Ensayo sobre La utopía de una Lima sostenible

La utopía de una Lima sostenible

Hoy en día se puede afirmar que Lima es el centro del Perú, y no por su ubicación geográfica, sino por la concentración de poderes económicos, políticos y sociales en este lugar, lo cual ha desencadenado un vertiginoso crecimiento demográfico durante las últimas décadas. Con un aumento mayor a 100 mil personas en su población cada año, ¿está desarrollándose de manera sostenible la ciudad? Pues solo basta con ver las precarias condiciones de vida que tienen muchos limeños, la gran suciedad en las calles o las innumerables marchas y protestas que se dan de manera recurrente para afirmar rotundamente que no. Así y a partir de lo antes descrito, opino firmemente que la expansión de nuestra capital se ha dado en base a la improvisación y la falta de proyectos de planificación a largo plazo, afectando la calidad de vida de los ciudadanos y dejando de lado el cuidado ambiental, todo porque aquellos que deberían usar su poder para cambiar el panorama actual de la ciudad solo buscan su propio beneficio económico.

No cabe duda de que nuestro país está lleno de potencial para el desarrollo en cada uno de sus 24 departamentos, desde el excelente recurso eólico en Piura y La Libertad hasta la aptitud agrícola que poseen los territorios de la sierra y selva. Sin embargo, toda posibilidad queda estancada ante la constante migración de provincianos a la capital en búsqueda de mayores oportunidades laborales y educativas, acceso a mejores servicios básicos, y más. Dicha situación ha causado la tugurización de muchas zonas de Lima, tales como los asentamientos humanos formados en las laderas de los cerros, en los distritos de Carabayllo, Comas, San Juan de Miraflores, El Agustino, La Molina, Puente Piedra, Ate y Chosica. Ello implica una latente preocupación en caso suceda un movimiento telúrico u cualquier otro desastre natural que resultaría destructivo y ocasionaría grandes pérdidas económicas para la nación, ya que en estos espacios se ubican más de 5 mil fábricas y están, además, la mayor parte de los centros financieros y de comercio nacional. Entonces, se puede ver la carencia de un enfoque orientado al futuro, haciéndose evidente la falta de planificación estratégica por la limitada capacidad de los gobiernos locales para gestionar la información sobre zonificación y el poco criterio que se tiene para la autorización de construcción de predios para fines de vivienda, comercio o industria en áreas altamente vulnerables.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es la sostenibilidad medioambiental. Comenzamos mal desde el hecho que en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP20) se le estableció a Lima la recuperación de espacios verdes, puesto que cuenta con 3 metros cuadrados de áreas verde por habitante, mientras que la OMS recomienda que haya al menos 8 metros cuadrados. No obstante, eso es solo la cereza del pastel, puesto que las playas con animales muertos a orillas y calles con toneladas de basura revelan el gran índice de polución que ha conllevado a que nuestra ciudad sea catalogada como una de las más contaminadas de Latinoamérica. Estudios confirman que la polución atmosférica es casi seis veces superior a la “razonable” y pone en riesgo la salud de la población. Gran parte de esta es ocasionada porque los taxis, custers y buses viejos expulsan toneladas de azufre y dióxido de carbono al medio ambiente. En adición, el número de fábricas que no cuentan con el Programa de Adecuación y Manejo Ambiental (PAMA) y que afectan a la sociedad con el humo que producen, es aproximadamente de 30 y se encuentran en los distritos de Independencia, Los Olivos y San Martín de Porres. La contaminación del aire afecta la salud de la mayoría de niños de los niveles socioeconómicos medios, bajos y muy bajos ocasionándoles graves problemas respiratorios. ¿Dónde están los gobiernos? ¿Por qué no actúan frente a tan alarmante situación? Simple, cada gobernante está preocupado por llenar sus propios bolsillos con tratos ilegales bajo la mesa y, en consecuencia, se está llenando a la ciudad situaciones de riesgo.

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