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Ciudad Blanca


Enviado por   •  24 de Abril de 2013  •  2.258 Palabras (10 Páginas)  •  534 Visitas

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Ciudad Blanca, Honduras: La ciudad perdida

Escuchando hoy el programa de radio de “La Hora del Té“, estaba un señor hablando sobre el fenómeno OVNI, llamado Ricardo González, mencionó algo sobre una mitica ciudad ubicada en la zona de La Mosquitia, denominada Ciudad Blanca, una ciudad perdida en medio de la jungla aun inexplorada. Sea cierto o no lo dejo a criterio de cada quien, la historia alrededor de la ciudad es muy interesante, y la gente del fenómeno OVNI le da mucho crédito. En internet se puede encontrar algo de información acerca de la ciudad, resumo un poco de lo mas importante que encontre.

Indagando el Secreto

Por siglos, los antiguos indios Pech de Olancho sostuvieron la leyenda de “Kaha Kamasa” o la “Ciudad Blanca”, un enclave sagrado o centro principal del reino desaparecido de Tlapalan ?también conocido como “el lugar antiguo en donde la aurora se origina”?. Supuestamente era una soberbia fortificación construida en piedra en medio de las peligrosas selvas de la Mosquitia, en Honduras. Aunque las noticias de esa ciudad perdida se remontan a las observaciones que hiciera en 1544 el obispo de Honduras, Cristobal de Pedraza ?llegando inclusive a compartir el resultado de sus expediciones al mismísimo Rey de España?, sin duda el hecho que más popularidad otorgó al enigma de Ciudad Blanca fue la publicación del libro “The City of the Monkey God”, obra del explorador norteamericano Theodore Morde, quien aseguró haber estado en el enclave secreto pudiendo ver en él pirámides y extrañas estatuas ?entre ellas la de un “Mono”, por ello el nombre del libro? erigidas sobre solitarias arenas blancas. Morde guardaría celosamente la ubicación exacta de su descubrimiento con la intención de volver más tarde a Ciudad Blanca con una expedición oficial guiada por él mismo, con la condición de ser él quien supervisara todo para que ningún “saqueador de tesoros” se haga un festín. No obstante, el explorador no se imaginaba que la muerte le sorprendería a mitad de sus proyectos. Morde sería misteriosamente atropellado por un automóvil mientras caminaba en los alrededores del Instituto Británico, entidad que, paradójicamente, lo iba a financiar en aquella nueva y ambiciosa expedición a Ciudad Blanca. Se habló entonces de conspiración y se dijo incluso que el propio Morde era un agente infiltrado de la CIA que no debió anunciar su hallazgo de 1939. Como fuere, luego de su muerte, el Instituto Británico llevó a cabo sin Morde las expediciones a la Mosquitia. Pero todas fracasaron. ¿Qué buscaban realmente?

Resulta inquietante saber que Morde asociaba al presunto “Dios-Mono” de Ciudad Blanca con la deidad hindú “Hanuman”. Se preguntaba si allí había un símbolo común entre tan dispares culturas que pudiera darle una pista hacia el secreto del enclave centroamericano. Además, algunas tradiciones ya señalaban a Ciudad Blanca como el lugar secreto de donde salió el mismísimo Kukulkán, el misterioso hombre barbado que guió a los olmecas y a los mayas, y que no pocos estudiosos asocian al Quetzalcoatl de los Aztecas. ¿Será posible?

Los indios Pech recuerdan que Ciudad Blanca fue creada por el relámpago y el trueno bajo el poder sobrenatural de su dios Wata. En esa presunta ciudad sagrada, dicen, se habrían depositado piedras enormes en donde se tallaron figuras de animales y seres humanos a escala natural, muy similar al panorama que nos hubiese mostrado hace 500 años el templo inca del Qoricancha, en el Cusco, con sus relucientes estatuas de oro puro. La similitud de esta descripción con la imagen que ofrecía el templo solar Inca en Cusco es como mínimo sospechosa. ¿Hubo alguna conexión entre Ciudad Blanca y antiguas culturas sudamericanas? Suena alucinante e improbable. Sin embargo, los más ancianos de la estirpe Pech cuenta lo siguiente:

“Hace unos 500 años llegaron a la Mosquitia, al área del Rió Plátano, unos seis mil colonos, provenientes según nos han dicho de lugares de lo que hoy conocemos como Sudamérica. La primera colonia fue fundada en un lugar que nosotros llamamos Chilmeca, localizada cerca de CASA BLANCA. Nuestros mayores nos relatan que ellos nacieron y crecieron en una ciudad labrada en piedras blancas y que por eso le llamaban casa blanca”.

“…fue construida por los Dioses, que transformaron gigantes piedras en diversas figuras, anímales salvajes y gigantes artefactos de procesar granos”.

(Historia Pech según relatos de Don Divio, residente en Las Marías, 1999)

Los indios prosiguen el relato afirmando que Ciudad Blanca habría perdido el camino y por ello los “dioses” castigaron a sus habitantes con sequías, plagas y pestes. Dicen que es un lugar prohibido al que “no se debe llegar”. Además, afirman que Ciudad Blanca habría sido edificada por seres cósmicos para ser el enclave sagrado de los Patatahua, los antepasados primitivos de los propios indios Pech. Pero pese a todo ello la ciudad fue abandonada luego del castigo divino, y presuntamente sigue allí, enterrada en las selvas de Honduras.

La posible ubicación y la conexión maya

El 19 de octubre de 1997 el diario británico The Sunday Times publicó una fotografía satelital que levantaría el velo de la posible ubicación de Ciudad Blanca en la Reserva del Río Plátano, en la Mosquitia hondureña. Fue el punto de partida para diversas expediciones que trataron de dar con el enclave arqueológico. Pero la mayoría fracasó, salvo el caso de la SEPHA, que sigue en deuda con los estudiosos para presentar más datos sobre el publicitado y cuestionado hallazgo

A este mito de la Ciudad Blanca se le conoce como el de “la Ciudad de los Antiguos” o “Cerro de la Palmera”. También se le llama Wahia-Patatahua, que en el dialecto Pech significaría “la aldea de los antepasados, la aldea de los primitivos”. Los indios dicen que si alguien ve la ciudad, con suerte, podrá regresar de su odisea, pero no la volverá a encontrar nuevamente ya que este centro sagrado se halla protegido por “los Antiguos”.

Al margen del resultado de estas expediciones, es importante poner en relieve que las tradiciones Pech apuntaban al mismo lugar que sugerían las imágenes satelitales. Los indios ponían en el mapa el mismo punto como el origen de sus ancestros y una posterior migración abandonando Ciudad Blanca “río

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