El Imperialismo
vickyvcb28 de Febrero de 2014
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El imperialismo
La ideología del imperio – La nueva casta
La forma en que hemos escrito la historia de la India es tal vez lo que más duele de todo lo que hemos hecho”. Así escribe un inglés al tanto de la India y su historia. Es difícil decir qué es lo que a los indios resiente más en la crónica del dominio británico en la India. La historia se escribe casi siempre por los vencedores y conquistadores y muestra su punto de vista.
La guerra tiene como resultado arrojar por la borda toda equidad o imparcialidad en cuanto se refiere a la nación enemiga; el espíritu se hace rudo y se cierra a todas las perspectivas con excepción de una sola. La necesidad urgentísima del momento justifica las propias acciones y condena sin remisión las del enemigo. La verdad se oculta en algún rincón del fondo más profundo de los pozos y la falsedad, desnuda y desvergonzada, reina soberana.
Incluso cuando no se libra una guerra real existen con frecuencia guerras potenciales y conflictos entre países e intereses rivales. En un país dominado por una potencia extranjera este conflicto es intrínseco y continuo y deforma las ideas y los actos del pueblo; en el orden mental, la guerra nunca se halla ausente.
En los tiempos antiguos cuando la guerra y sus consecuencias, la brutalidad y la conquista y esclavitud de un pueblo, eran aceptadas como propias del orden natural, no había necesidad de ampararse o justificarse desde algún otro punto de vista. Con la creación de patrones superiores, ha surgido la necesidad de la justificación, y esto llega a la deformación de los hechos, a veces deliberada y frecuentemente inconsciente.
En cualquier país es posible hallar hechos y tendencias que justifiquen una tesis determinada después, esta tesis se convierte en la base de nuevos argumentos.
La reciente historia de la India está tan relacionada con los acontecimientos actuales, que las pasiones y los prejuicios de hoy influyen poderosamente en nuestra interpretación de la misma.
Las mismas circunstancias de la derrota y la desintegración impidieron que quedara debidamente consignado el punto de vista indio, y muchas de las constancias que existían quedaron destruidas durante la gran rebelión de 1857. Los documentos que sobrevivieron fueron ocultados en los archivos de las familias y no podían ser publicados por miedo a las consecuencias. Permanecieron dispersos y poco conocidos y muchos fueron destruidos en su fase de manuscritos. Tiempos después, cuando algunos de estos documentos fueron descubiertos quedaron muy a la luz muchos incidentes históricos; la concepción india, frecuentemente muy distinta a la británica tomó forma.
Como historia, esta tradición puede tener escaso valor, pero es una tradición importante y que nos permite comprender el fondo del espíritu indio de nuestros días. El villano de los británicos en la India es muchas veces el héroe de los indios y este tinte queda adherido a los descendientes.
La historia de la revolución norteamericana ha sido escrita de modo distinto por los ingleses y los norteamericanos, y hoy mismo, cuando las pasiones han remitido y hay amistad entre los pueblos, cada versión provoca resentimientos en la otra parte.
Estas comparaciones nos darán una débil idea del resentimiento que causa a los indios el verse forzados a estudiar en escuelas y universidades supuestas historias que menosprecian el pasado de la India en todos los aspectos, que vilipendian a quienes se recuerda con cariño y veneración y glorifican las realizaciones del dominio británico en la India.
La literatura inglesa y el pensamiento político ingles han ejercido una leve influencia en quienes han aprendido la lengua inglesa. Pero este pensamiento político no tenía entonces realidad en la India. Los británicos que vinieron a la India no eran revolucionarios políticos o sociales; eran conservadores que representaban a la clase social más reaccionaria de Inglaterra.
La presión de la cultura occidental sobre la India fue la presión de una sociedad dinámica sobre una sociedad estática ligada a hábitos de pensamiento medievales, los agentes de este proceso histórico, no solamente fueron totalmente inconscientes de su misión en la India, sino que, no representaban este proceso. En Inglaterra las fuerzas que hacían frente eran demasiado poderosas y no pudieron ser contenidas. En la India tenia campo libre y aplico con buenos resultados el freno a ese cambio y ese proceso que representaba. Alentó a los grupos socialmente reaccionarios de la India y se opuso a todos los indios que laboraban por el cambio político y social.
La introducción de la máquina de vapor y del ferrocarril fue un paso importante hacia el cambio de la estructura medieval, pero estaba destinada a consolidar el dominio de estas gentes y a facilitar la explotación. Esta contradicción entre la política deliberada de las autoridades británicas en la India y algunas de sus consecuencias no buscadas produce cierta confusión y sirve de mascara a esa misma política. El cambio llego a la India a causa de la presión del Oeste, los británicos consiguieron retardar el ritmo de este cambio hasta tal punto que aun hoy la transición dista de ser completa.
Los propietarios feudales y sus afines que vinieron de Inglaterra a gobernar la India tenían del mundo la idea del propietario.
Los millones de personas que vivían y trabajaban en la India eran apenas una especia de arrendatarios del propietario que tenían que pagar las rentas y gabelas y ocupar su puesto en el orden feudal natural. Este concepto no ha cambiado fundamentalmente, aunque se exprese ahora de modo distinto.
Se admitió que el propietario debía mostrarse benevolente con sus arrendatarios y tratar de que estos prosperaran. Cuando la presión de los acontecimientos hizo el cambio inevitable, se estipuló que todos los empleados fieles continuaran con sus puestos, de este modo, quedaban frustrados todos los intentos de llevar a cabo cambios esenciales. Esta idea de identificar la India con los intereses propios era particularmente fuerte en los servicios administrativos superiores, totalmente británico. Durante los últimos años estos servicios se transformaron en esa sociedad excluyente, el Indian Civil Service. Estos hombres administran la india, son la India, el obrero y el campesino se hallan algo influidos por él y sienten, a pesar de su propia posición subordinada en su propio país, el orgullo de la posesión y del imperio. Este mismo obrero y este mismo campesino, si venían a la India, pertenecían de modo inevitable a la clase gobernante. Ignoraban por completo la historia y la cultura de la India y aceptaban la prevaleciente ideología de los británicos en la India porque no tenían otros elementos de juicio.
Durante cien años esta ideología se filtró en todos los sectores del pueblo británico y se convirtió en una herencia nacional, una noción fija que determinaba su visión de la India y que afectaba incluso a su visión de su propio país. En nuestros tiempos, los dirigentes del Partido Laborista británico, ese curioso grupo que no tiene patrones ni principios fijos, ni mucho conocimiento del mundo exterior, ha sido por lo general el más decidido partidario del orden existente en la India.
La nueva generación de miembros británicos de la Administración Civil de la India, son un tanto diferentes en mentalidad y formación que sus predecesores. Tienes que aceptar la religión establecida o renunciar y regresar a su patria, los periódicos de propiedad británica de la India estaban llenos de noticias y declaraciones oficiales, de las cosas que hacía la sociedad inglesa, apenas se decía una palabra del pueblo de la India, leyendo estos periódicos, apenas se podía sospechar que este pueblo existiera.
Bombay estaba esencialmente representada por los europeos; los demás, no eran más que elementos extranjeros a los que se reconocía por esta finalidad.
Los clubs ingleses de la India tienen generalmente nombres territoriales y están limitados a los británicos o más bien a los europeos, esta denominación se deriva de la vieja costumbre británica de estimar que son ellos los británicos la verdadera India que cuenta.
La exclusión de los no europeos es mucho más un asunto racial que un modo perfectamente justificado de que se reúnan las personas con afinidades culturales en sus momentos de ocio para divertirse y tratarse, sin la intrusión de otros elementos. Son muy pocos los indios que puedan desear incorporarse en esas sociedades; en Bombay hay un club muy conocido que no admite a ningún indio salgo que se trate de un príncipe gobernante o de un gran industrial.
El racismo de la India no es propiamente de ingleses frente a indostanos. Es de europeos frente a asiáticos. En la India todo europeo es automáticamente miembro de la raza dominante.
La presión política y la aparición de un nacionalismo militante han obligado al cambio e inducido a un intento de bajar el tono de racismo y la agresividad de antes; sin embargo, ese mismo movimiento político, hace que surja de nuevo la vieja arrogancia imperialista y racial en sus formas más más extremas.
Los ingleses son un pueblo razonable y, sin embargo, cuando van a países extranjeros, revelan una extraña incapacidad para darse cuenta de las cosas.
Los británicos y más especialmente la Administración Civil de la India han creado una casta rígida y exclusiva. Ni los miembros indios de cuerpo pertenecen verdaderamente a esta casta que ha creado algo parecido a la fe religiosa en relación con su propia y excepcional importancia y alrededor de esta fe, se ha desarrollado guisa de sostén de la mitología.
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