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Capítulos de la teoría general

ererertInforme21 de Abril de 2021

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Capítulos de la teoría general

Capitulo 11

Inmersos en este nuevo episodio, Keynes nos comparte en un inicio una reflexión dirigida a la existencia de un rendimiento probable que alude a la realización de una inversión, donde se adquiere el derecho a rendimientos probables. Es decir, la ganancia de la venta de productos producidos durante la vida del bien, después de gastos de operación, se denomina rendimiento probable de la inversión.

Por otro lado, se introduce otro concepto clave para el desarrollo del estudio, precio de la oferta, noción que es diferente del precio de mercado, el precio de la oferta es para nuestro autor, el costo de reposición, es decir, es el monto que basta para inducir a un fabricante a producir una nueva unidad adicional.

Por consiguiente, la Eficiencia Marginal de Capital (EMC), está compuesta por la relación entre el rendimiento probable y el precio de oferta. Posteriormente, Keynes hace algunos señalamientos determinantes para visualizar el comportamiento de este fenómeno dentro de la propia economía.

La EMC tiende a disminuir cuando nos encontramos en un período en donde tiene lugar el ascenso de la inversión, por lo tanto, el rendimiento probable disminuye según la oferta. Asimismo, se hace la observación referente a la presión en las instalaciones para seguir produciendo, acción que provoca un aumento en el costo de oferta.

En seguida, Keynes ejemplifica esto mencionando que, sumadas las curvas de todas las clases de capital, ligada a la inversión agregada, obtendríamos una igualdad o equilibrio establecidos por la tasa de inversión y la curva de EMC. Después, Keynes subraya la opinión de su homólogo Irving Fisher, haciendo alusión a su obra “Theory of Interest” (1930), en donde se habla acerca de la tasa de rendimiento sobre costo, de acuerdo con Fisher, La tasa de rendimiento sobre costo es aquella que, usada para medir el valor presente de todos los costos y el de todos los rendimientos igualará a ambos. (Fisher, 1930). Por tanto, la tasa de rendimiento debe exceder la tasa de interés.

Con posterioridad, se analizan los cambios probables en relación con el valor del dinero, sin embargo, ante una fluctuación en el ámbito del efectivo, este no reacciona directamente sobre la tasa de interés. Todo lo contrario, lo hace directamente sobre la eficiencia marginal de un volumen dado de capital. De acuerdo con Keynes, los precios de los bienes existentes siempre se ajustan a las previsiones concernientes al valor probable del dinero.

En la parte final del capítulo se abordan los riesgos en el volumen de inversión.

  1. Empresario / Prestatario: dudas respecto a obtener el rendimiento probable. Es el único que invierte.
  2. Prestamista: impera el azar moral y existe una insuficiencia en el margen de seguridad.
  3. Cambio adverso en patrón monetario: en la medida de la depreciación, un préstamo sería más peligroso que un activo real. Se refleja y absorbe en el precio de bienes reales duraderos.

En este capítulo, Keynes nos habla sobre la eficiencia marginal del capital, lo que él define como: “como si fuera igual a la tasa de descuento que lograría igualar el valor presente de la serie de anualidades dada por los rendimientos esperados por el bien de capital a su precio de oferta.” (Keynes, 1936). Si aumenta la inversión en un cierto tipo de capital durante algún periodo, la eficiencia marginal de este tipo de capital se reducirá a medida que aquella inversión aumente, en parte porque el rendimiento probable bajará según suba la oferta de esa clase de capital. Así, pues, para cada clase de capital podemos trazar una curva que muestre la proporción en que habrán de aumentar las inversiones de esta durante el periodo, para que su eficiencia marginal baje a determinada cifra. La suma de estas curvas dará como resultado la curva de la demanda de inversión; o inversamente, la curva de la eficiencia marginal del capital. Si lo que nos interesa es el incremento en producto físico por unidad de tiempo, debido al empleo de una unidad física más de capital o el incremento de valor debido al empleo de una unidad más de valor de capital. Existe el problema de si la eficiencia marginal del capital es una cantidad absoluta o una proporción. Finalmente, existe la distinción entre el incremento de valor que puede obtenerse usando una cantidad adicional de capital en la situación existente y la serie de incrementos que se espera obtener a través de la duración completa del bien de capital adicional. El rendimiento agregado corriente del capital no tiene relación directa con su eficiencia marginal. Citando a Marshall, Keynes nos indica que éste se daba cuenta perfectamente de que la tasa de interés determina el punto hasta el cual llegarían las nuevas inversiones, dada la curva de eficiencia marginal del capital. Posteriormente se cita al profesor Fisher al definir él la tasa de rendimiento sobre costo: “es aquella que, usada para medir el valor presente de todos los costos y el de todos los rendimientos igualará ambos.” (Fisher, 1930). La confusión más importante respecto al significado e importancia de la eficiencia marginal del capital ha sido consecuencia de no haberse advertido que depende del rendimiento probable del capital. La producción resultante del equipo producido en la actualidad tendrá que competir, mientras dure, con la producción del equipo producido después, quizá a un costo menor en trabajo. En la medida en que tales desarrollos se prevean como probables, o aún como posibles, disminuye en proporción la eficiencia marginal del capital producido en la actualidad. La expectativa de cambios en el valor del dinero influye sobre el volumen de la producción presente. La expectativa de una baja en el valor del dinero alienta la inversión y, en consecuencia, el empleo en general. La curva de la eficiencia marginal del capital es de fundamental importancia porque la expectativa del futuro influye sobre el presente principalmente a través de este factor. La tasa de interés misma es, virtualmente, un fenómeno corriente; y si reducimos la eficiencia marginal del capital al mismo estatus, nos cerramos la posibilidad de tomar en cuenta de una manera directa la influencia del futuro en nuestro análisis del equilibrio existente. El hecho de que la expectativa del futuro afecte el presente a través del precio de demanda del equipo duradero, concuerda y se conforma a nuestros principios generales de pensamiento. John Maynard Keynes. (1936). Capítulo 11: La eficiencia marginal del capital. De: Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero (pp. 127-135). Nueva York. Fondo de Cultura Económica

Cap 12

Las consideraciones en las cuáles se basan las expectativas sobre los rendimientos probables, son tanto los hechos que se pueden dar por conocidos y observados, como los acontecimientos futuros de los cuales se tiene relativa seguridad. De modo que, al planear nuestras expectativas, no se debe atribuir gran influencia a motivos que sean inciertos; por tanto, es importante guiarse por los hechos que nos inspiran confianza, fijarnos en la situación actual y proyectarla al futuro modificándose, esperando una variación. Entonces, las expectativas a largo plazo dependen, de los pronósticos y de la confianza con la que se haga la previsión. Keynes supone, que la valuación únicamente es correcta en relación con el conocimiento actual de los hechos que influirán sobre el rendimiento de la inversión y que sólo cambiará con las variaciones de dicho conocimiento, aunque en realidad, en las valoraciones del mercado entren consideraciones de toda clase que no se relacionan con el rendimiento probable. Por tanto, el cálculo será compatible en el tiempo que podamos confiar en la continuidad de la convención. Algunos factores que aumentan la debilidad del estado de confianza: ∙ Disminución del elemento de conocimiento real que hay en la valuación de las inversiones por quienes las poseen o proyectan comprarlas ∙ Fluctuaciones diarias de las ganancias de las inversiones existentes ∙ Valoración convencional resultado de la psicología de masa de gran número de individuos ignorantes ∙ Previsión de cambios en las bases convencionales de valuación con un poco más de anticipación por parte de los expertos. ∙ Tener en cuenta la otra faceta del estado de la confianza que se relaciona con las instituciones de crédito en aquellos que buscan préstamos en ellas, que se han descrito como el estado del crédito El término especulación lo define como la actividad de prever la psicología del mercado, y la palabra empresa, o espíritu de empresa, a la tarea de prever los rendimientos probables de los bienes por todo el tiempo que duren. A medida que mejora la organización de los mercados de inversión, el riesgo del predominio de la especulación aumenta, incluso haciendo a un lado la inestabilidad debida a la especulación. Hay otra inestabilidad que resulta de las características de la naturaleza humana, gran parte de nuestras actividades positivas dependen más del optimismo espontáneo que de una expectativa matemática, y como consecuencia, se sobrevalora la importancia de las depresiones y retrocesos, y la prosperidad económica depende excesivamente del ambiente político y social que agrada al “hombre de negocios” El estado de expectativa a largo plazo es con frecuencia firme, sin embargo, Keynes recalca que las decisiones humanas afectan el futuro, así sean personales, económicas o políticas y no dependen de la expectativa matemática estricta porque las bases para realizar semejante cálculo no existen “Espero ver al Estado, (…), asumir una responsabilidad cada vez mayor en la organización directa de las inversiones, ya que probablemente las fluctuaciones en la estimación que haga el mercado de la eficiencia marginal de las diferentes clases de capital, calculadas en la forma descrita antes, serán demasiado grandes para contrarrestarlas con alguna modificación factible de la tasa de interés.” (Keynes, 1936)

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