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El último César


Enviado por   •  23 de Julio de 2011  •  1.826 Palabras (8 Páginas)  •  879 Visitas

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Para introducirnos a la exitosa obra política napoleónica debemos primero hacer hincapié en los fundamentos de su accionar, los cuales abordaremos en el siguiente escrito; los ejes de su pensamiento serán las bases que hicieron posible la construcción de tal imperio. Todo parecía estar pensado, premeditado como siempre lo ha hecho la burguesía. Pues bien, ahondaremos sobre la idas y vueltas entre la paradoja de su accionar político y en la contradicción entre el discurso y la práctica, donde desde la palabra se planteaba una nación donde reinara la “paz” y desde la acción se ejecutaba la “guerra” permanente. La unión de innumerables factores hicieron a la expansión inmediata, al triunfo y la gloria de su trayecto político militar.

Será importante tener en cuenta que como sugiere Halperin Donghi, los que detentan y detentaron siempre el poder, lo hacen por el linaje de sangre, la herencia; otros sin embargo, afirman que la tierra es el punto de disputa y finalmente otros como Johnson sostienen que la fuerza militar es la que juega el papel clave y decisivo para acariciar la cima. Si bien, cada autor parece estar en lo cierto, podríamos de decir, que la coexistencia y unión de todas estas características facilitan mucho más la cuestión.

De hecho a fines del Siglo XVIII la aparición de esta figura emblemática y de un temperamento pasivo, alzó la bandera francesa mostrando dos ejes que resumen todo su pensamiento: Tolerancia y Pacifismo. Napoleón, el Gran Reconciliador, tenía en mente desintegrar poco a poco estos diversos partidos que habían nacido junto con la Revolución; por supuesto, vale aclarar que toda esta acción pacifista y régimen de tolerancia mostraba una sola cara de la moneda. En este momento había que contener este mar de sudestada que había ocasionado la Revolución; si bien, fue necesario para quebrar el poder político de la monarquía absolutista y que este poder pase a manos de la burguesía; era hora de organizar y armar el rompecabezas del gran “Ensueño”.

Luego era inminente la necesidad de construir una conciencia de unión, lograr una homogeneidad de masas que actúe en defensa y como barrera inquebrantable a cualquiera que atente contra la soberanía de Francia. Si bien el auge, propiamente dicho de los movimientos nacionalistas según Hobsbawm se da a partir de 1830, es decir, cuando se intenta llevar a la acción determinadas cuestiones bajo la bandera del Nacionalismo, afirma que el Nacionalismo surge de la Revolución Francesa. Afirmado este sentimiento de pertenencia, podemos ver la implementación del Himno, la Marsellesa , como recurso de identificación y sobre todo representación nacional. Este planteó nos lleva indefectiblemente a ver como primero debe surgir una nación, con todos sus componentes básicos para luego poder hablar del surgimiento de un Estado. Como así fue. Pero primero la sociedad debe estar contenida y tolerarse mutuamente para que los hilos de la burguesía armen el nuevo paso a seguir. Nada de todo esto es posible sin un gran ejército que acompañe, defienda esta soberanía nacional. Así es que ha sucedido, Napoleón además de ser recordado por su obra de gobierno, sus campañas, acciones pedagógicas realmente significativas, su obra legislativa y administrativa se ha destacado por tener uno de lo más grandes ejércitos de la historia, y no solo eso sino su movilización por toda Europa, la lealtad y permanencia del ejército. Una nación no es nación sin un ejército que controle las fronteras. Se debe resguardar el espacio soberano para luego hacer miras a otros territorios y lograr la expansión.

Es preciso hacer mención al Código Civil de Francia, más conocido como el código Napoleónico promulgado en 1807, que además de contener tres principios claves como legislativismo, responsabilidad internacional de las potencias, congresos, intervención, también exaltaba los principios de la Revolución, libertad individual de trabajo y conciencia además del laicismo del estado; pero lo más interesante de este código era que con el se aseguraba su proyección ya que estipulaba la abolición del régimen feudal, haciendo imposible su resurrección. Por supuesto protegió a sus intereses la propiedad privada.

Luego de desmembrar uno a uno los diversos factores que forman parte de este gran Siglo que determinó en Europa el Siglo XIX, retomemos al Nacionalismo, pero ahora no para mostrar como ha surgido para la identificación sino para mostrar con que fin ha sido utilizado y que no ha surgido como resultado de la Revolución solamente, sino que ha sido un elemento creado por la Burguesía durante la Revolución, que eso es otra cosa muy distinta. Luego fue tomando distintas maneras de expresarse, en realidad al nacionalismo se abocaban las clases medianamente bajas, así lo expone Hobsbawm en la Era de la Revolución:

“…Los grandes partidarios del nacionalismo mesocrático en aquella etapa eran los componentes de los estratos medios y bajos de los profesionales, administrativos e intelectuales, es decir, las clases educadas…”

Estos grupos eran antiliberales que pretendían los grandes magnates en su mayoría católicos y los grandes terratenientes como por ejemplo se dio luego de la caída de Napoleón. Los nobles necesitaban ganar terreno frente a estas clases más acomodadas, así fue que el Nacionalismo surge como necesariamente opuesto al Liberalismo para afianzar cada vez más este sistema económico tan rentable hasta nuestros días, según lo explica Hobsbawm, el nacionalismo no había sido capaz de lograr un sentido genuino de unidad nacional a través de la unión aduanera. Esa síntesis no casual llegará con la implementación plena del Liberalismo económico. Inglaterra ejemplifica muy bien esta síntesis.

De

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