ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

HACIA UNA ECONOMIA GLOBAL.

jan7989Resumen7 de Noviembre de 2016

23.877 Palabras (96 Páginas)323 Visitas

Página 1 de 96

Autora: María Dolores Béjar: Historia del siglo XX.

Para comprender mejor el siglo XX debemos revisar algunos procesos centrales del último cuarto del siglo XIX. 1- la transformación del capitalismo en el marco de los desafíos planteados por la crisis de 1870 y 1880 y el avance del capitalismo global con la expansión imperialista. 2- la configuración de un mundo en el que las distintas regiones fueron más interdependientes entre sí, pero donde se recortaron cuatro grandes espacios: los centros capitalistas centrales, los imperios multinacionales del este europeo y parte de Asia; el mundo colonial junto con el políticamente soberano pero económicamente dependiente integrado por la mayor parte de Aca Central, el Caribe y Aca del Sur; los antiguos imperios en crisis –persa, chino y otomano- y 3- la extendida aspiración hacia la democracia, asociada al desigual avance de la democratización en el marco del desgaste del liberalismo, socavado por tres fuerzas opuestos: las de quienes abandonaron los principios pacifistas liberales para apoyar la expansión imperialista, la del movimiento obrero que al resistirse al desempleo, cuestionó el libre movimiento de los capitales; y la de una nueva derecha radical antiliberal y nacionalista, que politizó las diferencias étnicas y religiosas y fue capaz de movilizar a diversas capas sociales.

HACIA UNA ECONOMIA GLOBAL.

Fines del siglo XIX, Francia, Alemania, EEUU, Bélgica, Escandinavia, Holanda, norte de Italia, Rusia y Japón ya se habían incorporado a la primera ola de industrialización iniciada en Inglaterra a fines del siglo XVIII. Esta situación produjo cambios, la base geográfica industrial se amplió, su organización sufrió modificaciones claves (tanto en el tipo y la movilidad de las inversiones de capital como en el uso de la fuerza de trabajo) y se alteraron las relaciones de fuerza entre los principales estados. Gran Bretaña perdió protagonismo y EEUU se convirtieron en los principales centros industriales del mundo. El crecimiento económico de Rusia y Japón fue espectacular, ambos países iniciaron su proceso de rápida industrialización partiendo de economías agrarias atrasadas, casi feudales, y sus gobiernos desempeñaron un papel desicivo promoviendo inversiones.

Los países de rápida industrialización tuvieron la ventaja de llegar más tarde y así saltear etapas que había recorrido G.Bretaña, donde pudieron arrancar con enormes fábricas que elaboraban los productos más recientemente inventados con las tecnologías de avanzada. En el sur de Europa el proceso de industrialización fue menos integral.

En la era del imperialismo, la economía atravesó dos periodos: la Larga Depresión (1873-1895) y, a partir de la recuperación hasta la Gran Guerra, los años dorados, la llamada belle époque. La Larga Depresión no consistió en un colapso económico sino en un declive continuo y gradual de los precios mundiales. La competencia inducia a bajarlos, lo que provocaba una pérdida en las ganancias. Para contrarrestar esto, se desarrollaron varias estrategias: barreras aduaneras para frenar importaciones, concentración de capitales para eliminar a los productos más débiles e incremento de la productividad de la fuerza laboral. Otra rta fue ocupar territorios extra europeos en busca de mercados, materias primas y fuentes de inversión, en otras palabras, el IMPERIALISMO.

Desde mediados de la década de 1890 comenzaron a subir los precios gracias al mercado de consumo en expansión formado por poblaciones urbanas de las principales potencias industriales y las regiones en vías de industrialización. La belle époque fue una etapa de crecimiento económico e integración, fueron los años dorados del capitalismo, que se derrumbó en el periodo de entreguerras para resurgir a fines del siglo XX.

El comercio mundial se duplicó entre 1896 y 1913, correspondiéndole al imperio británico casi una tercera parte. Las inversiones internacionales aumentaron rápidamente con los capitales británicos a la cabeza y su afán de tender líneas férreas para abaratar el traslado de los alimentos y materias primas. Los principales receptores fueron los países de rápido desarrollo ind; los de reciente colonización europea y algunas colonias claves: EEUU, Australia, Argentina, Sudáfrica y la India.

G.Bretaña fue el centro organizador de esta economía. Sus servicios como transportista, agente de seguros e intermediario financiero se volvieron indispensables. Los avances en el transporte y las comunicaciones posibilitaron la consolidación del mercado mundial. Europa inundó el mundo con sus manufacturas y fue a su vez receptora de productos agrícolas y materias primas provenientes de  sus colonias. El comercio internacional se rigió por el patrón oro. Esto aseguró que los intercambios comerciales y los movimientos de capital tuvieran un referente estable.

Los escenarios políticos: en el cuarto del siglo XIX los estados europeos presentaban fuertes contrastes. Las diferencias se encontraban en la sociedad, la economía, en la industrialización y su impacto sobre el orden agrario tradicional. También se debían al tipo de regímenes políticos y a las tensiones surgidas entre la identidad nacional asumida por los estados y la presencia de otras identidades que aspiraban a ese status nacional y estatal.

Es posible distinguir dos grandes espacios: el este europeo y Europa occ. En el primero se recortaban y entrelazaban tres unidades. Una incluía los grandes imperios multinacionales: el de los Habsburgo en Autria-Hungria y los Romanov en Rusia. La segunda era el ex reino de Polonia, que desde el siglo XVIII había quedado repartido entre Austria, Prusia y Rusia. Por último la zona de los Balcanes. En el norte de occidental se encontraban los principales centros industriales y los estados nacionales más asentados: GB, Francia, Bélgica. Los Países Bajos, Suiza, Escandinavia y Alemania. En el sur España y Portugal y le reciente estado griego tenían desarrollo industrial muy fragmentario. Italia ocupaba una posición intermedia.

En la era del imperialismo, los cambios se entrelazaron con las transformaciones sociales y la reorganización de la política. El avance del capitalismo fortaleció el movimiento obrero, también estimuló el crecimiento y diversificación de los sectores medios: los asalariados del sector privado, la burocracia estatal y el personal directivo de las grandes empresas. Modificó la fisonomía de la burguesía.

En política, hasta el último cuarto del siglo XIX los conservadores fueron los principales rivales de los liberales. El proyecto liberal incluía la defensa de los derechos humanos y civiles, la creación de un sistema constitucional que regulara las funciones del gobierno y las instituciones, que garantizara la libertad individual y redujera al mínimo la intervención delo estado en la economía. Los liberales condicionaron el avance hacia la democracia: aquellos que no tenían educación y carecían de bienes que defender debían ser guiados por los ilustrados. Impedir el voto de las mayorías y asegurar que los asuntos públicos quedasen en manos de los notables.

El debilitamiento de la aristocracia terrateniente, el fortalecimiento de la burguesía  y la creciente fuerza de los sectores medios y la clase obrera gestaron el terreno propicio para el avance de la democracia. Se combinaron las reformas electorales que incrementaron el número de los votantes; con la ampliación del cuerpo electoral, los acuerdos entre los notables cedieron paso a las intervenciones de los partidos  políticos..

Ante la creciente movilización de los sectores populares y el temor a la revolución social, los gobiernos promovieron reformas sociales para forjar un vínculo de tipo paternalista. Las experiencias compartidas en el lugar de trabajo, en los barrios obreros, los espacios  públicos, así como el desarrollo de la org sindical impulsaron la construcción de un nosotros. En la década de 1890 con el avance de los partidos socialistas, que confluyeron en la Segunda Internacional a partir de 1889, el movimiento obrero se afianzó y generalizó.

Desde la perspectiva de la derecha radical, la democracia liberal era incapaz de defender las glorias de la nación y era la responsable de las injusticias eco y sociales que producía el capitalismo.

En Francia, en el Imperio de los Habsburgo y en Alemania, la nueva derecha radical combinó la exaltación del nacionalismo con un exacerbado antisemitismo. En Italia, en cambio, los nacionalistas defendieron la necesidad de apropiarse de nuevos territorios para dejar de ser una “nación proletaria”.

Las ligas nacionalistas nacieron en Alemania en la década de 1880 como instrumento de presión a favor de una política imperialista que, a diferencia de Bismarck, el emperador Guillermo II propició ampliamente. La rebelión intelectual y política de fines del siglo XIX contra la ilustración abonó el terreno donde arraigó el fascismo después del trauma de la Primera GM.

En la era del imperialismo, Europa dejó de ser el centro privilegiado del desarrollo eco y dos nuevas potencias (EEUU Y JAPÓN) emergieron como competidoras. En 1880 EEUU todavía era un país mayoritariamente agrario, pero en 1914 ya se había convertido en el primer centro industrial del mundo. El país ofrecía condiciones geográficas y sociales óptimas para el desarrollo capitalista: un territorio de escala continental con variedad de recursos y un vasto mercado, protegidos por dos océanos. Debido a la Guerra de Secesión (1861-1865) y con el triunfo del norte y su avance hacia el oeste le permitió triplicar la superficie cultivada y afianzar un ámbito agrario muy mecanizado y de alta productividad. En 1913 la producción manufacturera estadounidense equivalía a la de Alemania, GB y Francia juntas. El avance de la producción industrial debió afrontar el problema  de la escasez de la mano de obra. En este marco, Frederick Taylor desarrolló la gestión científica del trabajo. El taylorismo permitía incrementar la productividad sustituyendo al obrero calificado por un trabajo semicalificado, que solo tenía que repetir algunas tareas rutinarias, impuestas por las maquinas. Es este contexto, la producción en serie se impuso tempranamente en los EEUU. Por otra parte, la intensa combatividad de los trabajadores estadounidenses no condujo a la consolidación de partidos obreros, en parte por la heterogeneidad cultural de los trabajadores.

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (147 Kb) pdf (563 Kb) docx (66 Kb)
Leer 95 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com