ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

El argumentario de los defensores del imperialismo europeo. ¿Cómo influyó en posteriores posturas fascistas, franquistas y nazis?

Pepe GarcíaEnsayo13 de Diciembre de 2015

3.161 Palabras (13 Páginas)325 Visitas

Página 1 de 13

El argumentario de los defensores del imperialismo europeo.

¿Cómo influyó en posteriores posturas fascistas, franquistas y nazis?

                Durante gran parte de la 2a mitad del siglo XIX y comienzos del siglo XX Europa poseía un aura de superioridad étnica anterior al surgimiento de los totalitarismos. Es paradójico que tanto los “defensores de la libertad” ingleses y franceses, como los ferreos alemanes del II Reich, en principio divididos por sus ideales, usaran estos discursos y estos argumentos para la conquista de África y el mundo en general y para el somentimiento de las étnias y razas de los diferentes países colonizados.

        Para comenzar hemos de definir el concepto de imperialismo. Ya que ¿Qué significa el imperialismo? ¿Acaso es una actitud? ¿Posee un objetivo político o económico? ¿Proviene de los nacionalismos o del totalitarismo...?  Es difícil saberlo ya que los imperios son casi tan antiguos como el hombre. Desde el imperio macedonio o sumerio, pasando por el español, hasta el imperio norteamericano han habido muchos imperios de muchísimas formas y colores. Al mismo tiempo han surgido también autodenominadas potencias “Anti-Imperialistas” como la China de Mao o la URSS de Stalin, pero que en la práctica practicaban también el imperialismo. Ya que para definir el imperialismo desde un punto general se habla de un denominador común como es el ansia de dominio tanto ideológico, como nacional o, en el caso que nos atañe étnico. Pero ¿Entra el imperialismo en la lógica liberal?

        En respuesta a la cuestión, el imperialismo no puede ser liberal. Ya sea por girar en torno a una idea de estados rivales, cada uno con su propio designio histórico y con sus propias necesidades de expansión, y cuyas relaciones suelen ser de suma cero, ya sea por su naturaleza de conflicto o bien por que sus relaciones comerciales están intervenidas, el estado está por encima del individuo, que es tan sólo un número más de la comunidad que otorga la cultura, la política y la lengua; ya sea por negar los derechos fundamentales del liberalismo (Propiedad privada, libertad, igualdad ante la ley, etc.) o bien ya sea por que lo que caracteriza al capitalismo es precisamente la coordinación y la eficacia que permite la libertad individual, hay que ser escépticos respecto a los beneficios económicos que se presuponen a los imperios por la explotación o por los saqueos sistemáticos llevados a cabo en las zonas ocupadas. La supuesta “ampliación de mercados” y sus beneficios se vieron afectados por el alto coste de implantar un sistema burocrático o por la subdesarrollada demanda de los indígenas, entre otros factores determinantes. Esto refuta las teorías de Rosa Luxemburgo acerca del imperialismo como fruto de una necesidad de una ampliación del mercado por el estancamiento de la demanda interna del país productor. Más bien como explicaba J. Schumpeter, el imperialismo, definido como “propensión, sin objetivo, por parte de un Estado, a la expansión violenta ilimitada”, no se corresponde con la mentalidad racionalista y de cálculo económico, ya que un imperio es muy costoso de mantener y a la larga deficitario. Cabe mecionar que gran parte de los colonos eran altamente subvencionados por el estado.[1]

        Tras analizarlo, observamos que efectivamente, el imperialismo no es efecto del capitalismo o del liberalismo, es simplemente un proceso histórico que no se dio antes debido a la falta de medios para someter a territorios tan bastos y a zonas habitadas con millones de personas sin que esto supusiera un gasto masivo para la metrópoli. Si que sería interesante mirar el hecho de si la inversión industrial y el aumento de capitales pudo desembocar en una mayor financiación para expediciones que anteriormente no se realizaban con tanta asiduidad. Pero pese a lo anteriormente nombrado de los costes que tiene el imperio hay que ponerse en situación y pensar en lo que supone tener un imperio colonial como podía ser el inglés. La extensión del dominio británico quizá puede ser mejor entendido imaginado que descrito: De la totalidad de la superficie terrestre del planeta, aproximadamente una quinta parte estaba de facto o teóricamente bajo la “Union Jack”, mientras que más de una sexta parte de todos los seres humanos que vivían en este planeta viven bajo uno u otro tipo de colonización inglés[2]. El impacto que tiene sobre un estado estar en esta situación de dominancia respecto al resto de estados es lo que crea un círculo vicioso en el que la búsqueda de poder y de nuevos horizontes se hace cada vez mayor, ya lo decía Cecil Rhodes (Propietario de la British South Africa Company e “inventor” del estado de Rhodesia a quien le gustaba pintar en los mapas todo lo británico en rojo.) Una de sus citas más famosas dice:”Todas estas estrellas(...) estos vastos mundos que quedan fuera de nuestro alcance. Si pudiera, los anexionaría (Estos planetas)”[3] El ideario favorable a la ampliación del imperio evolucionó conforme lo hacían las colonias. No hace falta viajar 1 siglo y medio atrás para ver como los argumentos o el ideario se va renovando conforme va cayendo en contradicciones, va siendo revatido o simplemente queda anticuado por los continuos nuevos sucesos que ocurren.

        El caso del imperialismo no iba a ser menos. Y podemos ver como políticos e intelectuales de toda índole defendieron la expansión colonial mediante diversas vías (Paternalistas, racistas, chovinistas) las cuales paso a poner en ejemplo y análisis a continuación.

        “Es la británica la más grande de las razas dominantes que el mundo ha conocido y, por consiguiente, el poder determinante en la historia de la civilización universal. Y no puede cumplir su misión, que es crear el progreso de la cultura humana, si no es merced a la expansión de la dominación inglesa. El espíritu del país tendrá fuerzas para cumplir esta misión que nos ha impuesto la Historia y nuestro carácter nacional. [...] El Imperio británico, firmemente unido, y los Estados Unidos deben juntos asegurar la paz del mundo y asumir la pesada responsabilidad de educar para la civilización a los pueblos retrasados. “

Joseph Chamberlain en 1895 al frente del ministerio colonial británico.

         Este estracto pertenece a una corriente llamada chovinismo, que se basa en la enaltación de el patriotismo hasta los límites más irracionales. Se basa en abogar por la superioridad de la patria en todos los aspectos. “Es la británica la más grande de las razas dominantes que el mundo ha conocido” Prácticamente lo que Chamberlain intenta transmitir es que Gran Bretaña está, de forma misericordiosa y casi divina, salvando las culturas colonizadas integrando la suya usando la idea romántica de la existencia de un carácter nacional propio. El chovinismo es un producto casi natural del concepto de Nación en la medida en que proviene directamente de la vieja idea de la “misión nacional”La misión nacional podría ser interpretada con precisión como la traida de luz a otros pueblos menos afortunados que, por cualquier razón, milagrosamente han sido abandonados por la historia sin una misión nacional. Mientras este concepto de chovinismo no se desarrolló en la ideología y permaneció en el reino bastante vago del orgullo nacional o incluso nacionalista, con frecuencia causó un alto sentido de responsabilidad por el bienestar de los pueblos atrasados.[4]

Una nación es como un individuo: tiene sus deberes que cumplir y nosotros no podemos desentendernos de los nuestros hacia tantos pueblos encomendados a nuestra tutela. Sólo nuestra dominación puede asegurar la paz, la seguridad y la riqueza a tantos desgraciados que, nunca anteriormente, han conocido estos beneficios. Y es terminando esta obra civilizadora como nosotros llevamos a cabo nuestra misión nacional, para el eterno provecho de los pueblos a la sombra de nuestro cetro imperial.”

Joseph Chamberlain. Discurso ante el parlamento británico 1895.

La tarea que los agentes del Estado han de cumplir en el Congo es noble y elevada. Está bajo su incumbencia la civilización del África Ecuatorial.

Cara a cara con el barbarismo primitivo, luchando contra costumbres, de miles de años de antigüedad, su deber es modificar gradualmente esas costumbres.

 Han de poner a la población bajo nuestras leyes, la más urgente de las cuales es, sin duda, la del trabajo. En los países no civilizados, es necesario, creo yo, una firme autoridad para acostumbrar a los nativos a las prácticas de la que son totalmente contrarias a sus hábitos. Para ello es necesario ser al mismo tiempo, firme y paternal."

Carta del rey Leopoldo II de Bélgica a los Agentes del Estado del Congo. Junio de 1897.

        Estos dos ejemplos pertenecen a la mentalidad paternalista. El paternalismo extrapola la relación paterno-filial (Normalmente aplicado no tanto en la cuestión del cuidado, si no más bien del control) a otros ambitos (Económicos, políticos,...) En el caso de Chamberlain, el paternalismo lo hace el estado, el pueblo británico que tiene la tarea de asegurar el control de la zona para sí y de este modo garantizar el orden y la seguridad de la zona. En el caso del Rey Leopoldo personifica el paternalismo en su figura como señor en quien se representa la voluntad del estado para adoctrinar a los nativos, presentando esta acción como de alta responsabilidad. En este caso y, a diferencia del Chauvismo, no se ennaltece la figura del estado hasta cotas demasiado altas. Más bien se enaltece la misión que tienen los colonizadores a controlar la “barbarie” instaurada en las colonias.[5]

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (19 Kb) pdf (297 Kb) docx (19 Kb)
Leer 12 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com