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Baluchistán: una de las incongruencias territoriales de Pakistán


Enviado por   •  12 de Enero de 2016  •  Ensayos  •  3.887 Palabras (16 Páginas)  •  288 Visitas

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Trabajo Final Pakistán Grupo B: Elba De Miguel Farr, Jon Lejardi Plaza, Alice Marzetti, Luis Montejo (oyente), Marina Sanz Muñoz, Yin Ting Liu, Victoria Pérez Fernández, Rosa Zatarain Peraza

Baluchistán: una de las incongruencias territoriales de Pakistán

 

INTRODUCCIÓN

Pakistán es una República Islámica Federal que se encuentra en el Sur de Asia, entre Irán, Afganistán, China, la India y el mar Arábigo. Está dividido en 4 provincias, dos territorios federales y una capital de territorio, Islamabad. En Pakistán hay seis etnias principales con numerosas lenguas, aunque el inglés, junto con el urdu, son consideradas las lenguas oficiales y la mayor parte de la población profesa la religión musulmana. Es un país multicultural y multiétnico, en el que encontramos varias incongruencias territoriales, de las cuales nos ha llamado la atención el caso de la provincia de Baluchistán. (CIA, 24 de marzo de 2014).

En este ensayo buscaremos presentar la incongruencia territorial que se da en la región pakistaní  de Baluchistán. Para ello, presentaremos los discursos nacionalistas de ambas partes, centrándonos en las siguientes dimensiones de análisis de los nacionalismos: el folclore, la localización, la frontera y la autarquía. De esta forma, intentaremos incluir en el marco teórico los diferentes discursos observados en este caso.

NACIONALISMO PAKISTANÍ

Tras la independencia de Pakistán en 1947, las élites políticas del país tomaron el modelo de Estado-Nación occidental como forma de organización política. Para ello, se razonó que la integración nacional y la organización centralizada mediante la construcción de un Estado-Nación era la forma más moderna de creación estatal. No obstante, hay que tener en cuenta que los grupos étnicos que ya vivían en la zona y que pasaron a ser parte del Estado pakistaní ya tenían una identidad étnica, cultural y lingüística muy arraigada, así como una forma de existencia semiautónoma, que se remonta a siglos antes de la colonización británica (Nasreen Akhtar: 2009).

A partir de estas diferencias culturales y étnicas, las élites de Pakistán usaron el Islam como elemento unificador de la nación pakistaní, puesto que este había sido el rasgo común que había permitido olvidar las diferencias y centrarse en la consecución de un estado independiente en la India Británica. Así, los promotores del movimiento establecieron sus reivindicaciones territoriales en torno a la idea de un “estado musulmán” que se diferenciase del colectivo hindú. Con esto, Pakistán se construyó como una república islámica, siendo el Islam no solo la religión oficial del estado, sino también una forma de vida específica que implica una determinada cultura, un determinado orden social y político que distingue a los pakistaníes como comunidad política en sí misma (Constitución política de Pakistán, 1973). Esta idea de que el Islam es el pilar principal del nacionalismo pakistaní y que debe ser la guía en la vida de los ciudadanos es lo que se conoce como la “Ideología de Pakistán”. (Nasreen Akhtar, 2009: 35)

 Uno de los instrumentos que usa el nacionalismo pakistaní para legitimarse es la historia, usando para ello la reconstrucción de la historia nacional a partir de ciertos hitos históricos representativos de la identidad pakistaní. Según el Gobierno de Pakistán, la historia del mismo comienza con el Imperio Indo-Griego, que incluía enclaves de lo que es considerado Pakistán hoy día, por lo que vemos que la historia del Estado es considerada como una continuación de antiguas civilizaciones que habitaron en la zona antes de la creación del mismo. El siguiente hito importante fue la conquista de Punjab por parte de Mohammed Bin Qasim en 712 d. C., que introdujo el Islam por todo el sur de Asia, siendo éste después el elemento diferenciador que justificaba el movimiento nacionalista separatista pakistaní en 1947. Seguidamente, consideran esencial en su historia que en el Siglo XVIII, los afganos, baluchis y sikhs ejercieran el control de grandes áreas hasta la llegada del Imperio Británico y su constitución junto con la India en una colonia. Como parte del “guión” histórico (A.D. Smith 1986: 168 en Taylor, 2004:221) de Pakistán, podríamos destacar a Allama Iqbal y Mohammed Ali Jinnah como los teóricos y promotores de la independencia pakistaní. (Pakistan… tum he to ho, 2011).

A partir de estos hitos históricos, podemos considerar, siguiendo los modelos de historia nacional de David Smith, que el Estado de Pakistán realiza una “reconstrucción” histórica de los hechos que considera más importantes para su constitución como Estado. Por otro lado, dentro del marco teórico establecido por Taylor, podemos identificar el nacionalismo pakistaní con el nacionalismo de liberación, puesto que en sus inicios se usó la idea de la construcción de un estado musulmán para desvincularse primero del Imperio Británico y a su vez de la India. Con todo, también identificamos algunos rasgos de nacionalismo de renovación  en el uso que desde el Estado se hace de la historia de civilizaciones pasadas que habitaron en el territorio como parte de la identidad común de la nación (A. D. Smith, 1986:178 en Taylor, 2004:221).

Así mismo, en relación a las dimensiones de análisis de los nacionalismos (Williams y Smith: 1983 en Cabezas Gonzalez 2014), hay que decir que el Estado de Pakistán es un estado federal con varios niveles de gobierno, en el que se encuentran provincias con sus propias asambleas y gobiernos. No obstante, la organización política sigue teniendo un carácter muy centralizado, puesto que desde la creación de éste las élites estatales consideraron que las reivindicaciones regionales iban en contra del Estado y, por tanto, éstas han venido siendo reprimidas, y las necesidades lingüísticas, culturales y étnicas de cada provincia no fueron muy tomadas en cuenta. De esta forma, en términos de localización, las regiones más periféricas y más volcadas en su propia tradición, como es el caso de Baluchistán, han quedado más marginadas en relación al centro neurálgico del estado, situado en Punjab.

La región de Punjab es la más grande demográficamente y el centro del poder político y militar del país. En ella viven las élites vertebradas del nacionalismo pakistaní, que son los grupos étnicos política y económicamente más poderosos del Estado. El primero de estos grupos es el de los punyabíes y los siraikhis, que desde el punto de vista sociopolítico actúan en bloque, puesto que comparten unas mismas raíces culturales y se localizan en el mismo entorno geográfico. Sin embargo, ésta no era la etnia dominante durante la fundación de la República de Pakistán. Ese puesto lo ocupaban en un primer momento los muhajirs, el grupo musulmán de habla urdu que emigraron desde la India tras la separación de ambos estados.

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