Bolivia es de 1,9 ha/persona). Y va en aumento.

Ahora bien, pareciera que suponemos que la tierra es un depósito interminable de recursos; pero hoy los datos de crecimiento poblacional están directamente ligados al extractivismo e incrementos de gases invernadero que nos hunden en el cambio climático. Cambios traducidos en pérdida de calidad de servicios ecosistémicos, extremos climáticos de sequías e inundaciones y de especies amenazadas y extinguidas.

Los recursos en su mayoría no son infinitos, y no podrán sostener muchas más de las 7 mil millones de personas que tiene el planeta con los índices de extracción que vemos hoy. Ningún país y menos Bolivia se salva de esto. Sobrados motivos para resguardar santuarios de vida silvestre, áreas protegidas, parques nacionales y territorios originarios, los cuales parecieran estar incluidos en la parte de respeto a la Madre Tierra del plan de 12 puntos que tiene el Gobierno.

En su participación en la cumbre de Copenhague del 2009, Evo Morales abogó por la defensa de la Madre Tierra afirmando que el vivir bien en contraposición del ‘vivir mejor’ nos da una alternativa para evitar el saqueo de los recursos de la tierra y nos plantea una opción valorable.

A pesar de que Morales ha tenido habilidad en proyectarse como un ‘salvador ambiental,’ enfrentará irremediablemente la problemática de cómo lidiar con el crecimiento. Los índices de consumo y producción agrícola, ganadera, minera y maderera aumentan en los países andino-amazónicos como Bolivia.

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