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Criminologia

julieliza16 de Julio de 2013

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UNIVERSIDAD AUTONOMA DE SANTO DOMINGO

ESCUELA DE CIENCIAS JURÍDICAS Y POLÍTICA

CARRERA DE DERECHO

LA DISTRIBUCION DE LAS INFRACCIONES EN LA REPUBLICA DOMINICANA

PROFESOR: Américo Herasme

SUSTENTADO POR: MATRICULA:

Gisell A. Familia ac-8816

SANTO DOMINGO

REPÚBLICA DOMINICANA

27/11/12

INTRODUCCIÓN

Con este análisis queremos conocer el origen de los crímenes y delitos cometidos en nuestro país, con el propósito de demostrar que las causas de los crímenes en nuestro país radican en los efectos del mundo circundante.

En el proceso de investigación se procedió a la revisión general de algunos documentos generales, fuentes como el internet y del libro de esta materia del eminente profesor Américo Herasme ya que sirven de punto de referencia de lo que es el tema como objeto de análisis.

La finalidad que queremos conseguir es que estos nuevos conocimientos los cuales hemos adquirido en la elaboración del mismo, contribuya con nuestra formación de futuros profesionales del Derecho.

TEMAS

Distribución geográfica de las infracciones en la República Dominicana

Conceptos generales:

• Cantidad y clase de delitos cometidos en el campo dominicano.

• La vida del peón en el campo dominicano

• El fatalismo del campo dominicano

• El matonismo criollo

• El hombre de la frontera dominico-haitiana

• Las razas que poblaron y habitaron en el país

• La influencias del clima en la criminalidad dominicana

• Criminalidad pasional erótica

Desarrollo

Conceptos Generales.

El prominente jurista dominicano Dr. Freddy Prestol Castillo, en su escrito, publicado en 1971, ha tratado de demostrar que las principales causas del crimen en nuestro país, radican, unos en los efectos de los elementos del mundo circundante natural, físico o geográfico de la República, y otros, en las características y costumbres del mestizaje racial que habita en el país. Para él, la influencia del paisaje dominicano es una fuente directa del delito, y por esa razón, el hombre de campo o campesino dominicano, tiene una natural tendencia hacia la delincuencia en general, marcadamente hacia los delitos contra la honestidad, contra las propiedades y contra las personas. Por un lado él entiende que las influencias del paisaje o medio físico es la única causa del delito: por otra parte considera, que la tendencia del campesino dominicano hacia la delincuencia, es causada por los efectos de los elementos endógenos o físico-biológicos que éste hereda de sus antepasados, quienes en una gran mayoría pertenecían a la raza negra. Para él la raza negra y su mestizaje, que han dado origen al campesino dominicano, es la fatal causa que no sólo ha inclinado al campesino hacia .la delincuencia, sino que además, lo han convertido en un hombre inferior que por su falta de vocación hacia la libertad, su incultura y su pereza, ha sido relegado al sitial de peón y de esclavo, o por lo menos al lugar de personas subordinadas.

Estas tesis de Prestol Castillo son muy elementales y sutiles.

Nuestro campesino no ha sido influido directamente por el paisaje para la comisión de crímenes y delitos, sino que, como éste siempre ha vivido en el campo, por eso se considera que el paisaje influye directamente en su conducta delincuente. Sin embargo, es también demostrable, que la conducta delincuente del campesino

dominicano, no es causada por la influencia directa del paisaje; sino que, corno el campo casi siempre ha sido abandonado por los gobiernos que ha tenido la República, manteniéndolo sin desarrollo económico, ni social, ni cultural; por eso, nuestro campesino, que ha sido dejado a, su suerte, está sumido en la miseria, el aislamiento social y la incultura, y: debido a ello ha tenido que inclinarse, quizás, hacia la delincuencia la condición de peón y a conservar una dosis de resentimiento que lo convierte en hombre agresivo y desconfiado.

Se puede deducir que la incultura que ha tenido el campesino dominicano ha sido causada por la falta de enseñanza que no es perezoso, sino trabajador; que si no tiene su propio conuco; es porque no ha tenido la oportunidad de adquirirlo o e conservarlo, y que si tiende hacia la delincuencia, es porque su mayoría ha sido constreñida por la miseria y un marcado estado de necesidad.

El brillante escritor dominicano, para una mejor explicación de sus ideas, divide su "trabajo" en varias partes, tales como las siguientes:

A. El delito en el campo;

B. El fatalismo del paisaje;

C. Potenciales criminoloides: el matonismo criollo;

D. Influencias mesológicas;

E. La Frontera;

F. Razas: negros y blancos;

G. Influencia del sistema de represión de la delincuencia;

H. Influencia climatológica en nuestros delitos;

I. Crímenes pasionales eróticos, y

J. Casos especiales.

Cantidad y Clases de Delitos Cometidos en el Campo Dominicano.

Expresa que "la revisión global de la estadística criminal dominicana establece que la delictuosidad de nuestro campo corresponde a tres delitos señeros, que son los siguientes:

1. Ultrajes a la honestidad en todas sus formas, tales como gravidez, sustracción de menores, estupros, ultrajes al pudor;

2. Delitos contra la propiedad, principalmente los robos simples, no abundando los robos calificados, y

3. Delitos y crímenes contra las personas, tales como homicidios y una gran cantidad de agravios físicos de orden menor".

Nuestros campos tienen menos habitantes que los centros urbanos; empero, se puede de• mostrar también que, no obstante la disminución del campesinado y el aumento del urbanismo, en nuestro país se cometen las mismas clases de delitos y en una mayor cantidad, lo que prueba que anteriormente las causas del delito no radicaban en los efectos de los elementos del mundo circundante físico ó natural, sino en los efectos de los elementos del mundo circundante social.

El escritor dominicano explica que el crimen pasional erótico, de orden sexual es un delito del campo, según él porque "la gran cantidad de delitos sexuales que ocurrían en aquella época en el habitat del campo dominicano, era el resultado de una hiperestesia sexual que el campesino heredaba de la virilidad sexual de las razas que han habitado nuestro suelo patrio. Esta clase de delitos era cometida en la cantidad que ha dicho, el citado escritor dominicano debido a las causas siguientes:

A. Porque casi siempre en nuestros campos ha habido la carencia de otra diversión distinta a los placeres sexuales;

B. Porque en nuestros campos no existía el hábito del matrimonio, por lo que casi todas las relaciones conyugales han sido el producto de una sustracción consensual de menores;

C. Porque la mayoría de esos lugares casi siempre han vivido en la oscuridad, no sólo por causa de la ignorancia, sino porque han carecido de luz eléctrica, de vías de comunicación adecuadas y del grado de escolaridad necesario para el mantenimiento de un nivel cultural aceptable.

En fin, más que biológico endógenos, los factores que casi siempre han impulsado a nuestros campesinos hacia la delincuencia general y marcadamente a la delincuencia sexual, ha sido de procedencia ambiental o más bien causadas por los elementos del mundo circundante social. El Dr. Prestol Castillo ha querido hacernos creer que la condición de peón que ha tenido y que tiene nuestro campesinado, es consecuencia de su incultura; y que tanto ésta así como su supuesta vocación de asalariado, son causadas por su disposición física biológica: y no por su condición de pobreza. la que ha sido producida, no por causa de la incultura ni la pereza, sino por causa el injusticia social, el subdesarrollo económico y la explotación laboral que han imperado casi siempre en la República en contra campesinado.

La Vida del Peón en el Campo Dominicano.

“El peón no tiene tierras; ni tiene animales, y si acaso tiene tierras no las trabaja, prefiriendo trabajar en las grandes fincas, presionado por la necesidad inmediata". Además, que las "tierras permanecen baldías y en ellas no alienta la crianza". Interpretando literalmente las explicaciones, su condición de peón se debe a su vocación de hombre subordinado. Empero, el mismo escritor se contradice cuando afirma que el peón no tiene tierras ni animales, lo que indica que si el campesino dominicano ha trabajado como peón en las grandes fincas, ha sido porque no ha tenido otro sitio donde trabajar; y que lo ha hecho, porque ha estado presionado por sus inmediatas necesidades. Esto pone de manifiesto, que el campesino dominicano siempre ha sido un hombre de vergüenza y trabajador; no un perezoso inculto que ha actuado obedeciendo a su condición racial.

"Si el campesino peón tiene tierras las mantiene baldías, y que en éstas no alienta la crianza de animales”. Son opiniones personales del autor; no demostraciones científicas; pues, es demostrable que no todos los campesinos dominicanos han sido peones, y además, que no todos los peones han sido campesinos. También es demostrable

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