Era de Stroessner en Paraguay

Introducción.

En el año de 1932, estalló la guerra del Chaco1, enfrentamiento entre Paraguay y Bolivia con una duración de tres años. Se sufrieron pérdidas humanas y económicas, Paraguay resultó vencedor en gran parte de estas batallas, un Tratado de Paz devolvió a Bolivia gran parte de las tierras que había perdido en el transcurso de la guerra.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones de América Latina estaban relacionadas comercial y financieramente con Francia, Inglaterra y Alemania. Después de 1945 esto cambió profundamente, ya que dichos Estados europeos quedaron en ruinas y tardaron varios años en recuperarse, mientras que EE.UU. se convirtió en la primera potencia del mundo capitalista, a partir de su triunfo político militar, con creciente capacidad tecnológica, en el mercado, un gran competidor, mayor inversor extranjero.

En 1946 se formó un gobierno de coalición entre el Partido Colorado2 y el Partido Revolucionario Febrerista. En enero de 1947, el Partido Colorado, expulsó del gobierno al Partido Febrerista lo que condujo a la guerra civil en la que una coalición del Partido Liberal, el Partido Revolucionario Febrerista y el Partido Comunista Paraguayo se alzaron contra el gobierno. El Partido Colorado logró la victoria. A partir de entonces se este partido que llevaría al poder al coronel Alfredo Stroessner.

1950-1960

El general Alfredo Stroessner tomó el poder en Mayo de 1954, tenía 41 años de edad cuando accedió al máximo poder tanto administrativo como político del país. Fue reelegido presidente seis veces, con apoyo de los militares y el Partido Colorado. Durante los 35 años del gobierno de Stroessner, las libertades políticas fueron severamente limitadas.

Nadie en el Paraguay imaginaba que se iniciaba el gobierno más prolongado de su historia política, justamente conocida posteriormente como la "era de Stroessner".

Para tener una visión más general de la razón de su excepcional duración, es relevante analizar algunos antecedentes sociales y políticos.

Stroessner continuó una larga tradición de autoritarismo en Paraguay y es que la historia del Paraguay es una secuencia casi permanente de dictaduras desde su formación como República independiente en 1811. 49 ciudadanos ocuparon la presidencia antes de Stroessner; uno cada 23 meses, y más de la mitad de los mismos fueron despojados de sus cargos con amenazas de violencia, golpes de Estado o revoluciones.

En Paraguay no se conocen muchos ejemplos de procesos verdaderamente democráticos.

El pueblo se mantuvo en pobreza a pesar de las fértiles tierras con que cuenta, además de un clima propicio y recursos naturales abundantes.

Por el desarrollo del sistema fluvial y porque el 90% del comercio exterior se realizaba a través de los ríos, el Estado no había necesitado construir una red de ferrocarriles o de caminos, como en otros países de América Latina.

El territorio nacional es una geografía casi plana, sin barreras naturales importantes que la protejan de sus dos poderosos vecinos, los cuales lo han sometido a presiones económicas, culturales y diplomáticas. Paraguay se ha visto forzado a la constante necesidad de defender sus fronteras, y esto motivó la intensificación del papel preponderante del Ejército, en grado quizá exagerado, en la vida nacional.

La dictadura de Stroessner no intentó modificar dicha situación. No llevó adelante ninguna medida con tendencia a un desarrollo industrial del país. Por otra parte, el mercado reducido interno desalentó los negocios industriales

La dictadura llevó a cabo un plan basado en la creación de colonias agrarias en las tierras menos productivas del país. El plan significó el traslado de los campesinos más pobres hacia regiones distantes.

La reforma no mejoró las condiciones de vida de los campesinos. Éstos carecían de recursos para poder cultivar sus tierras y muchos las vendieron inmediatamente. Otros comenzaron a organizarse para defender sus derechos, en las “Ligas Agrarias”. La dictadura no toleró la actividad de estas organizaciones, la que fue duramente reprimida mediante secuestro de dirigentes y la persecución de integrantes, se multiplicaron las torturas, se organizó una red de espionaje que vigilaba y denunciaba a todo individuo que pareciera sospechoso de actividades antigubernamentales.

En la década de los años cincuenta, mayor parte de la población vivía en el ámbito rural y sólo el 20% era clasificado como perteneciente al sector urbano. El medio rural tenía pocos vínculos con la política nacional y escaso interés en ella, esta gran mayoría vivía aislada por falta de medios de comunicación y se dedicaba a rudimentarias actividades económicas, salvo en las raras ocasiones en que era movilizada por los líderes políticos. Actividades industriales eran casi inexistentes. La actividad política era una lucha por controlar los escasos recursos existentes para asignarlos a la propia familia, parientes y amigos.

Los partidos políticos se basaban en agrupamientos familiares, sin embargo, esas relaciones explican por qué la política paraguaya es tan descarnada y resentida, ya que no se daban conflictos de principios, sino luchas con profundas emociones personales, lo cual hacía que cuando una facción tomaba el poder, eran inevitables el nepotismo (Favoritismo hacia familiares o amigos, a los que se otorgan puestos de trabajo, cargos o premios por el mero hecho de serlo), el favoritismo y, con ello, la corrupción.

A mediados de los años cincuenta, Asunción, capital de Paraguay, era el centro de la vida política, económica y cultural, pero ocultaba un lado oscuro de la sociedad: rencores políticos, las conspiraciones, traiciones políticas.

El ascenso al poder de Stroessner fue la culminación de sus varias conspiraciones y maniobras, desde la época de Morínigo hasta Chaves, demostrando una ambición de poder casi ilimitada. Se decía gran lector de "El Príncipe" de Maquiavelo.

En el camino hacia el poder político máximo, Stroessner sabía que las palancas claves del mando, sabía que eran el Partido Colorado y el Ejército. Aprendió perfectamente la lección de que los colorados, aun peleados o divididos, no aceptarán jamás un jefe de gobierno perteneciente a otro partido. Necesitaba del apoyo partidario porque este proveía todo el personal administrativo de la burocracia estatal.

El golpe de Estado que conduciría a Stroessner a la Presidencia comenzó con el derrocamiento de Federico Chaves, el 4 de mayo de 1954. Chaves respondió cándidamente: "Mire Ferreira, el único militar que no ambiciona la Presidencia de la República es el general Alfredo Stroessner".

Se inició el golpe, pero que no llevó a Stroessner de inmediato a la presidencia, había elementos del Ejército que se oponían a ello, como también dentro del Partido Colorado.

Stroessner utilizó a los sectores colorados divididos como contrapeso mutuo y estableció una tregua entre ellos a fin de formar un nuevo gobierno provisional. Tomás Romero Pereira asumió como nuevo presidente de la República el 8 de mayo de 1954 (su mandato duró tres meses y siete días) a propuesta de la Junta de Gobierno del Partido Colorado. Posteriormente se figuró del Gral. Stroessner como candidato posible.

La influencia de Epifanio Méndez Fleitas y de Saturnino Ferreira fue decisiva para que la nominación de Stroessner fuera aceptada en la convención del 14 de junio de 1954 del Partido Colorado. El 11 de julio es electo Presidente de la República y asumió el poder el 15 de agosto de 1954. Una nueva e inimaginable época se iniciaba para el Paraguay.

Stroessner descubrió que el solo hecho de ser presidente no implicaba poder absoluto. Necesitaba liberarse de enemigos, aun dentro del propio partido gobernante.

Alfredo Stroessner no sería un presidente cualquiera. Probablemente para ese entonces nadie imaginaba que perseguiría, torturaría y haría desaparecer a colorados, izquierdistas, intelectuales y a todo aquel que cuestionara su forma de gobernar, para permanecer en el poder por 35 años, siendo la dictadura más larga de América Latina.

Pero no tardó en dar las primeras muestras de sus pretensiones, porque en octubre de 1955 instituyó la Ley 294 de Defensa de la Democracia, la que le dio luz verde para acusar de comunista a cualquier opositor. La ley estableció la obligatoriedad de la delación, por lo que todo funcionario estaba obligado a denunciar a supuestos opositores; caso contrario, podrían ser acusados ellos mismos.

Así comenzaba la era de las detenciones ilegales, la tortura, los asesinatos y la desaparición forzosa. Todo era válido para mantenerse en el poder.

En 1955 se deshizo de Epifanio Méndez Fleitas con pretexto de conspiración, fue comisionado a Europa en misión cultural, de la que no regresaría al país., quien poseía una popularidad en el coloradismo y constituía una seria amenaza para sus planes.

El Dr. Rigoberto Caballero, advirtió a Méndez tiempo antes de que su candidato: “... se va a adueñar del partido y tú serás su primera víctima".

En 1956 pidió la renuncia colectiva de los ministros. En el nuevo reparto de carteras, el joven doctor Edgar L. Insfrán ocupó la del Interior; el doctor Raúl Sapena Pastor, la de Relaciones

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