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DECLARACIÓN ED. SUPERIOR UNESCO. París, Octubre 9 De 1998

THE_VEGA15 de Mayo de 2013

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DECLARACION MUNDIAL SOBRE LA EDUCACION SUPERIOR

EN EL SIGLO XXI: VISION Y ACCION

(París, Octubre 9 de 1998)

PREAMBULO

En los albores del nuevo siglo, se observan una demanda de educación superior sin

precedentes, acompañada de una gran diversificación de la misma, y una mayor toma de

conciencia de la importancia fundamental que este tipo de educación reviste para el

desarrollo sociocultural y económico y para la construcción del futuro, de cara al cual las nuevas

generaciones deberán estar preparadas con nuevas competencias y nuevos conocimientos e ideales.

La educación superior comprende "todo tipo de estudios, de formación o de formación para la

investigación en el nivel postsecundario, impartidos por una universidad u otros establecimientos de

enseñanza que estén acreditados por las autoridades competentes del Estado como centros de

enseñanza superior"*. La educación superior se enfrenta en todas partes a desafíos y dificultades

relativos a la financiación, la igualdad de condiciones de acceso a los estudios y en el transcurso de

los mismos, una mejor capacitación del personal, la formación basada en las competencias, la mejora

y conservación de la calidad de la enseñanza, la investigación y los servicios, la pertinencia de los

planes de estudios, las posibilidades de empleo de los diplomados, el establecimiento de acuerdos de

cooperación eficaces y la igualdad de acceso a los beneficios que reporta la cooperación internacional.

La educación superior debe hacer frente a la vez a los retos que suponen las nuevas oportunidades

que abren las tecnologías, que mejoran la manera de producir, organizar, difundir y controlar el saber

y de acceder al mismo. Deberá garantizarse un acceso equitativo a estas tecnologías en todos los

niveles de los sistemas de enseñanza.

La segunda mitad de nuestro siglo pasará a la historia de la educación superior como la época de

expansión más espectacular; a escala mundial, el número de estudiantes matriculados se multiplicó

por más de seis entre 1960 (13 millones) y 1995 (82 millones). Pero también es la época en que se

ha agudizado aún más la disparidad, que ya era enorme, entre los países industrialmente

desarrollados, los países en desarrollo y en particular los países menos adelantados en lo

que respecta al acceso a la educación superior y la investigación y los recursos de que disponen. Ha

sido igualmente una época de mayor estratificación socioeconómica y de aumento de las diferencias

de oportunidades de enseñanza dentro de los propios países, incluso en algunos de los más

desarrollados y más ricos. Si carece de instituciones de educación superior e investigación adecuadas

que formen a una masa crítica de personas cualificadas y cultas, ningún país podrá garantizar un

auténtico desarrollo endógeno y sostenible; los países en desarrollo y los países pobres, en particular,

no podrán acortar la distancia que los separa de los países desarrollados industrializados. El

intercambio de conocimientos, la cooperación internacional y las nuevas tecnologías pueden brindar

nuevas oportunidades de reducir esta disparidad.

La educación superior ha dado sobradas pruebas de su viabilidad a lo largo de los siglos y de su

capacidad para transformarse y propiciar el cambio y el progreso de la sociedad. Dado el alcance y el

ritmo de las transformaciones, la sociedad cada vez tiende más a fundarse en el conocimiento,

razón de que la educación superior y la investigación formen hoy en día parte fundamental del

desarrollo cultural, socioeconómico y ecológicamente sostenible de los individuos, las comunidades y

las naciones. Por consiguiente, y dado que tiene que hacer frente a imponentes desafíos, la propia

educación superior ha de emprender la transformación y la renovación más radicales que

jamás haya tenido por delante, de forma que la sociedad contemporánea, que en la actualidad vive

Conferencia Mundial sobre la Educación Superior. UNESCO Octubre 5 -9 de 1998 2

una profunda crisis de valores, pueda trascender las consideraciones meramente económicas y asumir

dimensiones de moralidad y espiritualidad más arraigadas.

Con la intención de encontrar soluciones para estos desafíos y de poner en marcha un proceso de

profunda reforma de la educación superior, la UNESCO ha convocado una Conferencia Mundial sobre

la Educación Superior en el siglo XXI: Visión y acción. Como parte de los preparativos de la

Conferencia, la UNESCO publicó en 1995 su documento de orientación sobre Cambio y desarrollo en

la educación superior. Ulteriormente se celebraron cinco consultas regionales (La Habana, noviembre

de 1996; Dakar, abril de 1997; Tokio, julio de 1997; Palermo, septiembre de 1997 y Beirut, marzo de

1998). En la presente Declaración se toman debidamente en cuenta, sin perder de vista el carácter

propio de cada documento, las Declaraciones y Planes de Acción aprobados por esas reuniones, que

se adjuntan a la misma, así como todo el proceso de reflexión generado por la preparación de la

Conferencia Mundial.

* * *

Nosotros, los participantes en la Conferencia Mundial sobre la Educación Superior, reunidos del 5 al 9

de octubre de 1998 en la Sede de la UNESCO en París,

Recordando los principios de la Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos

Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y el Pacto

Internacional de Derechos Civiles y Políticos,

Recordando la Declaración Universal de Derechos Humanos y, en particular, el párrafo 1 de su

Artículo 26, en que se declara que "toda persona tiene derecho a la educación" y que "el acceso a los

estudios superiores será igual para todos, en función de los méritos respectivos", y haciendo suyos los

principios básicos de la Convención relativa a la lucha contra las discriminaciones en la esfera de la

enseñanza (1960), en virtud de cuyo Artículo 4 los Estados Partes se comprometen a "hacer accesible

a todos, en condiciones de igualdad total y según la capacidad de cada uno, la enseñanza superior",

Teniendo en cuenta las recomendaciones relativas a la educación superior formuladas por las grandes

comisiones y conferencias, como por ejemplo la Comisión Internacional sobre la Educación para el

Siglo XXI, la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo, las 44ª y 45ª reuniones de la Conferencia

Internacional de Educación (Ginebra, 1994 y 1996), las resoluciones aprobadas por la Conferencia

General de la UNESCO en sus 27ª y 29ª reuniones, en particular en relación con la Recomendación

relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior, la Conferencia Mundial sobre

Educación para Todos (Jomtien, Tailandia, 1990), la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el

Medio Ambiente y el Desarrollo (Río de Janeiro, 1992), la Conferencia sobre libertad académica y

autonomía universitaria (Sinaia, 1992), la Conferencia Mundial de Derechos Humanos (Viena, 1993),

la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social (Copenhague, 1995), la Cuarta Conferencia de las Naciones

Unidas sobre la Mujer (Beijing, 1995), el Segundo Congreso Internacional sobre Educación e

Informática (Moscú, 1996), el Congreso Mundial sobre Educación Superior y Desarrollo de los

Recursos Humanos en el Siglo XXI (Manila, 1997), la Quinta Conferencia Internacional de Educación

de las Personas Adultas (Hamburgo, 1997) y, en especial, la Agenda para el Futuro, en cuyo Tema 2

(Mejorar las condiciones y la calidad de la educación de adultos) se declara lo siguiente: "Nos

comprometemos a … abrir las escuelas, colegios y universidades a los educandos adultos … pidiendo

a la Conferencia Mundial [sobre la] Educación Superior (París, 1998) que fomente la transformación

de las instituciones de enseñanza postsecundaria en instituciones de educación permanente, y defina

en consecuencia la función de las universidades",

Conferencia Mundial sobre la Educación Superior. UNESCO Octubre 5 -9 de 1998 3

Convencidos de que la educación es uno de los pilares fundamentales de los derechos humanos, la

democracia, el desarrollo sostenible y la paz, por lo que deberá ser accesible para todos a lo largo de

toda la vida, y de que se necesitan medidas para asegurar la coordinación y cooperación entre los

diversos sectores y dentro de cada uno de ellos y, en particular, entre la educación general, técnica y

profesional secundaria y postsecundaria, así como entre universidades, escuelas universitarias e

instituciones técnicas,

Considerando que, en este contexto, la solución de los problemas que se plantean al respecto en los

albores del siglo XXI estará determinada por la amplitud de miras de la sociedad del futuro y por la

función que se asigne a la educación en general y a la educación superior en particular,

Conscientes de que, en el umbral de un nuevo milenio, la educación superior debe hacer prevalecer

los valores e ideales de una cultura de paz, y que se ha de movilizar a la comunidad internacional

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