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Economia Latinoamericana S Xviii


Enviado por   •  10 de Mayo de 2014  •  5.376 Palabras (22 Páginas)  •  445 Visitas

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Introducción: un continente esquizofrénico.

Analizar el desarrollo económico en Latinoamérica desde la época colonial hasta comienzos del siglo XX debe ser una de las tareas más complicadas, no solo por las contradicciones casi esquizofrénicas que ha tenido el continente desde este periodo, sino, porque es difícil comprender que parte importante de lo que vivimos en la actualidad está gatillado por esta serie de procesos, y que su resultado se expresa en la gran brecha económica que se genera entre los que tienen más y los que tienen menos. Herida que cada día se abre más. ¿Realmente somos estados independientes? ¿Seguimos operando bajo una lógica mercantil o hemos derivado a otro tipo de capitalismo? Intentaré, a continuación, caracterizar este periodo en base a mis conocimientos y a su vez exponiendo/contraponiendo los puntos de vista de diversos autores sobre el tema.

El oro y el galeón.

La imagen escolar de los conquistadores de América llegando con la luz de la civilización en sus armaduras metálicas y con la bondad del primer mundo retratado en sus intenciones, se contrapone completamente a la sórdida realidad. Quizás el único destello luminoso fue el reflejo de los metales preciosos siendo trasladados a las embarcaciones europeas y el sudor perlado en la cara de los indígenas en los lavaderos. Es el inicio de una historia marcada por la enfermedad del oro.

Siglos de conquista decantaron posteriormente en una dependencia económica colonial a manos del monopolio com ercial Español a través del control de las flotas mercantiles. Según menciona Dolghin, aquel sistema de dependencia tenía como objetivo acaparar todo el metálico posible a un bajo costo para la metrópolis. Lo que produjo una fuerte repercusión en la economía colonial. . El poderío económico estaba en manos de los emisarios locales de la metrópolis, el comercio internacional estaba controlado por los mercaderes europeos, dueños de las flotas mercantiles. Estos operaban en una lógica mercantil: Comprar los productos al precio más bajo posible, y vender más caro, con el fin de crear una acumulación de riquezas. De ellos dependían las colonias para vender su producción.

“…De aquí deriva más de una de las peculiaridades que el pacto colonial tuvo en América española, no sólo en cuanto a las relaciones entre metrópoli y colonias, sino también en las que corrían entre la economía colonial en su conjunto y los sectores mineros dentro de ella…”

Esta presión generada por este monopolio, propició el surgimiento de un comercio inter-regional que le permitiera un alivio a la economía colonial. Ganado, agricultura, productos manufacturados, entre otros propiciaron la formación de un mercado interno en la mayoría de las colonias, que no tuvo exento de competencias por el control de este.

Más adelante, comienza una transformación en el llamado “Pacto Colonial” gracias a la reforma comercial impuesta por los Borbones (1778-1782). Esta permitió que un gran número de puertos, tanto en el continente americano como en la península, participaran directamente en la relación comercial, por lo que el comercio no estaría centrado solo en uno o dos puertos autorizados. Sin embargo, España lo ve como una nueva conquista mercantil, ya que, reconoce que el oro y la plata, no es el fundamental aporte de las colonias, si no, las materias primas que de estas pueden venir. En síntesis, se establece el libre comercio entre las metrópolis españolas y las colonias, y tal como señala Lynch:

“…Las exportaciones españoles, más que complementar a los productos americanos, competían con ellos, y el comercio libre no hizo nada para sincronizar las dos economías…”

Esto provocó una serie de consecuencias que repercutirían más adelante. Por un lado, favoreció el nacimiento de nuevos centros de economía exportadora al margen de la minería, potenció la capacidad consumidora de las colonias gracias al acercamiento a nuevos productos traídos desde la metrópolis y provocó el quiebre entre las relaciones comerciales interregionales entre las mismas colonias, ya que estas preferían comerciar con los agentes de afuera.

“…Esta fragmentación es a la larga políticamente peligrosa; si parece fortificar los vínculos entre Hispanoamérica y su metrópoli, rompe lo que en el pasado han sido entre sí a las distintas comarcas de las Indias españolas…”

Lo anterior hace hincapié en mercaderes que desplazan a los criollos del comercio interregional. Pero por otro lado, para España este nuevo “Pacto colonial” suscita un eventual fracaso, ya que, las nuevas rivalidades generadas entre las colonias y la metrópolis lo terminan convirtiendo en un mero mediador entre ellas y las potencias industriales europeas. Prácticamente, la metrópoli se vio afectada al no poder dar abasto en el desarrollo de industrias, puesto que no tenían intenciones de invertir en ella. Su objetivo era la obtención de tierras e importar productos suntuarios. Si las colonias eran, según Leslie “dependiente de una metrópoli subdesarrollada” y no podían confiar en esta para su desarrollo económico, debían pensar en otra alternativa. La revolución industrial llevada a manos del imperio británico, en su momento efectivo, se vuelve una potencia comercial bastante atractiva. Su limitante para comerciar con las colonias era el poder adquisitivo de estas en comparación con la ganancia de la exportación de sus productos. Otro factor importante es el peso económico de la iglesia y las órdenes en todas las indias españolas y que influyen de muchas formas en la vida general colonial.

Por último, el contrabando fue una gran influencia en la mitigación de la ineficiencia del sistema español y en la penetración de la idea de libre comercio:

“…El monopolio era ayudado, por un lado, por el interés de los países mercantilistas y expansionistas y expansionistas europeos –especialmente Inglaterra—que llegaron a las playas de América a disputarle a España el comercio y el predominio con mercaderías mejores y más baratas. Por otro lado se veía apoyado por la decadencia económica y militar de España, así como por la corrupción total de las autoridades y el gobierno en América, que no solamente lo permitían, sino que o estaban interesados en sus ganancias o incluso promovían ellos mismos la penetración de toda clase de productos…”

Tenemos una metrópoli que no tenía mayor interés en ofrecer las aptitudes necesarias para el desarrollo económico ni para invertir en el crecimiento de sus colonias. Esto generó una presión a favor de una mayor capacidad de producción local y precios más bajos. América Latina, con la reformulación

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