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El Educador


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2014  •  1.634 Palabras (7 Páginas)  •  311 Visitas

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Resumen FRANKENSTEIN EDUCADOR Philippe Meirieu

INTROODUCCIÓN: HAY GINEBRINOS Y GINEBRINOS… o sobre la legitimidad de un enfoquemitológico en educaciónEn la introducción de su libro

Frankenstein Educador:

Philippe Meirieu nos presenta un grave problemaal que se enfrenta la educación: la insensata búsqueda por parte de muchos educadores de “construir unsujeto sumando conocimientos” (página 18). El autor relaciona esta perspectiva pedagógica con el mitode Frankenstein. Sostiene que la fabricación de un hombre que intenta Victor Frankenstein, el ficticio personaje creado por Mary Shelley, no difiere mucho de lo que lleva a cabo la pedagogía tradicional.El autor contrapone las figuras de Victor Frankenstein con la de otro ginebrino del Siglo XVIII: JeanJacques Rousseau. Señala que mientras el primero es un científico con una enorme confianza en el progreso de la técnica y de la evolución humana, el segundo creía que los progresos científicos aumentanla desigualdad y violencia entre los hombres. Sin embargo, solo Rousseau tuvo una gran influencia sobreel pensamiento educativo que tanto desarrollo su ciudad.Meirieu retoma este mito fundacional de Frankenstein, ya que nos enfrenta con un problema básico de laeducación. Todo educador ha de enfrentarse a alguien a quien debe transmitir lo que considera necesario para su desarrollo. Pero el educando, aunque depende de la educación, se resiste al poder que se quiereejercer sobre él, se resiste, en definitiva, a que se quiera “hacer algo” de él. A lo largo del texto seintentará encontrar la respuesta a esta problemática sobre cómo educar sin cometer los errores de Victor Frankenstein.

FRANKSENTEIN, O EL MITO DE LA EDUCACIÓN COMO FABRICACIÓN:

En primer lugar, el texto señala que así como nadie puede darse a sí mismo la vida, tampoco puede darsela identidad. Esta se construye a partir de nuestra introducción en este mundo, el cual existía antes denuestro nacimiento y seguirá existiendo tras nuestro fallecimiento. Somos introducidos en él por adultosque nos educan.

Dos características propias de los hombres son su capacidad de aprendizaje y su capacidad de elegir, suvoluntad. El ser humano tiene en primer lugar, una dependencia extrema: necesita que lo ayuden aestabilizar progresivamente sus capacidades mentales que le ayudarán a vivir en el mundo, necesita ser educado. Pero a su vez esta educación no lo determina, pues es un ser libre. En estos dos aspectos sediferencian claramente los hombres de los animales.Meirieu enfatiza que educar no consiste simplemente en desarrollar una inteligencia formal capaz deresolver problemas, sino que es también, “desarrollar una inteligencia histórica capaz de discernir en quéherencias culturales se está inscrito” (páginas 24 y 25). Este aspecto de la educación es muy importante, pues si se ignorarán los aportes realizados por los predecesores de nuestra cultura, podríamos caer eternamente en los mismos errores e inclusive no comprender las razones por las cuales son errores.Entonces, educar es ante todo, introducir a un universo cultural. Lo cual es cada vez más difícil, puesactualmente el entorno cultural cambia radicalmente de una generación a otra.Por otra parte, el texto subraya la conciencia que se tiene hoy en día sobre la importancia de la educación para nuestro futuro y, en consecuencia, la importancia que tiene el rol del educador. Se señala que estedebe, alejándose del determinismo y el fatalismo imperantes unas décadas atrás, ser optimista conrespecto a su labor y creer en la posibilidad de lograr algo con el educando. Entonces, el educador puedeconsiderar al hombre que educa como un logro, su logro.El autor realiza una comparación entre el relato del Pigmalión y una contradicción que suele darse en latarea educativa: “el educador quiere `hacer al otro´, pero también quiere que el otro escape a su poder para que entonces pueda adherirse a ese mismo poder libremente porque una adhesión forzada (…) no puede satisfacerle” (página 35). El educador, entonces, no se conforma con que el educando sea un simple producto pasivo sino que busca que sea una persona libre. Pero, a su vez, pretende que con esa libertad leagradezca la labor realizada.Meirieu relaciona, a su vez, la educación con el relato de Pinocho, relación a partir de la cual extraeciertas conclusiones. Por un lado señala la manera en la que a menudo, buscando el bien del educando, loseducadores dejan de lado los intereses de este. Afirma, también, que en tanto el educando no pueda“situarse en el yo”, guiara sus actos a partir de los intereses de otros o de los impulsos de él mismo;mientras que cuando pueda “situarse en el yo”, cuando ejerza su voluntad, madura, es capaz de realizar “un gesto que no ha hecho nunca y que no sabe hacer, pero que debe hacer precisamente para aprender ahacerlo” (páginas 39 y 40).Según el autor, tanto Pigmalión como Pinocho son materiales que el hombre utiliza con un mismoobjetivo: fabricar lo humano. El Golem se diferencia de ambos porque con su creación lo que se busca esfabricar un servidor. Sin embargo, tal como sostenía Hegel, los esclavos no se dejan dominar fácilmente.Asimismo, el amo quiere ser reconocido libremente por su esclavo, el cual es incapaz de hacerlo por lamisma dependencia que lo relaciona con

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