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Cambios en la historia del libro


Enviado por   •  9 de Junio de 2020  •  Apuntes  •  2.453 Palabras (10 Páginas)  •  130 Visitas

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Es un recorrido histórico que ubica los principales acontecimientos en relación a la técnica de reproducción del libro, es decir, la aparición de la escritura, la transformación de rollo a códice, la aparición de la imprenta tipo móvil y la ruptura del vínculo físico. Así como también ubiqué las tres revoluciones de las prácticas de lectura, es decir de una oral a silenciosa, de intensiva a extensiva y luego la de la transmisión electrónica de los textos, producto de la aparición de las nuevas tecnologías.

»En un principio durante la época imperial (greco-romana), la cultura escrita tuvo una gran circulación de material, por ejemplo, carteles, telas escritas, calendarios, cartas, mensajes, documentaciones militares, jurídicas y civiles, etc. También comenzó a surgir la demanda por libros y lecturas, se crearon bibliotecas públicas, se incrementaron las privadas –ya que en parte se creía que la acumulación de libros era signo de bienestar y de una vida adinerada-. Y, por otra parte, aparecieron los primeros signos de censura, en relación a temas políticos y morales, que afectaban a ciertos tipos de textos, a cierto contenido, y a pesar de que el lector podía acceder a ellos existían tratados que lo guiaban al momento de la selección y adquisición del material.

»Finalizando la Edad Antigua –entre los siglos II y III- y ya en la Edad Media, se transforma la forma del libro. Esto pasó de ser un rollo de papiro a ser un códice de pergamino, que más tarde será reemplazado por el papel. El códice se trató de un elemento adecuado a las exigencias de las capas sociales, se trató de un “libro con páginas”, cuyo costo era menor ya que se podía utilizar ambas caras del material, y en cuanto a su forma, esta era práctica lo que permitía una lectura libre de movimiento.

»Por otro lado, también en la Edad Media, hubo un cambio fundamental en los siglos XII y XIII cuando el modelo monástico de la escritura se desplaza a un modelo escolástico de la lectura. Es aquí donde el libro se transformó en obra piadosa e instrumento de salvación, en un bien patrimonial, y pasa a considerarse como un símbolo de lo sagrado y del misterio de lo sacro. Además, se leían poco textos aunque se escribían muchos.

En cuanto a las prácticas de lectura se concentraban en espacios cerrados de la Iglesia, celdas, refectorios (comedor), claustros y escuelas religiosas. Se leía, por sobre todo, la sagrada escritura y textos espirituales. Y si bien, en parte se prescribía al lector la concentración de la atención -lo que implicaba un cierto orden de lectura-, y se mantenía una lectura en voz alta, esta pasó a convertirse en una lectura silenciosa o murmurada, la cual era más rápida y hábil, ya que no era despistada por la estructura de la organización textual del manuscrito. Además, este estilo de lectura permitió definirla como un acto de lo privado.

»En otro punto, para agregar un poco más de contexto, entre los siglos XI y XIV renacieron las ciudades, las escuelas y con ellas la difusión de la cultura básica –es decir, se incrementó lo escrito-. Esto también influyó tanto en la lectura como en la escritura ya que se leía para poder escribir, y se escribía con miras a la lectura, lo que ocasionó que la escritura tuviera que adecuarse a la lectura para que esta resulta más cómoda y rápida, por lo cual el texto se fraccionó en secuencias con el fin de facilitar consultas y la comprensión de este (se dividió en dos columnas). 🡪A raíz de esto surgió el libro como instrumento de labor intelectual, y pasó a utilizarse como fuente del saber, mientras que la lectura pasó a limitarse a una lectura de secciones particulares.

»Avanzamos un poco y nos detenemos dos siglos después, donde ocurre a una transformación técnica que revolucionó a mediados del siglo XV los modos de reproducción y producción de los textos, y los modos de fabricación del libro, con los caracteres móviles y la prensa de imprimir. Es decir, la invención de Gutenberg.

A consecuencia de esta, la copia manuscrita dejó de ser el único recurso disponible para asegurarse la multiplicación y la circulación de los textos, ya que se rebajó de manera considerable los costos de producción del libro y también se acortó el tiempo de fabricación del libro.

Esto permitió la circulación de los textos a una velocidad y en una cantidad antes impensable. Ahora, cada lector podía tener acceso a un mayor número de libros, y a su vez, cada libro podía llegar a un número mayor de lectores. Además, una de las características de la imprenta era que permitía la reproducción (casi) idéntica de los textos, y ya que existía la posibilidad de corregir el texto durante el proceso mismo de la impresión, podían darse variaciones entre ejemplares de una misma la tirada.

El libro impreso siguió dependiendo del manuscrito, y adoptó ciertas características de este último, como el tipo de letra, apariencias y puesta en página.

Asimismo en los últimos siglos del libro copiado a mano se instauró una jerarquización de los formatos que más tarde heredaría el libro impreso a razón de la división causada por el formato del libro, el género del texto y el momento y modo de lectura. Esta jerarquía era:

1) el gran folio, que tenía que ser apoyado para ser leído y era el libro universitario y de estudio;

2) el libro humanista (¿XVI?) que era más práctico por su tamaño mediano, y permitía leer textos clásicos y las novedades;

3) el libro portátil (XVIII) de bolsillo o cabecera, que era de uso múltiple y llegaba a numerosos lectores.

»Y, sin embargo, a pesar de esta nueva tecnología, la siguiente revolución de las prácticas de lectura recién llegó en el siglo XVIII con la nueva universalidad de la lectura. Esta estaba presente en todos los medios sociales, en todas las circunstancias, en todos los lugares. Se comenzó a hablar de una «fiebre de leer», de una «rabia lectora», y la lectura comenzó a ser concebida como un desorden individual o como una epidemia colectiva.

El estilo tradicional de lectura era la intensiva que consistía en una lectura de un conjunto limitado de textos que eran leídos y releídos, memorizados, reeditados, y que también eran transmitidos de generación en generación. Y frente a este modelo tradicional, se comenzó a imponer una lectura extensiva, la cual era una lectura de lectores que consumían numerosos impresos nuevos y que leían con rapidez y avidez, y abordan los textos con una mirada crítica y distante.

Otro cambio es que ya no se lee en un ambiente cerrado, sino que se realiza en cualquier lado, por ejemplo, la lectura en el jardín, mientras se camina, lectura en común,

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