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El Franquismo


Enviado por   •  4 de Mayo de 2014  •  1.533 Palabras (7 Páginas)  •  250 Visitas

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La estabilidad de la dictadura.

Totalitarismo y autarquía.

La historia política de España durante el periodo 1939-1975 presenta una característica constante: la dictadura personal del general Francisco Franco. Si analizamos el poder que se le otorgaba, comprobaremos que este poseía el alto mando supremo del Ejército y los dos poderes políticos básicos: legislativo y ejecutivo. De esta forma, Franco podía hacer las leyes, aprobarlas, promulgarlas y, al mismo tiempo, controlar su aplicación.

A lo largo del periodo 1939-1975, Franco gobernó el país de acuerdo con sus peculiares ideas políticas:

- Tenía una obsesión propia de su formación militar: el mantenimiento del orden público.

- Un nacionalismo español exacerbado, del cual derivaba una concepción absolutamente unitaria y centralista del Estado español.

- Un catolicismo tradicional muy arraigado, en el cual debía basarse todo el sistema de valores de la sociedad española.

- Su militancia anticomunista, que serviría, a su vez, de motivación para el alzamiento de 1936.

La ideología del régimen era antidemocrática y estaba fuertemente impregnada por el fascismo de la Falange: el saludo fascista, el Cara al sol (himno de la falange) y la camisa azul fueron símbolos del propio Estado.

Sin embargo, el régimen se vio obligado a moderar su imagen externar al acabar la Segunda Guerra Mundial. Alemania e Italia habían sido derrotadas y la recién creada ONU condenó el fascismo, por lo que España fue vetada en la organización u quedó aislada internacionalmente.

A partir de ese momento, se iniciaron ciertos cambios de cara al exterior, se suprimieron algunos símbolos fascistas y el Gobierno dejó de apoyarse en exclusiva en los falangistas, dando entra a miembros de diferentes movimientos católicos, por lo que se denominó etapa de nacional-catolicismo. España se definió legalmente como un reino y el Fuero de los Españoles se presentó como una especie de carta de derechos individuales. Finalmente, se rompió el aislamiento internacional y se firmaron acuerdos en 1953 con el Vaticano y los Estados Unidos. En 1995, España fue admitida en la ONU.

La recuperación, en un marco internacional antifascista, se planteó a través de una política económica autocrática. La autarquía tenía como objetivo lograr la autosuficiencia frente al exterior.

La escasa producción obligó al racionamiento de alimentos, y la falta de materias primas industriales y de combustibles redujo la actividad económica.

Sin embargo, en 1956, la crisis se agudizó en varios frentes. Surgieron disturbios universitarios que mostraban el descontento de los jóvenes con el régimen autoritario. El fracaso de la autarquía provocó una inflación sin precedentes y las huelgas se sucedieron en el País Vasco, Asturias y Cataluña. Franco destituyó a algunos miembros del Gobierno y nombró en su lugar a jóvenes economistas del Opus Dei que diseñaron una nueva política para modernizar la economía y mejorar la vida de los españoles.

La España del desarrollo

Avance económico.

El Plan de Estabilización, en 1959, y los diferentes planes de desarrollo desde 1964 convertirían a España en un país desarrollado, urbano e industrial.

La estrategia económica se centró en permitir las importaciones de bienes y capitales, devaluar la peseta y controlar el gasto público y los ingresos fiscales. La mejora económica no se percibió inmediatamente, por lo que más de un millón de españoles emigraron a otros países de la Europa desarrollada en busca de empleo. Pero pronto empezaron a llegar capitales y el despegue económico se apoyó en tres pilares: las inversiones extranjeras, el turismo y los envíos de dinero de los emigrantes. La inversión de estos capitales permitió que la economía creciera, lo que se vio reflejado en:

• El sector Industrial se convirtió en el más dinámico del país gracias al crecimiento de las importaciones de la tecnología y al impulso a las industrias de bienes de equipo. Se desarrollaron nuevos núcleos industriales en las periferias cantábrica, catalana, levantina y madrileña.

• La agricultura tradicional se transformó en una agricultura moderna: se ampliaron los regadíos y se incrementaron la mecanización y el uso de fertilizantes. La productividad agraria y ganadera creció y la alimentación se basaba con cereales, legumbre, hortalizas, carne, leche, frutas y huevos.

• Se produjo una transformación completa de la composición sectorial de la población activa. El sector primario o agrario descendió y aumentaron el secundario en actividades en fábricas y construcción y el terciario en comercio.

Transformación social.

El desarrollismo económico fue también un factor muy importante de transformación social, pues generó un fuerte movimiento migratorio y cambió la estructura tradicional de la sociedad española:

• Migraciones interiores. De 1962 a 1973, cuatro millones de personas abandonaron el campo y se instalaron en las ciudades más desarrolladas, lo que resultó un elemento decisivo para el crecimiento industrial.

• Migraciones exteriores. La industria no fue capaz de absorber todo el éxodo rural. Más de 1 300 000 españoles, se trasladaron a otros países como Alemania,

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