Ensayo sobre historia de la pintura francesa segun Pierre Francastel

Resumen de introducción al libro segundo de Historia de la pintura francesa de Pierre Francastel

Es indiscutible el hecho que el arte tiene la capacidad de deslumbrarnos con su belleza estética, sin embargo el crítico de arte Pierre Francastel muestra en la introducción al libro segundo de su obra “Historia de la pintura francesa” que el arte también puede cumplir una función histórica, política y social. Para Francastel, el arte no debe limitarse únicamente a brindar placer visual, sino que este es también un reflejo de la coyuntura social y política del artista. Es asi que en el presente ensayo se analizara con mayor detalle la postura de Francastel sobre el arte.

EL primer pintor que cita Francastel en su obra es Jacques-Louis David, un reconocido pintor francés perteneciente a la corriente del neoclasicismo. Es en David donde el autor logra ejemplificar de la mejor manera posible la función histórica y social del arte. La obra de David, y del neoclasicismo en general, se basó en mostrar en pintura acontecimientos importantes de la antigüedad, en especial acontecimientos relacionados con la revolución francesa y mitos griegos y romanos; como fue el caso de “Los Horacios” de David. Estas ansias de los artistas neoclásicos de buscar inspiración en las eras antiguas vinieron de la mano con el hecho de que varias ciudades antiguas habían sido encontradas durante dicho periodo, como fue el caso del descubrimiento de Herculano y Pompeya. Fueron descubrimientos como estos los que animaron a los artistas expresar en sus obras su interés por lo antiguo. Es asi que con este ejemplo Francastel nos muestra que el arte es una representación histórica del contexto que vive el artista, en este caso David y el resto de pintores neoclásicos.

 Pero regresemos otra vez a “Los Horacios” de David; esta obra tuvo una gran éxito en Italia, el cual era el país que congregaba a todos los artistas de Europa antes del neoclasicismo, sin embargo después del éxito de “los Horacios”, la capital del arte en Europa se vuelve Paris, y se mantendrá asi por varios siglos posteriores. Es más, hasta el día de hoy Paris sigue siendo un punto de encuentro para artistas de todo el mundo. Este es el segundo punto principal en el texto de Francastel. Según el crítico, la mayoría del arte europeo del siglo XIX y XX nace o tiene sus raíces en Paris. Y esto no solo lo demuestra con la importancia de David con su obra, sino que hace referencia a otros pintores franceses que hicieron que la escuela de parís resaltara a nivel global. Uno de estos pintores fue Delacroix, quien perteneció a la corriente del romanticismo. El romanticismo fue una corriente que se opuso al neoclasicismo, en  vez de enfocarse en la búsqueda de la razón y de la antigüedad como lo hacían los neoclásicos, los románticos empezaron a enfocarse en los sentimientos. Y uno de sus más grandes exponentes fue el pintor francés Delacroix. Luego del romanticismo apareció el realismo el cual mostro un cansancio de los artistas por el mundo sentimental y hasta cierto punto fantasiosos que mostraban los románticos, por lo que los realistas empezaron  a retratar aspectos más reales de la vida europea, como lo fueron las obras de Gustave Courbet quien fue uno de sus más grandes exponentes. El punto de mencionar a estos tres grandes artistas ha sido demostrar que todos ellos eran franceses y que varios de ellos cultivaron su arte en Paris, mostrando asi  la idea de Francastel: que la ciudad de Paris ha sido parte esencial para el desarrollo del arte europeo.

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