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Ensayo sobre: “Las utopías del bienestar general: De la idea de ciudad de Thomas Moro a Yuval Harari”


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2020  •  Ensayos  •  2.298 Palabras (10 Páginas)  •  122 Visitas

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A.C.Á.S-2020

Ensayo sobre: “Las utopías del bienestar general: De la idea de ciudad de Thomas Moro a Yuval Harari”

Elaborado por: A.C.Á.S

Medellín-2020

Toda persona en algún momento de su vida se ha imaginado un mundo mejor, un mundo donde su ingenio sale a volar y crea “grandiosos” instrumentos de poder, de vida, de felicidad, donde es otra persona o es libre, entre otras muchas cosas, este mundo mejor o ideal se le denomina utopía (Lugar que no existe) aquella idea o representación de una civilización perfecta, ideal, imaginaria, fantástica y, sobre todo, irrealizable o paralela a nuestra realidad. ¿Sería genial una sociedad perfecta en donde todas las personas tengan absolutamente todo lo que necesitan para vivir plenamente y ser feliz?

En el siguiente ensayo se dará un punto de vista especifico y general sobre los 5 libros presentados por el señor Ángel Emilio Muñoz Cardona Docente e Investigador en Escuela Superior de Administración Pública, en su ensayo “Las utopías del bienestar general: De la idea de ciudad de Thomas Moro a Yuval Harari”.

comienzo hablando sobre un tema muy interesantes, la existencia de la convivencia armoniosa o el mundo perfecto. De esta cuestión, a lo largo de la historia y en diferentes partes del mundo, se pueden encontrar diversos modelos propuestos para lograr ese estado ideal. Una de las obras más famosas que explora este tema es Utopía, cuyo nombre ha sido sinónimo de la descripción anterior. Su autor es Tomás Moro, es un escritor británico que también desarrolló la teología, el derecho y la política.

Tomas Moro nos muestra muchas características en su texto, pero la característica principal y que más llamó mi atención es que en este lugar su gente y gobernantes no tienen los ideales en conflicto que tenía la sociedad europea en ese momento o que tiene la sociedad de todas partes en este instante. Esto se transformó en una comunidad pacífica con patriarcado, donde el concepto de propiedad privada fue trasladado a la igualdad de oportunidades. Todas las casas se construyen de la misma manera y se transfieren a otras familias mediante lotería cada diez años. Del mismo modo, los campos de cultivo están distribuidos razonablemente y funcionan por turnos para que los ciudadanos puedan aprender a comerciar sin distinción.

“El orden político no es secuestrado por los dirigentes de los partidos políticos, ni tampoco es de castas sociales, por lo tanto, el orden político de gobierno es comunitario, no sólo en lo referente a la posesión de los medios de producción sino también en la distribución. En la ciudad isla de la Utopía, todos los utopienses trabajan para todos; ya que es la comunidad la que asegura el bienestar y el logro en el cubrimiento de las necesidades básicas. El hombre no vale por su abolengo, cualidades físicas o riquezas, el hombre vale por ser exclusivamente humano. De allí que la justicia sea el eje integrador de la sociedad. Para conseguir tan loable fin: cada ciudadano práctico la disciplina, el autogobierno y el acatamiento de las leyes, valores que son fundamentales para los logros del bien común; solo de ese modo la justicia, tanto social como jurídica, brindará seguridad a todos los utopienses y con ella la felicidad que otorga una vida en unidad comunitaria” (Moro, 1993).

También podemos ver que, en esta utopía, la religión ha perdido algo de poder, ya que esta sociedad se basa en el respeto y la tolerancia, y por ende deja de lado el dogmatismo y la opresión que produce la religión. Opresión que desde hace muchos siglos atrás viene ejerciendo las religiones con sus reglas, su temor, su dolor e historia. Así lo plantea Moro:

En la isla de Utopía no existe el dogmatismo religioso como ordenador de los comportamientos comunitarios, existe el Estado benevolente, es decir, que distribuye adecuadamente los ingresos públicos en bien de la mejoría de todos, de allí que todos se sientan parte de él. Utopía es una ciudad donde prima el bienestar de toda la comunidad. Los utopienses sólo practican la guerra defensiva y preventiva en casos extremos; es decir, cuando se trata de fundar colonias para aliviar la presión demográfica, asegurarse el suministro de materias primas o liberar a los pueblos oprimidos de malos gobiernos (Moro, 1993).

Como se puede apreciar hay muchos factores que corroen una sociedad o malversa a las personas, pero, para seguir con nuestro ensayo el señor muñoz también nos muestra a un filoso de la antigua era el Sr. Tommaso Campanella. El cual nos muestra su idea de utopía en su obra “LA CIUDAD DEL SOL”.

Tommaso Campanella en su libro "Ciudad del Sol" propuso una utopía de la sociedad humana; esta utopía convive en una isla formada por humanos llamada Taprobana, gracias a la educación de los ciudadanos sobre los valores del ser humano y la sabiduría se vivía en paz, armonía y con felicidad plena. Una utopía un tanto similar a la cual no la presento el señor Moro.

Tommaso Campanella, en su libro “La Ciudad del Sol” plantea la utopía de una sociedad que vive en una isla llamada Taprobana, integrada por seres humanos distintos, gracias a la educación en los valores humanos de amor al hombre mismo y a la sabiduría. Una educación natural de amor al prójimo como a sí mismo para la búsqueda social del bien común. Los Taprobianos basados en los sentimientos de simpatía conforman una comunidad en la que los valores del egoísmo no tienen cabida por ser deformadores de solidaridad (Campanella, 1995, p. 224).4

Tommaso también nos muestra que su diseño utópico se basa en el aprendizaje y la enseñanza de la ciencia y otras materias para de esta manera tener un verdadero saber, es decir Los habitantes del sistema solar viven de acuerdo con la filosofía y la ciencia, y solo están sujetos a decisiones racionales, también acuerdan adoptar la comunidad de todas las comodidades. De hecho, al producir amor propio, la propiedad es destructiva para la comunidad. Aquí, todos están dispuestos a aceptar su misión. No hay amo ni sirviente, pero todos trabajan por la prosperidad común. El dormitorio y la mesa son muy habituales y todos van vestidos de la misma forma, según la época del año, se cambiarán cuatro tipos de ropa diferentes y se describirá cuidadosamente su acabado. Todos siguen deliberadamente la prescripción del médico parece chiste, pero no lo es, son personas muy obedientes.

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