Cecilio Acosta

1. Nivel de Auto-Confianza: Muy Alto. Realizado por: Nayjama Guilarte.

Cecilio Acosta es un motivo de esperanza porque fue un hombre de fe. Y sólo la fuerza de la fe infunde la esperanza. Fe en Dios y Acosta la tuvo, y dio sencillo testimonio de ella a lo largo de toda su existencia; fe en la dignidad de la persona, hecha a imagen y semejanza de Dios; fe en la capacidad de recuperación espiritual y moral de los seres humanos de las devastaciones que individual y colectivamente; fe en el progreso y mejoría de la familia, la escuela, la Universidad, la sociedad, el pueblo, con su riqueza de tradiciones y maneras de ser. (Creía en sí mismo, y de acuerdo a eso era capaz de alcanzar metas que para muchos eran inimaginables).

Cecilio Acosta es motivo de esperanza no sólo por lo que supo, sino por el uso de rectitud insobornable que dio a su saber; por el afán de servicio al prójimo; por su testimonio perenne de amor filial; por su patriotismo desinteresado; por su capacidad ilimitada de sacrificio en pro de la mejoría de la humana condición de sus contemporáneos y compatriotas; por su universalismo, por su apertura a los problemas y acontecimientos del mundo. Estudio de veras en la Universidad. No buscaba sólo el título, sino el saber. (Era un hombre seguro en cuanto a sus creencias en base a su preparación pedagógica, lo que le permite actuar con decisión y firmeza).

Fue, por ello, un político en la más noble y amplia acepción de la palabra. Preocupado y atento seguidor de los acontecimientos. Colaborador en las materias de su competencia, cuando consideró que su aporte podía constituir un elemento para el desarrollo perfectivo de una patria a la que amaba con todas las veras de su alma. Maestro. Sobre todo, maestro. Sabiendo que el magisterio no es la posesión de un título que acredita a la enseñanza ni el desempeño de una determinada cátedra en algún nivel formal de instrucción, sino la persona que además de informar, forma, da forma, contribuye a que la personalidad de otros adquiera solidez, madurez, y ésta refleje en el convivir societario elementos de armonía, de paz, de justicia. (Estaba consciente que las tareas eran difíciles, no obstante su motivación le permitió alcanzarlas).

2. Grado de Integración: Alto. Realizado por: Enmanuel Zabala.

Cecilio Acosta al tener 30 años de edad, era una persona culta, en ese momento empieza a presenciar conmociones profundas que suceden en su país, por el famoso Motín de 1848, que marca la transición del pacifismo y el monarquismo, lo que se llama en la historia de Venezuela el asesinato del congreso, en el cual surgen preocupaciones políticas, divisiones ardientes extraordinarias. Todo esto pasa en el país y Cecilio A. los percibe, y sin embargo este gran personaje tan culto y con una formación académica apreciable no participa o se mezcla, pero él escribe en la prensa artículos sobre advertencias, escritos con cierta lejanía.

No participo en la lucha, no se alindera de ninguno de los lados, en cambio sus escrituras dejaban claro como debía ser una república y como debía ser una conducta de las personas que deseaban la civilización para el país y cuáles eran las normas que debían observar.

Luego vive la época de los Monagas, la cual fue muy agitada y dura para el país, y presencia la caída de José Tadeo Monagas en el año de 1858. Cecilio A. tenía 40 años de edad estando en plena madurez con un prestigio intelectual. Es curioso,

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