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El Poder Del Cerdo


Enviado por   •  4 de Octubre de 2013  •  2.351 Palabras (10 Páginas)  •  351 Visitas

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El poder del cedro

Hace 122 años llegaron a México. Hoy los inmigrantes libaneses generan 8.37% del PIB nacional y los expertos pronostican que su poderío económico aumentará en los próximos años.

por Jesús Hernández

El secreto de su prosperidad comercial está en la historia. Descendientes de fenicios y beduinos, los libaneses comenzaron a llegar a México hace 122 años “con una mano delante y otra detrás”. Pero hoy sus negocios en el país generan por lo menos 8.37 % del total de la riqueza nacional.

El poderío económico de los libaneses no es nuevo. En el México de los años 30, esta comunidad ya había innovado el sistema comercial mediante las ventas por abonos, el control de la industria textil y la apertura de algunas instituciones financieras. Pero hoy su diversificación no sólo llega a todas las ramas de la economía, sino que cada vez más permean las áreas políticas, culturales e incluso científicas. De ahí que su importancia estratégica para el país vaya en aumento. Quizá por ello, no es casual que Vicente Fox se haya reunido un mayor número de veces con esta comunidad que con cualquier otro grupo de pobladores extranjeros en el país.

En la última década la atención sobre esta comunidad ha llevado implícito un nombre: Carlos Slim Helú. El hombre más rico de México no sólo significó 6.6% del PIB nacional durante 2003, sino que es el empresario de origen libanés más adinerado del mundo.

De acuerdo con la lista 2004 de Forbes, Slim se sitúa en el lugar número 17 de entre los multimillonarios del mundo, con $13,900 millones de dólares. Su paisano radicado en Líbano, Rafik Al-Fariri le sigue muy de lejos con sólo 4,300 millones.

Aun así, explica Carlos Alba, investigador del Colegio de México, el dueño de Carso y Telmex no es imprescindible para explicar el éxito de los libaneses en México, pues “si Slim no existiera el potencial de esta comunidad seguiría siendo enorme”.

Las compañías en las que participan empresarios libaneses o de ascendencia libanesa –que han hecho públicos sus datos de ingresos-significaron el año pasado por lo menos $100,601.8 millones de pesos en ingresos, una cantidad equivalente al 1.49% de los $6,754,773 millones de pesos que el Banco de México reportó como la cifra total de la riqueza nacional ese año.

Masale, masale (dinero)

Curiosamente, los libaneses no son la comunidad extranjera más numerosa en el país, pues los superan en número los estadounidenses, españoles y centroamericanos, sin embargo su filosofía ontológica los hace más proclives a los negocios, quizá por eso Ricardo Kahwagi, presidente de la Asociación Mexicano-Libanesa de Administradores (AMLA) afirma: “Para nuestro tamaño de comunidad representamos mayor cantidad de dinero que de votos”.

Según estimaciones de la AMLA, en México habitan alrededor de 400,000 personas de origen libanés, de éstos seis de cada 10 son menores de 20 años, mientras que del 40% restante de población adulta, 30% tiene un negocio propio o trabajan por su cuenta, es decir, representan alrededor de 48,000 negocios.

Al igual que en el universo de cuatro millones de empresas que existen en el país, los negocios libaneses son mayoritariamente micro y pequeños, algunos centenares son medianos. No obstante, existen decenas de ejemplos de libaneses que han creado verdaderos emporios empresariales.

En Puebla, José KamelNacif Borge es conocido como “el rey de la mezclilla”. Proveedor exclusivo de las tiendas Macy’s y K-Mart en Estados Unidos, Nacif logró el pasado 2 de diciembre obtener 100% del control total de los activos de la compañía estadounidense TarrantApparelGroup (TAG) en México.

El empresario mexicano de origen libanés –que mantiene contratos importantes con marcas como Tommy Hilfiger– pagó $44.2 millones de dólares, pero a cambio incluyó el compromiso de compra de $5 millones de dólares en ropa producida en México por parte de TAG. Con esta operación Nacif suma a su empresa Trans Textil Internacional, con sede en Chiapas y Tlaxcala, y otros activos ubicados en Puebla, que incluyen siete maquiladoras, una planta que produce 18 millones de metros de mezclilla al año y otra de procesamiento textil. Esto sin contar sus oficinas en China, Tailandia, Corea, Nueva York y Los Ángeles.

Otro caso es el de los hermanos Roberto y José ChapurZahoul, quienes a través de Grupo Palace concentran 10% de la oferta hotelera (26,000 cuartos) en Quintana Roo. Además de ser presidente de la Asociación de Hoteles, Roberto Chapur se asoció con Fernando García Zalvidea para adquirir en abril pasado los centros de hospedaje Sierra Cancún y Continental Villas Plaza a la empresa administradora AMX Stead-Fast. Se estima que la operación de compra-venta sumó $110 millones de dólares.

Mientras que a través de su constructora Caabsa, Víctor Aboumrad –nieto del fundador del Banco Aboumrad en los años 30– participa en un proyecto de $140 millones de dólares para construir el Centro de Exposiciones Bancomer, en una superficie de 60,000 metros cuadrados que se ubicará en Santa Fe. Esto se suma al contrato por $900 millones de pesos de coinversión con el Gobierno del DF, para la construcción de los puentes de los Poetas en el poniente de la Ciudad de México.

Caabsa, que inició como constructora hace 15 años, hoy mantiene cinco divisiones que van desde contratos para la recolección de basura en Guadalajara, desarrollos inmobiliarios o ingeniería hasta la operación de centros de entretenimiento playtime y ecología.

Por demás conocidos son los casos de otros empresarios como Antonio Chedraui, con tiendas de autoservicio en el sureste, al igual que Asís Abraham Daguer de las tiendas San Francisco de Asís, o José ChafikHamdam como empresario ganadero y criador de toros de lidia.

El desembarco

De acuerdo con la antropóloga Patricia Jacobs Barquet, 75% de los inmigrantes libaneses que arribó a México se quedó a residir en el país. El florecimiento de la comunidad libanesa en sus primeros años se debió a varios factores: la coincidencia religiosa (católica) con los mexicanos, su capacidad de adaptación a una nueva forma de cultura y su afán por hacerse de capital llevando productos básicos –comestibles y telas– a comunidades alejadas de los grandes centros de comercio, mediante el sistema de pagos en abonos.

Además del comercio, los inmigrantes aprovecharon su conocimiento en la elaboración de telas de seda, para desarrollar negocios textiles en México, que compraron a los franceses que detentaban buena parte de ese mercado en los años 30-40 del

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