Crisis De Las Democracias Liberales

Facultad Pedagogía en historia y Ciencias Sociales.

Europa y el siglo XX.

Crisis de las democracias liberales: quiebre del discurso europeo.

Estudiantes: Esteban González,

José Miguel Soto.

Ayudante: Tiery Amigo.

Profesora: Adriana Capaldo.

Fecha de entrega: 15 de agosto de 2013

Introducción.

Si comenzamos a examinar a las grandes civilizaciones y culturas del mundo, una de las más importantes (por su gran capacidad de expansión y hegemonía por ejemplo), es la civilización y cultura Occidental, que a lo largo de su desarrollo histórico, muestra en sus primeras filas un discurso impregnado por la modernidad y alimentado por el poder que representa la razón, donde se estructura un imaginario occidental de desarrollo y progreso que aseguraría el devenir histórico de la humanidad por un sendero de gloria y civilización. Es así como la civilización occidental se considera "capitalista desde el punto de vista económico, liberal en su estructura jurídica y constitucional, burguesa por la imagen de su clase hegemónica característica y brillante por los adelantos alcanzados en el ámbito de la ciencia, el conocimiento y la educación, así como del progreso material y moral". (Hobsbawm.1994:16)

Con este manifiesto del esplendor que sostiene este discurso Occidental y su carácter universalista del proyecto, confirman a su vez el triunfo de un discurso democrático de carácter liberal. Es por eso que “como doctrina, se relaciona sin duda directamente con la noción de libertad, pues surgió como enemigo del privilegio conferido a cualquier clase social por virtud del nacimiento o la creencia” ( H.J. Laski. 1936:14), ya que “lo que produjo el liberalismo fue la aparición de una nueva sociedad económica hacia el final de la Edad Media” (H.J. Laski. 1936:16). Pareciera ser que las problemáticas y discusiones sobre el hacer política (democracias liberales) y el cómo los sistemas de comercio deben funcionar (capitalismo), se encontraban resueltas por este maravilloso y ejemplar proyecto fruto de la modernidad y la ilustración del siglo XVIII. Pero el retroceso de las democracias liberales durante el Periodo Entreguerras, confirma un desgaste de los valores europeos asociados al discurso de desarrollo y progreso, promulgado por las democracias liberales. El desarrollo de las organizaciones proletarias (de izquierda), el descontento social y el desencanto

por las doctrinas liberales de parte de la población y de las estructuras de poder que se desarrollaron durante el siglo XX, y posteriormente el estallido de la Primera Guerra Mundial (1914-1918), donde “…radicales, socialistas y comunistas occidentales de ese período se sentían inclinados a considerar la era de la crisis mundial como la agonía final del sistema capitalista. El capitalismo, afirmaban, no podía permitirse seguir gobernando mediante la democracia parlamentaria y con una serie de libertades que, por otra parte, habían constituido la base de los movimientos obreros reformistas y moderados. La burguesía, enfrentada a unos problemas económicos insolubles y/o a una clase obrera cada vez más revolucionaria, se veía ahora obligada a recurrir a la fuerza y a la coerción” (Hobsbawm.1994:142) , significó claramente un quiebre estructural que significo el nacimiento y desarrollo de un nuevo conjunto de características sobre el discurso occidental y la construcción del sujeto civilizado. En este ensayo se desarrollara un análisis sobre la crisis de las democracias liberales, desarrollado durante el Periodo Entreguerras (1918-1939) a comienzos del siglo XX, desde dos perspectivas; en primer lugar se visualizara este periodo como una época de crisis a nivel mundial (en primera instancia se hace referencia a la Primera Guerra Mundial 1914-1918 como resultado de esta crisis) de las estructuras liberales como el quiebre de los valores europeos y del esplendor del proyecto emanado de la modernidad y la ilustración , en segundo lugar se desarrollara una investigación sobre el proceso de reconstrucción de estos valores europeos y el discurso occidental, que realizo la derecha de principios de siglo, que le aseguro “…triunfos cruciales revestida con el ropaje del fascismo, puesto que antes de 1914 habían existido movimientos extremistas de la ultraderecha que hacían gala de un nacionalismo y de una xenofobia histéricos, que idealizaban la guerra y la violencia, que eran intolerantes y propensos a utilizar la coerción de las armas, apasionadamente antiliberales, antidemócratas, antiproletarios, antisocialistas y antirracionalistas, y que soñaban con la sangre y la tierra y con el retorno a los valores que la modernidad estaba destruyendo" (Hobsbawm.1994:132).

La crisis de las democracias liberales, significó el surgimiento de un nuevo discurso (de carácter revolucionario) sobre los valores europeos, las dinámicas político-sociales de parte de la derecha de la época, donde se comienza a desarrollar un “odio común a la Ilustración del siglo XVIII, a la revolución francesa y a cuanto creían fruto de esta última: la democracia, el liberalismo y, especialmente, «el comunismo ateo»( Hobsbawm.1994:121)", donde la iglesia también juega un protagonismo importante al momento de evidenciar su marcado alineamiento discursivo que construyeron los discursos totalitarios desarrollados a comienzos de siglo. Para poder formular un análisis sobre la crisis de los valores europeos de comienzos del siglo XX, es necesario establecer una relación entre la crisis del liberalismo y el surgimiento de los totalitarismos, ya que “…Las condiciones óptimas para el triunfo de esta ultraderecha extrema eran un estado caduco cuyos mecanismos de gobierno no funcionaran correctamente; una masa de ciudadanos desencantados y descontentos que no supieran en quién confiar; unos movimientos socialistas fuertes que amenazasen —o así lo pareciera— con la revolución social, pero que no estaban en situación de realizarla; y un resentimiento nacionalista contra los tratados de paz de 1918-1920(Hobsbawm.1994:133)”, esta cadena de vestigios comienzan a dar una luz sobre él como la Europa del siglo XX, posteriormente a la Primera Guerra Mundial (1914-1918), intenta dar un orden, en medio de un caos social y político. Los movimientos derechistas de la época, comienzan a trazar bosquejos sobre un totalitarismo en respuesta a la crisis de las democracias liberales, de carácter revolucionario, “en la medida en que algunos de sus miembros preconizaban una transformación fundamental de la sociedad, frecuentemente

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