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HAY QUE PENETRAR EN LA ESTRATEGIA DEL RIVAL


Enviado por   •  30 de Enero de 2016  •  Apuntes  •  1.665 Palabras (7 Páginas)  •  362 Visitas

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Gandhi

CAPÍTULO 3: HAY QUE PENETRAR EN LA ESTRATEGIA DEL RIVAL

En este capítulo se parte de que las mejores jugadas se pueden lograr si aplicamos la Regla 1: Mire hacia adelante y razone hacia atrás. Esta regla se aplica en los juegos simultáneos usando un razonamiento de tipo circular, por ejemplo: “yo creo que él piensa que yo pienso que...”. Es necesario enfocar este círculo entrando en el pensamiento del adversario, incluso cuando no lo conozcamos al momento de realizar su jugada. Si queremos ganar un juego de estos es necesario construir una tabla que muestre los resultados de cada una de las combinaciones de soluciones que podamos premeditar, para después proceder a pensar y decidir estratégicamente en base a las posibles estrategias que puedan usar nuestros adversarios. En este capítulo podemos notar que ahora las cosas no son tan sencillas, ya que el pensar sobre pensar que es necesario para juegos en que los turnos son simultáneos puede resumirse en tres sencillas reglas de acción. Estas reglas se basan en dos ideas muy simples: estrategias dominantes y equilibrio.

Para empezar, tenemos que ver si nosotros o nuestro adversario tiene una estrategia dominante en el juego. Cabe mencionar que cuando hablamos de estrategias dominantes nos referimos a cualquier estrategia que supere las estrategias del jugador en cuestión, independientemente de lo que haga su oponente. Si un jugador tiene una estrategia dominante, su decisión será muy sencilla: éste va a seguir su estrategia dominante sin preocuparse de lo que hagan sus contrincantes. Por ende, esto es lo primero que el jugador debe buscar. Esto conduce a la Regla 2: Si usted tiene una estrategia dominante, utilícela. Y si usted no tiene ninguna estrategia dominante pero su contrincante sí, tenga por seguro que la utilizará y de ese modo prepárese para responder de la mejor manera ante su estrategia.

Podemos encontrar ejemplos interesantes de estrategias dominantes por todas partes, por lo general éstas empiezan a ser detectables en cuanto sabemos lo que estamos buscando. Tomemos en esta ocasión el ejemplo de Indiana Jones en la película Indiana Jones y la última cruzada. En el lugar del Santo Grial coinciden Indiana Jones, su padre y los nazis. Los dos Jones se niegan a ayudar a los nazis a dar el último paso. Los nazis disparan sobre el padre y lo único que puede salvarle de la herida mortal que recibió es el poder curativo del Santo Grial. Con este oportuno incentivo, Indiana se decide a dirigir la expedición al Santo Grial. Pero ahí no acaba todo, hay un último reto: tiene que elegir entre muchísimos cálices de los cuales solo uno es el de Cristo. El verdadero cáliz puede salvar la vida pero los demás son letales. El jefe nazi se impacienta y elige un precioso cáliz dorado, bebe el agua sagrada y cae muerto al instante a consecuencia de elegir el cáliz equivocado. Indiana toma un cáliz de madera, la copa de un carpintero y diciendo “no hay otra forma de averiguarlo” bebe lo que él espera que sea el agua de la vida. Cuando descubre que ha elegido correctamente le lleva el cáliz a su padre y el agua le cura la mortal herida.

Incluso a pesar de que esta escena parezca emocionante, es un poco vergonzoso, al menos para nosotros, que el tan distinguido profesor Indiana Jones no haya tenido en cuenta cuál era su estrategia dominante. Lo más racional debió haber sido que éste le dé el agua a su padre sin probarla él primero, ya que si la elección era correcta, su padre se salvaba igual, pero si era mala, aunque su padre muriera por lo menos se salvaría él. El hecho de probar la copa antes de dársela a su padre no le ayuda en nada puesto que si se equivocase, no tendría una segunda oportunidad y ambos morirían, Indiana Jones por la copa y su padre por la herida. Se pude decir que encontrar estrategias dominantes es mucho  más fácil que ir en busca del Santo Grial. Analicemos la famosa cita de Lord Tennyson: “Más vale haber querido y haber perdido, que no haber querido nunca”. En otras palabras, podemos considerar al amor como una estrategia dominante.

En caso de que ninguno de los jugadores tenga una estrategia dominante, revise si alguno tiene una estrategia dominada, una que sea uniformemente la peor estrategia de todas las que dispone ese jugador. Si existe alguna, aplique la Regla 3: Ignore toda estrategia dominada.

De este modo continúe empleando este sistema en forma sucesiva. En caso de que durante el proceso surgieran estrategias dominantes cuando los juegos vayan quedando reducidos, es preciso elegirlas de manera sucesiva. Si este método termina arroja un resultado único, quiere decir que ya ha encontrado la forma cómo van a decidir los jugadores y es el resultado del juego. Incluso si este método no nos lleva a ningún resultado único, es posible reducir el tamaño del juego y  hacerlo más manejable. Finalmente, si no se han hallado estrategias dominantes o dominadas, o si el juego ya ha sido simplificado al máximo, entonces será necesario aplicar la Regla 4: Busque un equilibrio, es decir, un par de estrategias en las que la acción de cada jugador es la mejor respuesta a la jugada del otro. Si hay un solo equilibrio de este tipo es probable que existan razones suficientes para que todos los jugadores lo elijan. En cambio si existen varios equilibrios es necesario plantear una convención o alguna regla que permita elegir a cada uno de ellos. Si no hay ningún equilibrio, significa que un juego predecible de algún jugador será explotado por sus adversarios, lo cual indica que existe necesidad de combinar las jugadas. Por lo general, en la práctica, los juegos suelen tener algunas jugadas de turno consecutivo y otras de turno simultáneo, en cuyo caso se necesita usar una combinación de estas técnicas para pensar y decidir qué acciones se deben tomar.

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