ENSAYO LA EDAD DE PLATA NUMERADA.

INTRODUCCIÓN

La economía es un tema de amplio interés para cualquier sociedad ya que es la ciencia que se encarga del estudio de los procedimientos productivos y de intercambio así como el análisis del consumo de bienes o servicios. En el presente ensayo se pretende dar un esbozo de cómo se desarrolló la economía novohispana durante el siglo XVIII tomando en cuenta también el factor social de los que se encargaron de desempeñarse en este sector durante el periodo ya mencionado.

Durante este periodo se dan en la nueva España las llamadas reformas borbónicas mismas que vendrían a revolucionar de una gran manera la economía de los novohispanos apoyando el libre comercio y de esta manera alcanzando todos los sectores productivos dentro del territorio desde el agropecuario hasta el más importante que era el minero conformando así una de las épocas de mayor crecimiento dentro del virreinato español.

La economía de la nueva España sin duda tuvo su mayor crecimiento durante el siglo XVIII impulsada por las reformas administrativas impulsadas por los monarcas de la casa de Borbón dentro del virreinato español, todas estas reformas de carácter administrativo no tenía ningún otro fin que recuperar el control que se había ido perdiendo u otorgando a organizaciones o delegados y de esta manera asumir nuevamente la conducción política y administrativa del reino.

A finales del siglo XVIII el reino español se encontraba en una decadencia por las constantes guerras con el reino inglés, la corrupción, las epidemias y la evasión de impuestos no ayudaban y también dañaban las finanzas del reino, por otra parte se vieron forzados a tratar de fortalecer su economía a través del aprovechamiento de los recursos de las colonias y de esta manera unificaron su administración para un mejor manejo de las riquezas. No obstante al inicio de este siglo había una gran escasez de alimentos que se fue subsanando poco a poco a manera que se desarrollaban las actividades agropecuarias dentro de las colonias, así mismo una vez que se comenzó a tomar en cuenta la gran riqueza que había dentro de la nueva España, pues poseía una gran cantidad de recursos naturales se fueron encontrando nuevas áreas de oportunidad dentro de los diferentes sectores uno fue el ya mencionado agropecuario que serviría de trampolín para impulsar al más productivo de todos que sería la minería.

La producción de plata y oro dentro de la nueva España siempre estuvo enfocada  para la exportación pues en esta época sin duda poseía la flota de ultramar más poderosa y rica de sus tiempos, lo que les facilitaba el comercio con otros continentes como lo eran Europa y Asia.

Es por esto y más que sin duda el virreinato Español tuvo un gran crecimiento durante el siglo XVIII y aún más en el último cuarto de este siglo pues el auge de la producción minera no solo tuvo como consecuencia un aumento del producto interno bruto de las colonias sino que también impulso los demás sectores comerciales ya que formaban comunidades productivas alrededor de las nuevas minas que se iban descubriendo.

Posteriormente de los asentamientos se comenzaron a fundar ciudades mineras que se convirtieron en un gran ejemplo de comercio urbano-regional que les permitía comercializar con sus excedentes agropecuarios o con un minería de pequeña escala que sin duda les beneficiaba en gran medida un ejemplo es Guadalajara que aprovechaba estos intercambios entre regiones  para generar ganancias para sus comercializaciones a larga distancia que posteriormente enviarían al norte del país para satisfacer las demandas.

Por otra parte se pudiera pensar que al ser una gran época de prosperidad para las colonias lo ciudadanos poseían una buena calidad de vida pero no era así puesto que la economía novohispana tenía una desventaja pues la concentración de las riquezas se encontraban en manos del reino dejando a los ciudadanos en condiciones precarias pues no poseían el recurso valioso que era la plata.

Con esta creciente economía la demanda de la moneda externa  y a su aceptación mundial obligo al virreinato a la producción de nuevas monedas fraccionarias, Dada la necesidad de moneda fraccionaria, durante el reinado de Fernando VII se introdujeron las denominaciones de ¼ de real en plata, ½ escudo en oro, y se retomó la acuñación de cobre, en denominaciones de 2/4, ¼ y 1/8 de real por la demanda de moneda dentro y fuera de la Nueva España y, sobre todo, por los intereses financieros de la Corona, se optó por reducir ligeramente, en dos reformas, los contenidos de metal fino de las monedas acuñadas en la ceca de México. Este cambio fue aceptado sin problema alguno en los mercados locales e internacionales.

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