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Doctrina Defensiva


Enviado por   •  27 de Diciembre de 2012  •  1.929 Palabras (8 Páginas)  •  413 Visitas

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CAPÍTULO 1.

Los Orígenes de la Doctrina Defensiva Alemana.

En 1941, la doctrina del Ejército Alemán para operaciones defensivas era casi idéntica a la utilizada

por el antiguo Ejército Imperial Alemán en los años finales de la I Guerra Mundial. La

práctica doctrinal de las unidades alemanas en el Frente Occidental en 1917 y 1918 –la doctrina

de defensa elástica en profundidad- había sido solamente ligeramente enmendada y actualizada

al comienzo de la Operación Barbarroja. En contraste con la doctrina ofensiva alemana, que

desde 1919 a 1939 se movió hacia una innovación radical, la doctrina defensiva alemana siguió

un curso conservador de adaptación cautelosa y reafirmación. Consecuentemente, aunque el

Ejército Alemán en 1941 aceptó una doctrina ofensiva adecuada para una guerra de maniobra,

todavía elaboraba una doctrina defensiva derivada de la guerra de posiciones (Stellungskrieg) de

una generación anterior.

La Defensa Elástica: Legado de la Gran Guerra.

El Ejército Imperial Alemán adoptó la defensa elástica en profundidad durante el invierno de

1916-17 por urgentes razones estratégicas y tácticas. En aquel entonces, Alemania estaba atorada

en una guerra de desgaste contra una coalición aliada cuyos recursos combinados excedían a

los de las Potencias Centrales. El equipo de mando alemán del Mariscal de Campo Paul von

Hinderburg y del General Erich Ludendorff esperaba romper el punto muerto estratégico realizando

una gran ofensiva en el Frente Ruso en 1917. Por consiguiente, necesitaban economizar

los efectivos de Alemania en el Frente Occidental en Francia y Bélgica, minimizar las bajas

mientras rechazaban las esperadas ofensivas aliadas. Para lograr esto, aprobaron una retirada

estratégica en ciertos sectores hacia posiciones defensivas recién preparadas. Esta Línea Hindenburg

recortaba el frente y explotaba más efectivamente las ventajas defensivas del terreno

que las posiciones anteriores. Esta retirada fue la partida principal de la filosofía defensiva predominante,

que hasta ahora había cuantificado el éxito en la guerra de trincheras solamente sobre

la base de tomar y mantener el terreno. En efecto, Ludendorff adoptó una nueva política que

enfatizaba conservar los efectivos humanos alemanas sobre una filosofía estratégica de retener

ciegamente el terreno cuyo componente táctico era una defensa elástica en profundidad.

Para complementar sus diseños estratégicos, Ludendorff ordenó la implementación de la doctrina

de la Defensa Elástica. Esta nueva doctrina apoyaba el objetivo estratégico global de minimizar

las bajas alemanas y también correspondía mejor que los métodos anteriores a las realidades

tácticas de ataque y defensa en la guerra de trincheras.

A través de los dos primeros años de la guerra, la práctica doctrinal alemana (y aliada) había

sido defender cada metro de frente concentrando infantería en trincheras de vanguardia. Esto

impedía cualquier incursión enemiga en la zona defensiva alemana pero inevitablemente ocasionaba

fuertes bajas a las tropas defensoras debido al fuego de la artillería aliada. Tal fuego de

artillería fue administrado en dosis progresivamente masivas por los aliados, quienes consideraban

a la artillería como absolutamente esencial para el exitoso avance ofensivo aliado. (Por

ejemplo, incluso las trincheras alemanas más robustas habían sido casi completamente erradicadas

por la preparación artillera de seis días realizada por los británicos antes de su ofensiva del

Somme en 1916). Consecuentemente, los alemanes buscaron un despliegue defensivo que inmunizaría

al grueso de sus fuerzas defensoras del aniquilador cañoneo aliado.

La solución simple para este problema fue construir la línea defensiva principal alemana a cierta

distancia hacia la retaguardia de una línea de seguridad avanzada. Aunque todavía dentro del

rango de los cañones aliados, las principales posiciones defensivas estarían camufladas de la

observación directa. Disparando a ciegas, la mayoría de los fuegos preparatorios aliados serían

así desaprovechados.

Al desarrollar la doctrina de la Defensa Elástica, los alemanes analizaron otras lecciones de la

guerra de trincheras también. El Ejército Alemán se había dado cuenta de que la potencia de

fuego concentrada, en vez de una concentración de personal, era el medio más efectivo de tratar

con las oleadas de infantería aliada. También, los alemanes habían aprendido que la capacidad

de las fuerzas atacantes para sostener su vigor ofensivo estaba seriamente circunscrito. Las bajas,

la fatiga y la confusión debilitaban a la infantería asaltante, causando que la potencia de combate

del atacante disminuyera sin parar según prosiguiera su avance. Esta erosión de la fuerza

ofensiva era tan cierta y previsible que las fuerzas penetrantes eran fatalmente vulnerables a

contraataques, proveyendo, por supuesto,

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