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Don Quijote

holaestrella5 de Febrero de 2015

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El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha

Las peregrinas fantasías de un pobre loco que, acompañado de su rudo y fiel escudero, sale al mundo en busca de aventuras, el fino humor que tiñe todas las aventuras y sobre todo la humanidad que emana de los dos personajes inmortales de Miguel de Cervantes y Saavedra, hacen del Quijote una de las obras maestras de la literatura universal.

Intención de la Novela

Al escribir el Quijote, Cervantes se proponía ridiculizar los libros de caballería, que gozaban de una enorme popularidad en la época. «No ha sido otro mi deseo - declara el autor en el último capítulo- que poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballería.» En efecto, toda la obra constituye una parodia de la literatura caballeresca. La escena en la que el héroe se hace armar caballero en una venta que él imaginaba castillo; el realizar sus proezas en nombre de una dama que es una simple moza campesina, de la cual, sin embargo, habla como si fuese una gran princesa; la rica ganancia del yelmo de Mambrino, en realidad una bacía de barbero; el intento de luchar contra leones, del mismo modo que tantos caballeros andantes lo hicieron con fieras reales o fabulosas; o la ridícula penitencia en Sierra Morena, son algunos ejemplos de la caricaturización de los libros de caballería en el Quijote.

Argumento de la obra

La acción principal de la novela gira en torno a tres salidas que el protagonista hace por tierras de La Mancha, Aragón y Cataluña. Las dos primeras se narran en la primera parte, publicada en Madrid en enero de

1605 con el título de El Ingenioso Hidalgo Don Quixote de La Mancha, y la tercera en la segunda parte, que vería la luz en 1615.

El hidalgo Alonso Quijano, llamado por sus vecinos el Bueno, enloquece leyendo libros de caballero andante, bajo el nombre de don Quijote de La Mancha y lanzarse a la aventura a cumplir con su ideal: reparar injusticias, proteger a los débiles, destruir el mal y merecer por sus proezas a su dama, Dulcinea del Toboso (en realidad la fregona Aldonza Lorenzo, idealizada por él y que no aparece en toda la novela).

Con unas armas anticuadas y un viejo caballo - Rocinante- hace su primera salida y llega a una venta que él imagina castillo, donde se hace armar caballero por el ventero. En una de sus primeras empresas es brutalmente golpeado por unos mercaderes y lo recoge malherido un vecino suyo, que lo lleva a su casa, ocasión que aprovechan su sobrina, el cura y el barbero para destruir sus libros y desaparecer su biblioteca. Una vez recuperado, convence a un rudo labrador, Sancho Panza, para que le sirva como escudero y, junto a él, sale a correr nuevas aventuras. Pero siempre sale mal parado: los molinos de viento que él cree gigantes lo derriban, unos arrieros lo apalean, es apedreado por un grupo de delincuentes a los que había dado libertad, etc. Sus amigos, el cura y el barbero, van a buscarlo y lo hallan en Sierra Morena, donde hace penitencia por su dama. Posteriormente, mediante un engaño, lo devuelven a su casa enjaulado.

En la segunda parte,(consta de 74 capítulos), don Quijote, obstinado en creerse caballero andante, sale de nuevo en compañía de Sancho Panza. En sus correrías vence al caballero de los Espejos, que no era otro que su amigo Sansón Carrasco, en un intento de devolverle la cordura. En Aragón llegan a los dominios de unos señores que, siguiendo la corriente a Don Quijote, se burlan de su locura y de su escudero, a quien nombran gobernador de la "ínsula de Barataria" y subiéndolos en el caballo Clavideño. Después de muchas aventuras alcanzan Barcelona, donde don Quijote es derrotado por el caballero de la Blanca Luna, de nuevo Sansón Carrasco, que le impone la obligación de regresar a su pueblo. Completamente abatido retorna a su casa y allí muere, después de haber recobrado la lucidez.

Don Quijote y Sancho Panza

Los personajes principales de la obra, en torno a los cuales los demás forman el marco, son Don Quijote y Sancho Panza. El primero es un loco, y su locura es la base de la novela, que se inicia cuando aquélla se manifiesta y acaba cuando el protagonista recobra la razón. En la primera parte, don Quijote voltea la realidad que se le ofrece ante los ojos acomodándola a sus fantasías.

La figura de Sancho resulta de vital importancia. Por un lado, sirve para dar pie al diálogo. Las conversaciones entre don Quijote y Sancho son uno de los mayores atractivos de la novela. Por otro lado, es el pretexto para mostrar dos caracteres diferentes, uno al lado del otro. Sancho es una persona simple, ruda y glotona y Don Quijote es la extravagancia personalizada. En la primera parte, Sancho aparece como la persona encargada de hacerle ver a Don Quijote que sus fantasías no son reales, sin embargo, en el transcurso de la novela, Sancho va enloqueciendo y participando en esas fantasías.

La segunda parte del Quijote ofrece aspectos muy distintos a los anteriores. El héroe sigue creyendo que se halla en el mundo de los caballeros andantes, pero ahora no cambia la realidad; son los que lo rodea quienes, engañándole, le hacen ver un mundo de fantasía, y en ello consiste la burla de los duques, que trastornan incluso a Sancho. En su búsqueda de aventuras, primero las creó su imaginación, luego fueron los engaños de otros, y cuando aparece la posibilidad de la aventura real, en Cataluña, con una cuadrilla de forajidos y un bergatín turco, don Quijote se muestra desinteresado. Sólo al final, tras ser vencido por el caballero de la Blanca Luna, comprende don Quijote, derrotado física y espiritualmente, el engaño en que había vivido.

Estilo de la obra

Salta a la vista en la narración una diferencia notable entre la primera y la segunda partes. En la primera se introducen algunos relatos ajenos a la

historia de don Quijote y Sancho, que se limitan a escuchar lo que otros personajes dicen. Estos relatos, que ocupan cierta extensión, son el episodio de la pastora Marcela, las novelas cortas El curioso impertinente y la Historia del cautivo, y los amores de Luscinda y de don Fernando y Dorotea. Cervantes se abstiene de añadir relatos que rompan la unidad y don Quijote y Sancho son los únicos protagonistas.

La prosa del Quijote contiene descripciones detallistas de las peleas, tumultos, de cada una de las escenas y capítulos del Qiuijote, lo cual transmite una sensación de presencia en la obra al lector.

En los diálogos todos los estilos de lengua tienen cabida: desde el lenguaje culto, pomposo, arcaico. Sancho está salpicado de comentarios y dichos populares.

Trascendencia del Quijote

Ya desde la aparición de la primera parte, el éxito del Quijote fue fulminante y no tardaron en surgir numerosas imitaciones, la más famosa fue "El Quijote" de Alfonso Fernández de Avellaneda (1614). Considerada al principio como novela humorística, a partir del Romanticismo se intentó comprender la obra más profundamente, y desde entonces se han sucedido todo tipo de interpretaciones. Don Quijote es, sin duda, un loco, pero esta locura hace de él un modelo de comportamiento, porque en todo momento lucha contra viento y marea por sus elevados ideales: el amor, la justicia y la libertad. Su influencia en la literatura europea fue enorme y, en gran medida, gracias a ella nació la novela realista moderna, en especial por su influjo en los narradores británicos del siglo XVIII, con quienes arranca la gran novela europea.

Estudio de los Personajes de la Obra de Cervantes

Con el Quijote, lo que Cervantes concibió en un principio fue una pequeña novela ejemplar, en la cual, un hombre, de tanto leer libros de caballería, se convierte en un caballero andante, modo de vida ya no usado en la época del autor. La parodia y la ironía sobre los libros de caballería, era el objetivo de escribir esa novela.

La Personalidad de Don Quijote

La causa principal de la locura de Alonso Quijano es, sin duda, la literatura. Pero está locura no es como la que acostumbramos ver, ya que en la mayoría de las veces razona perfectamente, incluso dentro de sus fantasías, afirma y niega de forma coherente.

Lo que deja claro que Don Quijote no sufre una locura realmente, sino un caso de sustitución de lo real por medio de su propia voluntad. Todo lo que ve lo convierte en una razón para hacer su voluntad. Desde esta perspectiva, Don Quijote no esta loco; va más allá en una búsqueda desesperada por vivir la vida que deseaba vivir. Una búsqueda por la cual en varias ocasiones estuvo dispuesto a perder la vida.

Alonso Quijano, con la biblioteca que posee y luego de haber leído año tras año las obras de varios autores, no desconoce que la palabra es la clave del

mundo. No se puede conocer el mundo sino a través del lenguaje que lo nombra. De esta manera, variar el nombre, es también cambiar la realidad. Por ello durante algunos días se entregó a la tarea de buscar un nombre adecuado para su rocín, para él y para su amada. Bautizar a un caballo viejo y escuálido como Rocinante, bautizarse a sí mismo como Don Quijote de La Mancha, a la manera de Amadís y Lanzarote, y bautizar a una humilde moza como Dulcinea del Toboso, es como transformar el mundo.

Durante su primera salida Don Quijote aprende que es necesaria la existencia de un "otro", no sólo para aliviar lo absurdo de un continuo monólogo, sino porque es la única forma de que sus

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