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Derecho Romano. Contexto Histórico y Antecedentes

helloitsme 213Documentos de Investigación22 de Marzo de 2019

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Contexto Histórico y Antecedentes

Desde antes de la Segunda Guerra Mundial y posterior a su conclusión, nos encontramos con 3 grandes naciones americanas siendo dirigidas por no democráticos:

Getulio Vargas entre 1930 y 1954 en Brasil, Lázaro Cárdenas entre 1934 y 1930 en México y Juan Domingo Perón entre 1946 y 1955 en Argentina.

Sin embargo el momento de verdadera tensión se dio posteriormente a la SGM, con la Guerra Fría, donde la política de América Latina estuvo condicionada por la confrontación entre los principales bloques, el capitalista y el comunista. Fue inevitable que los movimientos sociales de América, por lo tanto no se vieron afectados por esa lucha de poder ideológico.

Al culminar la Segunda Guerra Mundial y con la derrota del nazismo y del fascismo, algunos Estados latinoamericanos pasaron de dictaduras de corte derechista a democracias liberales. Fue el caso de Argentina, Bolivia, Brasil, Guatemala, Perú y Venezuela. Los países que ya tenían regímenes democráticos los consolidaron, como sucedió en Chile, Colombia, Costa Rica, México y Uruguay. Las dictaduras remanentes en América Central y Paraguay se vieron afectadas por las influencias democráticas de sus vecinos.

Todo este comienzo liberalizador y democrático obligó a los Estados Unidos a ponerse en guardia en contra a este proceso que temía un brote comunista en toda Latinoamérica. La política anticomunista propugnada por el senador estadounidense McArthy, simbolizaba el anticomunismo que perduró en la política exterior norteamericana de la segundad mitad del siglo XX.

Para los norteamericanos la región sur del continente americano se consideraba un factor secundario, de poca importancia, aunque algunos de esos países reclamaban un trato similar al que E.E.U.U había dado a Europa con las ayudas del Plan Marshall. Las sucesivas administraciones de los presidentes norteamericanos de la posguerra, Truman y Eisenhower  prestaron alguna atención económica a América Latina. Pero el “peligro rojo” alertó a los conservadores norteamericanos, que pronto pasaron a la acción para defender sus intereses económicos en toda América Latina.

El 1 de enero de 1959, la historia se empieza a escribir de nuevo en Latinoamérica. Triunfa una revolución larvada durante años contra la opresión de una dictadura servil con los intereses de las compañías norteamericanas. Ese día, Fidel Castro entra en la Habana y toma el poder destituyendo al hasta ahora presidente de Cuba, Fulgencio Batista Zaldívar.

Una vez en tomaron el poder los seguidores de Castro,  las relaciones con los Estados Unidos comenzaron a deteriorarse:

La ley de Reforma Agraria, de 17 de mayo de 1959, fue el principio de la ruptura entre los dos países. Aunque inicialmente el presidente norteamericano Eisenhower había reconocido la expropiación de los grandes latifundios, según establecía la mencionada ley, las presiones de la compañía estadounidense United Fruit, que no aceptó las compensaciones que contemplaba dicha ley, llevaron a Eisenhower a reconsiderar su posición inicial, por lo que inició su beligerancia contra el régimen de Castro.

El gobierno cubano estableció relaciones con la Unión Soviética el 9 de mayo de 1960. Los cubanos necesitaban exportar su azúcar y los soviéticos le ofrecían petróleo a cambio. Parte del entonces bloque soviético también se sumó al acuerdo y se firmaron convenios con La República Democrática de Alemania, Checoslovaquia y Polonia. Cuba miraba hacia el Este como contrapeso a la hostilidad de los dirigentes de Washington.

Cuando la primera remesa de petróleo soviético desembarcó en Cuba, las empresas norteamericanas del ramo, Texaco y Esso, se negaron a refinarlo. Entonces, Castro incautó y nacionalizó las empresas norteamericanas. Eisenhower respondió suspendiendo la compra de azúcar a Cuba.

El 3 de enero de 1961 se consuma la crisis entre Washington y La Habana con la ruptura de relaciones diplomáticas. Desde ese momento Castro ya no tiene recato alguno en declararse comunista.

La revolución cubana fue un gran problema para la Casa Blanca y, a partir de 1961, por el temor al contagio revolucionario la administración norteamericana presidida por John F. Kennedy procuró estrechar lazos con otros gobiernos latinoamericanos. Así, el 13 de marzo de 1961 anunció la Alianza para el Progreso con un extenso programa de ayudas para América Latina.

Pero el régimen cubano seguía siendo un gran obstáculo para los intereses norteamericanos ya que muchos países ambicionaban para su nación la gloriosa revolución cubana.

No fue diferente en Uruguay, donde el “foquismo” como nos contó el profesor Eduardo Palermo en la charla, se dio al igual que en otros países. Donde hubiera condiciones subjetivas para hacer un levantamiento armado contra el Estado, debe surgir; a pesar de que el propio “Che” Guevara advirtiera que en Uruguay no era necesaria tal revolución. Al final, Uruguay estaba en crisis sí, pero no al mismo nivel que estaba el pueblo cubano o nicaragüeño.

Uruguay estaba en crisis debido a que, al finalizar la Guerra de Corea, la balanza comercial da resultados favorables por última vez y comienza el proceso de hundimiento, por préstamos desfavorables, debido a la competencia con otros productores de carne, curo y lana, y debido a una notable falta de inversiones estructurales, todo sólo tendrá fin con el advenimiento de la izquierda al poder medio siglo más tarde.

En lo que duró la década de los 60`, el Estado benefactor dejó de serlo, y la sociedad se enfrentó a la creciente inseguridad económica y radicalización de los partidos tradicionales: los blancos gobernaron entre 1963 y 1967, pero el derrumbe continuó y los trabajadores deben posicionase en su oposición: en 1964 se unifica el movimiento sindical y nace la Convención Nacional de Trabajadores (CNT).

Los colorados volverán a la presidencia en 1966 de la mano de Oscar Gestido, y la “reforma naranja” dará nuevamente poder al presidente. Pero la especulación hizo quebrar bancos llevando consigo a sus ahorristas, la inflación se descontroló, el movimiento político armado, liderado por Sendic, cobra cada vez más razón de ser. Muerto Gestido, asume Pacheco Areco quien comienza el proceso de la “noche negra”: las Medidas Prontas de Seguridad son implantadas, se vulneran los derechos humanos, se limita la libertad de prensa, el Poder Ejecutivo desconoce al Poder Legislativo y al Poder Judicial, se militariza a los funcionarios en huelga: el gobierno por decreto sería la antesala de los hechos de 1970, el comienzo de los “años del plomo”.

El 1º de marzo de 1972 asume Juan María Bordaberry sucesor de Pacheco Areco, como 34º Presidente constitucional: Jorge Sapelli, es el vicepresidente, y es el que debe presidir la Asamblea General que el 10 de marzo levantará las “medidas prontas de seguridad”. Entre estas medidas consideradas “primicia” del nuevo gobierno se decreta una devaluación del 100%: aumentan 90% las tarifas de UTE, hay veda de carne vacuna, los sueldos suben un 20% y el costo de vida al menos un 40%.

Al comenzar abril ya habían denuncias de 60 atentados en Montevideo, a locales del FA, a centros de enseñanza, librerías, casas de militantes: no se detiene ni a un sospechoso. Y ese es el comienzo de una serie de atentados realizados durante la guerra de guerrillas, hasta que El 27 de junio de 1973, el entonces presidente Juan María Bordaberry, con el apoyo de las Fuerzas Armadas, disolvió las Cámaras de Senadores y Representantes y creó un Consejo de Estado con funciones legislativas, de control administrativo y con encargo de «proyectar una reforma constitucional que reafirme los principios republicanos-democráticos». También hubo una restricción de  la libertad de pensamiento y facultó a las Fuerzas Armadas y Policiales a asegurar la prestación ininterrumpida de los servicios públicos.

Introducción y Desarrollo de la Dictadura

1972 Fue el año de mayor enfrentamiento entre orientales desde principios del siglo, también el de mayor contradicción, los líderes y los grupos políticos o armados, en apariencia tan definidos, vieron cómo los principios en más de una oportunidad, quedaron a un costado. Fue el año de la guerra, y como siempre, con voluntad o si ella.

A metralleta, la corrupción, la bomba, la emigración, la ilusión, la muerte, la carestía, la prepotencia, los paros, las cadenas oficiales, la intransigencia, el fraude electoral, las prohibiciones y clausuras, los ex ministros, que marchaban a la cárcel por estafas de diversas índole, entre muchas otras cosas, fueron marcando la vida de toda una generación de jóvenes que no reunían la suficiente edad para el sufragio, pero sí para ser blancos.

En el fragor de la batalla no había lugar, tiempo, ni espacio para la indiferencia, actuar era la única alternativa por más que, día a día, se perfilaba el principio del fin.

1972 marca la ruptura de una cuerda que se venía estirando desde décadas atrás cuando la paz se sustentaba en irreales premisas, el crecimiento de la industria floreciente, resguardad por un Estado Proteccionista. Precios internacionales sumamente ventajosos para la materia prima de nuestro país, en una coyuntura de la guerra mundial, masiva absorción de mano de obra, una moneda fuerte, entre otras cosas.

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