Conflicto De La Oroya
andreainescalero4 de Junio de 2014
5.774 Palabras (24 Páginas)477 Visitas
UNIVERSIDAD NACIONAL JOSÉ FAUSTINO SÁNCHEZ CARRIÓN”
“FACULTAD DE CIENCIAS SOCIALES”
“ESCUELA ACADEMICA PROFESIONAL SOCIOLOGÍA”
CONFLICTO MINERO AMBIENTAL EN OROYA
INTEGRANTES:
Calero Mendoza Andrea
Vare polo Eliana
Profesor:
2014
HUACHO – PERU
Objetivos
1. Objetivo general
Analizar las propuestas que se han diseñado para disminuir o remediar El impacto de la contaminación ambiental en La Oroya.
2. Objetivos específicos
• Describir la situación ambiental que caracteriza a La Oroya
• Identificar las propuestas, iniciativas y planes sugeridos para resolver o mitigar el problema ambiental de La Oroya
• Analizar los alcances, los límites y las posibilidades de las propuestas de mitigación y resolución existentes
ESQUEMA DE DESARROLLO
1. Conflicto Minero Ambiental
1.1 Población
1.2 Empresa
1.3 Oroya
2. Consecuencia
2.1 Flora
2.2 Fauna
2.3 Población
A)Salud
B) Educación
C) Político
3. Alternativas De Solución
3.1 Por Parte De La Empresa
3.2 Por Parte De La Población
CONFLICTO MINERO AMBIENTAL EN LA OROYA
Existe un pueblo donde las casas, las calles, el hospital, las calles, colegios y unas pocas áreas verdes están cubiertos por un polvo gris. Entre las partículas de esa nube negra que parece arena hay plomo, el plomo que sale de las chimeneas de una fundición de metales que ha traído trabajo progreso y decenas de historia de niños que no engordan ni crecen y que tragan esa tierra toxica cada vez que se meten el dedo a la boca. (1)
_________________________________________________
El problema socio ambiental que enfrenta La Oroya tiene tanto de antiguo como de actual. Si los primeros impactos contra el ambiente comenzaron a ser registrados en 1922, a pocos meses de entrar en operaciones la fundición metalúrgica, hoy, después de 90 años de actividades casi ininterrumpidas, las anomalías se han extendido más allá de la salud pública local para convertirse en un problema socio ambiental bastante complejo. Dicha complicación se hace manifiesta a través de la relación de dependencia estructural de la ciudad respecto de la fundición, apremiantes decisiones financieras y empresariales, tensas relaciones entre población, empresa, ONG y Estado, así como críticas condiciones ambientales y fuertes presiones mediáticas; sin olvidar denuncias judiciales y querellas contractuales pendientes de resolverse en instancias nacionales e internacionales. (2)
Pero la particularidad del caso de La Oroya no radica únicamente en su cuasi centenaria exposición a las emisiones contaminantes provenientes de las actividades metalúrgicas. Tampoco en la naturaleza atípica de la conflictividad tejida a su alrededor –donde el Estado es sindicado por la propietaria de la fundición y por un sector importante de la ciudad como responsable de la situación de entrampamiento a la que se ha llegado--, y menos en la ya mencionada condición de dependencia económica de la población respecto de la continuidad de las operaciones metalúrgicas. Su peculiaridad se afinca en otro rasgo inherente a la condición ambiental imperante hoy en La Oroya, pese a los años transcurridos desde que la empresa privada Doe Run Perú se hizo cargo de la fundición (1997), cual es: la multiplicidad de propuestas orientadas a resolver o mitigar la contaminación ambiental a la que se haya expuesta La
Oroya, en un contexto nacional de mayor sensibilidad y preocupación hacia los asuntos ambientales. (3)
A continuación, se describe la situación en la que ha derivado el conflicto socio ambiental en La Oroya en los últimos diez años, donde se resaltan las fuerzas sociales y políticas interactuantes y la dinámica conflictual emergente.
Tras ello, se examina la data disponible del factor que ha marcado la génesis del conflicto, cual es, los impactos de las operaciones metalúrgicas en la salud ambiental, los recursos hídricos, los suelos y la atmósfera local.
____________________________________________________________________________
(1) Raúl Chacón (El caso de Rancas: paradigmas de relaciones minería-comunidades y modelo de desarrollo; El nacimiento del ecologismo popular en el Perú, (2) Anthony Bebbington (Minería, movimientos sociales y respuestas campesinas; (3) Martín Scurrah (Defendiendo Derechos y promoviendo cambios: el Estado, las empresas extractivas y las comunidades Locales en el Perú)
.1 LA OROYA Y LA MINERÍA
En primer lugar, y es el lugar común más extendido, el asentamiento de La Oroya no es una explotación minera, sino una planta metalúrgica. Fue propiedad de Cerro de Pasco Cooper Corporación desde 1922 hasta su nacionalización en el Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas (Velasco), en que pasó a manos de Centromín Perú. En 1997 se privatizó y fue adquirido por Doe Run Perú. Pero aquí cabe hacer una aclaración. Doe Run no adquirió todo lo que antes era Centromín o Cerro de Pasco Cooper Corporation, solo compró la metalúrgica de La Oroya, y aparte, el asentamiento minero de Cobriza, en Huancavelica. Hay contaminación del río Mantaro en Junín, pero esta se produce en los asentamientos mineros de Morococha y no en las instalaciones de Doe Run, cuyo impacto se da básicamente en el aire. (4)
Cuando se habla de contaminación en La Oroya se indica como responsable directa a Doe Run, que ciertamente contamina el aire y que pidió la ampliación del plazo a fines del año pasado para cumplir con el PAMA. Pero tal vez se olvida que setenta años de actividad sin las regulaciones y tecnología con la que se cuenta ahora dejan un fuerte pasivo. Durante meses el Estado (mediante la ya liquidada Centromín) mantuvo una discusión con Doe Run para ver quién se hacía responsable de dichos pasivos. Finalmente, se estableció que Activos Mineros, nueva empresa estatal, se hiciera responsable por los activos que correspondían al periodo previo a la privatización. Es lo más justo, ya que Doe Run lleva solo una década de operaciones y que en tal periodo es muy difícil (si no imposible) revertir toda la situación. Ahora bien, ello tampoco disculpa que algunos de los indicadores de contaminación se hayan incrementado. (5)
Doe Run no es una mansa paloma (contamina, y eso creo que consta a todos), pero tampoco caigamos en la idealización de unos por la simple oposición a un contrario. Es lo que muchos hacen con ONG’s y líderes que se enfrentan a las empresas mineras. A diferencia de otros casos, el de La Oroya se distingue por tener una importante parte de la población del lado de la empresa y no del lado de los ambientalistas. Esto se debe, creo yo, a dos motivos. Uno, la metalúrgica es el eje a partir del cual se desarrolla toda la actividad económica de la ciudad (que a decir verdad, nació a partir de la instalación de la planta).(6)
(4) Doris Balvín (Medio ambiente, minería y sociedad. Una mirada distinta); (5) Anthony Bebbington (Actores y ambientalismos: Continuidades y cambios en los conflictos socio-ambientales en el Perú); (6)http://JOSETALAVERA.blogspot.com/2007/09/la-oroya-y-la-minera.html
Y dos, porque a diferencia de lo que la mayoría cree, la gente puede tener poca educación, pero no es idiota como para no darse cuenta de quienes intentan engañar o manipular. Doe Run ha ejecutado diversos proyectos que le han
ganado el apoyo de parte de la población, al mismo tiempo que ha sufrido ataques de diverso tipo de parte de sus opositores, entre ellos varias ONG’s. Aquí cabe hacer una precisión más: no tengo nada en contra de las ONG’s, menos de las ambientalistas, y reconozco que cumplen una importante labor como parte de la sociedad civil, pero una cosa son las matrices y otra las filiales y los mismos ejecutores (lo que a nivel de partidos llamaríamos “operadores políticos”). Por ejemplo, Oxfam y Conacami son algunas de las ONG’s que tienen presencia en La Oroya, cada una con una fama ganada, pero sus representantes en la ciudad no resultan ser los más correctos. Con las radios locales sucede lo mismo. Se da incluso el caso de hostigamiento a directivos de la empresa: llamadas telefónicas, burlas, amenazas, calumnias, chantajes, etc. Todo esto lo sé de primera fuente. (6)
Ante lo anterior me salta una pregunta a la cabeza, ¿por qué en donde Doe Run verdaderamente realiza explotación minera, en Cobriza – Huancavelica, no hay denuncias de contaminación, pero si en La Oroya, en donde solo tiene una planta metalúrgica? Ha habido cierta irresponsabilidad en La Oroya, pero si comparamos a sus dos asentamientos deberíamos preguntarnos por qué tal diferencia, por qué a una se le ataca tanto y a la otra no. Difícilmente los opositores a Doe Run mencionan los pasivos de las antiguas empresas (Cerro de Pasco y Centromín). (6)
He estado un par de veces en La Oroya y por lo tanto me consta lo desagradable que resulta para la vista y el olfato, me consta la polución presente, pero tengo la impresión que los ataques son desmedidos, con otros fines de
...