Ensayo - LA CIUDAD ANTIGUA.

 LA CIUDAD ANTIGUA

La necesidad de estudiar las creencias más antiguas nace de querer saber porque actuamos a veces de la manera en la que lo hacemos, pero la antigüedad está muy lejos, así que lo que se busca en este libro es indagar más allá de lo que conocemos o nos han contado, nos remontaremos a la antigua Roma y la antigua Grecia para descubrir todas las creencias y rituales que en ese tiempo se llevaban y porque es que tenían la necesidad de hacerlo, esto será un estudio detallado pasando desde las creencias antiguas, por la familia, por la ciudad, por las revoluciones y hasta la desaparición del régimen municipal.

Esta Obra está dividida en 5 libros, el libro I trata sobre las Creencias antiguas, dividido en cuatro capítulos, el cual el capítulo I habla de las creencias sobre el alma y sobre la muerte.

Mucho antes de que existiera la creencia de que al morir una persona, el alma de esta se va a una dimensión alterna en donde todo es hermoso y hay nubes y más almas como la de esta persona, existía la creencia de que el alma jamás se separaba del cuerpo, el alma permanecía en el cuerpo de la persona muerta por toda la eternidad, cuando se sepultaba a una persona se pensaba que lo que se sepultaba era el alma, gracias esta creencia del alma se derivan ciertas creencias sobre la muerte, como que el alma dentro de una tumba tenía sed, hambre, le servirían los caballos y esclavos que había tenido y le habían servido en vida, es por eso que se llevaba a cabo un ritual de sepulcro que consiste en decir el nombre de la persona tres veces y se le deseaba una “vida” feliz en la muerte, en las tumbas también se escribía el nombre de la persona que estaba sepultada ahí (algo que hasta la actualidad seguimos usando), se tiraba vino sobre la tumba para satisfacer la sed del ahí sepultado, también se colocaban alimentos para el hambre. Se creía también que si estos rituales no se llevaban a cabo entonces las almas de los muertos a los que no se les fue llevado a cabo el ritual se aparecían a los vivos y no dejaban de hacerlo hasta que se llevará el ritual que se debía llevar. Se asignaba un día del año para poder llevar comida y bebida al muerto, esto no como algo conmemorativo, sino más bien como algo a lo que estaban obligados a hacer los familiares vivos, la comida y bebida eran exclusivamente para el muerto y como prueba de esto era que el vino se derramaba sobre la tumba y la comida sólida se metía en un agujero que llegaba hasta el muerto, además si se ofrecía a una víctima toda la carne se quemaba, para que los muertos pudieran disfrutar de esto se les invoca con ciertas fórmulas. Estos rituales fueron llevadas a cabo cada año, se pensaba que si un muerto no tenía los alimentos y la bebida estaba condenado a la sed y el hambre eterna, por eso estos rituales eran sumamente importantes.

El Capítulo II del libro I habla sobre el culto de los muertos.

Muy pronto con las creencias que se mencionan anteriormente se llegó a que dar alimento y bebida a un muerto era algo que debía ser obligatorio, y así fue que en base a lo consuetudinario era el deber de los vivos ver por los muertos, también el hecho de que los muertos eran considerados Dioses subterráneos, por lo tanto se le daban ofrendas y se les pedía favores, eran divinidades y por esta razón los vivos debían honrar a los muertos. La comida para los muertos era algo teológicamente obligatoria también debido a que si se dejaba de suministrar estos alimentos entonces los manes (almas de los muertos) salían de sus tumbas y llevan mal a todo, como pestes, enfermedades, esterilidad del suelo y esto solo se quitaba si se les volvía a dar comida en sus tumbas, es por eso también que se les consideraba Dioses y hay pruebas de que tanto como un griego como un indo pedían a los muertos por cosas materiales como metafísicas. A estas divinidades los griegos llamaban “héroes” o “demonios” y los latinos les llamaban “Lares”. “manes”, “genios”. La muerte fue para los primeros seres humanos el primer misterio, es por eso que antes de rendir culto a los dioses del olimpo o cualquier otro dios que pudiera existir, se le rindió culto a los muertos, se les consideraba seres divinos y se les temió por el poder sobrenatural que ellos creían adquirieron con la muerte.

El capítulo III del libro I habla sobre El fuego Sagrado

Es denominado “fuego sagrado” porque en la antigua Roma y Grecia el fuego era algo muy importante de mantener en un altar, e incluso tal vez lo más importante, el jefe de la familia de cada hogar se encargaba de que este fuego se mantuviera y no se apagará nunca, el fuego solo se apagaba cuando ningún miembro de la familia quedaba viva, es así como se afirma que cuando el fuego moria es porque la familia moría. Este fuego era sumamente sagrado debido a que no se podía poner cualquier cosa para que siguiera encendido, la religión decía que era lo que se debía poner, incluso no se podían cometer actos impuros frente a ese fuego, cada año los Romanos apagaban el fuego y mediante rituales hacían encender otro nuevo fuego en mismo lugar. El fuego era algo Divino para los antiguos, se le adoraba y se le imploraban cosas tal cual a los Dioses y se le pedía protección de la misma forma. Incluso cuando había infortunios se le culpaba al fuego y cuando había buenas rachas se le daba gracias, antes incluso que a Zeus (Júpiter) era el fuego a quien se agradecia, era de mucha importancia. Se le daban ofrendas al fuego, como vino, aceite, incienso, la grasa de víctimas, esto para que el fuego alimentado de madera se alzara y como un Dios se manifestara ante quienes lo adoraban. Al momento de comer los antiguos hacían una oración a nombre de Dios fuego como agradecimiento de haber presidido la comida que en la mesa estaba puesta, también se le daba comida al fuego y el fuego se manifestaba haciendo encender sus llamas y esto para los antiguos era una explicación de que el fuego estaba satisfecho.  En Oriente también era sagrado el fuego, se encuentran en las leyes de Manu, al igual que en Grecia y Roma se debía mantener el fuego día y noche y con determinada leña de determinados árboles. Esta costumbre religiosa hacia el fuego data desde mucho tiempo atrás, cuando solo existían los arios, cuando esta tribu se separó y crearon las demás tribus esta costumbre se mantuvo como muestra de donde procedían. Cabe mencionar que el fuego era mucho más importante religiosamente hablando que los demás dioses, cuando se rendía culto a otro dios primero y antes que todo se rendía culto al fuego, esto porque el fuego era una divinidad más antigua que los otros dioses y esto los romanos y griegos lo respetaban. Con el tiempo a esta divinidad se le fue dando forma humana, y tiempo después se le nombró Vesta, un nombre femenino por lo tanto esta forma humana que adquiere el fuego era el de una mujer, Vesta era nada más y nada menos que una llama ardiente sagrada. Vesta representa el orden, la pureza, la castidad, el fuego era algo sagradamente virtuoso y casto, es por eso que se respetaba todo en el. Es muy confundible el fuego sagrado con los ritos a los muertos, pues estos se piensa que son los mismos, por lo menos estudiando antiguos poemas.

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