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Educacion Como Imperialismo Cultural

sofia2416 de Noviembre de 2011

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Universidad Autónoma Del Estado De Hidalgo

Instituto De Ciencias Sociales Y Humanidades

Área Académica De Trabajo Social

Materia: Educación Social Y Promoción Social

Maestra: María Del Carmen Navia Rivera

Alumna: Rocío Carbajal Sánchez

Ensayo del libro:

“Pedagogía para el oprimido” y “educación como práctica de la libertad”, del autor Paulo Freire.

14 OCTUBRE 2011

INTRODUCCIÓN

Educar no puede ser sólo simple transmisión de conocimientos. La educación debe partir de los problemas que la vida presenta. Pero resulta que tales desafíos se originan por la desigualdad real que existe entre los hombres de una sociedad dominadora contra los oprimidos: sociedad sin pueblo, dirigida por una élite superpuesta, alienada, sociedad en la que el hombre común, minimizado y sin conciencia de serlo, es más cosa que hombre mismo.

Se necesita una educación que dé al hombre oprimido una fuerza para el cambio y para la libertad. Para lograr esto es necesario concientizar al hombre oprimido. Concientización que tendrá como método la autoreflexión sobre su tiempo y su espacio.

El hombre no es, se hace, ante las contradicciones y presiones que existen en las sociedades actuales, toma conciencia, cada vez más clara, más evolucionada, de su papel en la historia: crea cultura. Y lo hará a medida que vaya ascendiendo, conscientemente, desde la conciencia mágica a la conciencia ingenua y de ésta a la conciencia crítica para desembocar, finalmente, en la conciencia política. Así se penetrará a fondo en las cosas transformándolas, comprometidos en un cambio radical, activo, consciente. Puesto que se da opresión, educar será poseer y comunicar un espíritu de lucha por la liberación.

Como el mundo es modificable por la acción humana, y el hombre se educa al contacto con otros hombres en un diálogo vital, enriquecedor, la educación deberá discurrir por la temática surgida de sus respectivas vidas. No podrá educarse de arriba hacia abajo, sino en un plano horizontal, dialogante. Habrá que romper con el binomio profesor-alumno; no se trata de depositar, continuar con la educación

Bancaria, sino de caminar juntos.

El analfabeto adulto tendrá como herramienta de su liberación el lenguaje y la escritura, tal como se imparte en el Círculo de Cultura, en lugar del concepto tradicional de escuela, que aparece demasiado cargado de pasividad. Surgirá el coordinador de debates en lugar del profesor; el diálogo, en vez del aula discursiva; el participante de grupo sustituyendo al alumno con tradiciones pasivas; la programación compacta desplazará las calificaciones y programas alienantes. Se crearán grupos de debate para aclarar situaciones, se buscará la acción que surge del esclarecimiento, se fomentará la participación libre y crítica. El método será activo, dialogal y participante. El procedimiento será aplicando las situaciones existenciales: conjunto de diez gráficos y las diecisiete palabras generadoras. Tanto los gráficos como las palabras están cargados de emotividad y contraste, a fin de que posibiliten la comprensión del concepto de cultura. El hombre analfabeto irá descubriendo, a través de estas situaciones, la existencia de dos mundos: la naturaleza y la cultura; el papel del hombre en la realidad; la naturaleza como un medio en las relaciones con los hombres; la cultura como resultado del esfuerzo creador y recreador; la cultura como incorporación crítica y creadora y como adquisición sistemática de experiencia humana; el aprendizaje de la lectura y de la escritura como claves con las cuales el analfabeto comenzará a introducirse en el mundo de la comunicación escrita.

En el análisis de la realidad aparecerán tres palabras fundamentales: opresión, dependencia y marginalidad.

Así se logrará la democratización de la cultura, surgirá un hombre nuevo, liberado, autodidacta, consciente, autor y actor de su propio destino, que irá cambiando y creando nuevas estructuras, en un ir y venir sin fin. Esta es la educación liberadora.

DESARROLLO

Freire sustenta una pedagogía en la que el individuo aprenda a cultivarse a través de situaciones de la vida cotidiana que él vive, mismo que aporta experiencias útiles para generar situaciones de aprendizaje.

No se trata de una pedagogía para el oprimido, por el contrario, de él; el sujeto debe construir su realidad a través de las circunstancias que generan el devenir cotidiano. Los textos que el individuo construye le permiten reflexionar y analizar el mundo en que vive, pero no para adaptarse a él, sino para reformarlo.

El método de aprendizaje de Paulo Freire no es simplemente de reproducir las palabras ya existentes, sino que éstas se crean y le permiten hacer conciencia de la realidad para luchar por su emancipación, puesto que algunos adquieren una conciencia ingenua en la que se dan cuenta de su situación, sin embargo no se esfuerzan por modificarla, se sitúan en una actitud conformista al considerarla como algo normal, incluso suelen adherirse a ella.

El individuo que reflexiona se va formando a sí mismo en su interior y crea su conciencia de lucha por transformar la realidad y liberarse de la opresión que lo ha insertado la pedagogía que tradicionalmente hemos considerado, de la misma manera, cuando se adquiere una forma nueva de pensar, su concepción del status social que guarda contribuye a modificarlo, pero no es necesariamente una concepción materialista sino cognitiva, cuya trascendencia se manifiesta en la liberación de la opresión que se encuentra en el interior de la conciencia del individuo justificando su presencia. Freire trata de que el individuo a través del aprendizaje sistemático además aprenda a luchar por la superación y la crítica constructiva.

La propuesta de Freire implica dos momentos distintos de manera progresiva: la primera se refiere a tomar conciencia de la realidad que el individuo vive, como ser oprimido sujeto a las determinaciones que los opresores imponen; la segunda, es la iniciativa de los oprimidos para luchar y liberarse frente a los opresores, es decir, él no considera que la situación vivida se quede en la simple toma de conciencia de la realidad, por el contrario el individuo tiene la necesidad de combatir contra ese status que lo priva. La empresa del oprimido se sintetiza a través del aprendizaje que la escuela realmente debe darle no como una adaptación a su contexto, mismo que le imponen los opresores.

En las relaciones que se establecen, lo oprimidos aparecen como los generadores de la violencia, aun cuando su condición y después de los momentos que anteriormente se contaron lo inciten a modificar su status, sin embargo, ante los ojos de los opresores, esa lucha se exalta como violencia innecesaria, sueños utópicos y no como las ideas de un revolucionario el cual se reconoce por el compromiso ideológico que establece con sus iguales y no por las acciones que ejecuta, puesto que la realidad del oprimido no es voluntad de Dios, puesto que Él no es culpable de la situación opresora, sin embargo ante la sociedad sin conciencia se presenta como algo normal. Estas circunstancias en ocasiones provocan una violencia equivocada entre los oprimidos como un intento de independencia.

Por otra parte, los opresores acusan a sus adversarios de ser unos viciosos, desobligados, irresponsables y culpables de su propia situación, por el contrario se debe a que se encuentran oprimidos y ello los conduce a tal situación cuya causa principal es la explotación de que son objeto. La situación se agudiza más cuando aceptan la realidad y se adaptan a ella sin cuestionarlo, mejor aún, modificarla; esta circunstancia genera en ellos una dependencia emocional que parece obligatoria, por ello, es necesario que los individuos se reconozcan a sí mismos para que emprendan la lucha hacia su liberación irremediable.

Una característica actual de la educación es la narración y memorización excesiva que se presentan en las aulas, pero no se analiza la esencia de ello, por ejemplo: 1945 marca el fin de la Segunda Guerra Mundial, pero se desconoce cómo este hecho influyó en nuestras vidas y las relaciones que establecemos en lo cotidiano, por el contrario, simplemente se retiene la fecha. Esta situación, Freire la concibe como si los alumnos fueran unos recipientes en los cuales se depositan los conocimientos, así, el maestro es un depositario y los conocimientos son los depósitos que realiza cotidianamente. La concepción bancaria de la educación pretende transformar la mente de los individuos para que se adapten mejor a las situaciones reales y así poder dominarlos con mayor facilidad. Cuando más pasivos sean, proporcionalmente se adaptarán, por lo tanto, se disminuye su creatividad, estimulan la inocencia, lo cual crea las condiciones para que los opresores surjan como sujetos generosos.

Cuando el individuo no lucha por sus intereses y su emancipación cultural y social, parece como si hubiera perdido el amor por la vida, tal necrofilia es la situación que ha predominado reiterado con la educación que se imparte en las escuelas, sin embargo la pedagogía que propone Freire es opuesta a lo anterior, sugiere que el individuo adquiera la biofilia a través del cultivo del ser, estando con el mundo y no en el mundo, lo cual se alcanza a través de la liberación, para ello se requiere que la educación deje de ser alienante y mecanicista.

La educación liberadora en el individuo tiene que ser un acto

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