Delincuencia como una acción que ejercen personas al violar las leyes
jeisson lopezTrabajo21 de Marzo de 2017
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INTRODUCCION
Podemos definir la delincuencia como una acción que ejercen personas al violar las leyes y por las cuales, en caso de ser condenadas por tales hechos, se deben cumplir un castigo impuesto por un juez. El término “delincuentes” trata de un grupo de individuos que van en contra de las reglas sociales.
Guatemala atraviesa actualmente por uno de los períodos más difíciles de su historia en lo atinente a la evidente incapacidad del gobierno para proveer a los habitantes un mínimo de seguridad frente al desbordado Vandalismo que impera en todo el país especialmente y en una dimensión que raya en la barbarie a nivel de la ciudad capital y municipios aledaños.
El interés que tenemos al realizar el trabajo es el crecimiento de la delincuencia que cada día aumentan las victimas ya que los delincuentes hacen hechos como las extorsiones, hay personas que utilizan la violencia como un medio para solucionar los problemas y otros la utilizan para conseguir un “sustento para la vida”, las personas hacen justicia por su propia cuenta ya que las autoridades no ejercen las leyes gubernamentales según la Constitución de la República de Guatemala.
En la realización de esta investigación utilizamos diferentes métodos para complementar el trabajo, como: internet, libros y documentos, para saber que los guatemaltecos presenciamos con horror como cada día crece, se amplía y se afianza el poder de la delincuencia común y las maras, los pandilleros se están haciendo poderosos a costillas del ciudadano honrado e indefenso.
Siempre oímos hablar de la delincuencia. Delincuente es una palabrita que proviene de otra que está en otro idioma, que es delinquir. Delinquir significa el que ha dejado el camino recto. El camino bueno. Eso dice mucho, pero no dice todo.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
En el presente trabajo se pretende conocer que es la delincuencia y cuáles son los daños que ocasionan al mundo y al territorio nacional.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
- Determinar el estado actual que atraviesa Guatemala en el entorno de la delincuencia.
- Conocer los tipos de delincuencia que existen en el país y cuáles son las causas que originan este problema.
- Proponer un plan de acción para que las comunidades se organicen contra la delincuencia y así disminuya en gran parte del territorio nacional.
JUSTIFICACIÓN
Actualmente en el mundo y en Guatemala se observan grandes problemas con la justicia y debido a eso hay mucha delincuencia por la falta de atención del gobierno a las comunidades pobres y puede afectar a las personas honradas y humildes.
Este problema tiene una relación directa con la falta de atención y educación de los padres y del estado hacia los jóvenes y esto los incita a practicar la violencia y la delincuencia para poder sobrevivir en la vida sin la protección de un padre y una madre que los resguarde y que los apoye.
Sin embargo el estado trata de respetar a muchos jóvenes que están adentro de pandillas, maras, jóvenes alcohólicos y drogadictos para que puedan tener un futuro donde ellos se puedan valer por sí mismo en la necesidad de robar a personas.
Delincuencia
¿Qué es delincuencia? Es un concepto que se usa cotidianamente para referirnos a distintas situaciones. Cuando se habla de delincuencia estamos haciendo referencia al hecho de cometer uno o varios delitos, es una acción que ejercen personas al violar las leyes y por las cuales, en caso de ser condenadas por tales hechos, se deben cumplir un castigo impuesto por un juez. Por lo tanto, el término “delincuentes” trata de un grupo de individuos que van en contra de las reglas sociales.
Delincuencia En Guatemala
Guatemala atraviesa actualmente por uno de los períodos más difíciles de su historia en lo atinente a la evidente incapacidad del gobierno para proveer a los habitantes un mínimo de seguridad frente al desbordado Vandalismo que impera en todo el país especialmente y en una dimensión que raya en la barbarie a nivel de la ciudad capital y municipios aledaños, es tal el poder que han logrado alcanzar la delincuencia y las maras, que la autoridad titular encargada (PNC) de atender tal situación confiesa (y aun no lo hiciera) no disponer de la capacidad necesaria para ejercer algún control sobre tales grupos de maleantes mucho menos para reducirlos.
Los guatemaltecos presenciamos con horror como cada día crece, se amplía y se afianza el poder de la delincuencia común y las maras, los pandilleros se están haciendo poderosos a costillas del ciudadano honrado e indefenso, cobran arbitrios para no matar, amedrentan a los vecinos que en resguardo de su vida abandonan sus viviendas cediéndoles más territorio, las maras intimidan, extorsionan, secuestran, roban, violan, asesinan y frente a esta desolación, el ciudadano descubre que está totalmente desprotegido, no solo se siente impotente realmente lo está, porque no tiene la posibilidad de defenderse o de enfrentar a estos grupos criminales.
El clima de zozobra generado por la empeñosa actividad de las maras y la incomprensible pasividad de los entes gubernamentales encargados unos de ejercer su autoridad para proteger a los guatemaltecos y otros de impartir pronta justicia nos está llevando al caos total. Ante el panorama incierto que plantea la manifiesta ingobernabilidad que alienta la flojera del Gobierno y como consecuencia de su situación desesperada el ciudadano común, cae en la tentación de organizarse (y tal vez armarse) por su cuenta para hacer justicia por propia mano, cegado por la desprotección que afronta no logra visualizar los riesgos inherentes a esta nueva amenaza, la organización que inicialmente se inspira en los nobles postulados de proteger y resguardar la vida y los bienes de quienes la integran pudiera en algún momento llegar a ser poderosa, ese mismo poder a su vez será capaz de corromperla y Dios no lo quiera, un día no muy lejano convertirla en un nuevo enemigo de la comunidad que la creo y alimento esperanzadamente.
Indiscutiblemente que toda la responsabilidad encarnada en el concepto de seguridad ciudadana le corresponde al estado, en el caso de Guatemala con inicial minúscula aludiendo a la minúscula dimensión en que el Gobierno la está cumpliendo, a pesar de que como ya fue apuntado, la actividad delincuencial raya en la barbarie. Frente a esta tragedia cotidiana, las más altas autoridades de Gobierno, empeñadas en la tarea política de proyectar un artificial clima de sosiego y de privilegiar los intereses de grupos e individuos que respaldaron y financiaron la campaña electoral que los llevo al poder, asumen la infantil postura de desviar (insultando la inteligencia de todos) nuestra atención hacía cuestiones de importancia relativa, los distractores abarrotan la plana informativa de los Medios de Comunicación (más que todo escritos) buscando minimizar en la opinión pública nacional e internacional, el impacto social del problema maras, aun a sabiendas que todo mundo está consciente de la trágica gravedad de la situación, como es de esperarse, este Gobierno como los anteriores, pretende tapar el sol con un dedo y ocultar que la responsabilidad de gobernar al país les quedo demasiado grande, no solo por falta de voluntad política, sino por la ausencia de un proyecto de Nación, a partir del cual, pueda gobernar de manera coherente o por lo menos honrando sus promesas de campaña.
El nefasto panorama de inseguridad generado por la incontenible embestida de la delincuencia común y de las maras, hoy más que nunca pone de manifiesto la incapacidad de la PNC para ejercer algún control y proteger al ciudadano, las causas de tal condición son diversas y dolorosas y se enlistan tanto de forma como de fondo: La falta de recursos económicos de la institución, un entrenamiento deficiente, una mediocre selección del elemento humano, una débil estructura de mando, obsoletas técnicas de prevención del delito, falta de manejo de estrategias globales de contención y control del delincuente, escasa formación de conciencia ciudadana de los elementos y como factor crítico, la ausencia total de convicción en la fe del deber, denominador casi común a los elementos de la PNC crea un vació que los arrastra velozmente a corromperse aun en el período de entrenamiento.
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