Historia Boyaca

Antes de la conquista española el territorio boyacense era asiento de la civilización chibcha, la cual en sus manifestaciones de organización social, cultural y productiva era la más desarrollada del país. Su nombre se origina del vocablo chibcha Bojacá que significa "cercano del cacique o región de la manta real". Una vez conquistada América, el gobierno fue ejercido por el gobernador general nombrado directamente por el rey. Después de varios siglos de dominación española y tras arduas y heroicas batallas se obtuvo la libertad definitiva en la batalla del Puente de Boyacá, donde el día 7 de agosto de 1819 las tropas al mando del libertador Simón Bolívar se impusieron sobre los españoles.

La Constitución de Cúcuta en 1821 dividió el país en departamentos, éstos en provincias, las provincias en cantones y éstos últimos en parroquias; así inicio su vida como entidad administrativa el departamento de Boyacá integrado por las provincias de Tunja, Pamplona, Socorro y Casanare. Por virtud de la Ley del 15 de junio de 1857, Boyacá obtuvo su creación como Estado soberano formado por las provincias de Tunja, Tundama, Casanare, los cantones de Chiquinquirá y Vélez; según la Ley del 31 de octubre del mismo año se crearon 4 departamentos, Tunja con 42 distritos, Tundama con 46, Casanare con 21 y Oriente con 6.

Mediante la Constitución de Rionegro en 1863 las divisiones administrativas de Boyacá sufrieron varias modificaciones y según la Ley 10 del mismo año se adoptó una nueva división en 6 departamentos: Casanare, Tundama, Norte, Occidente, Oriente y Centro. La Constitución de 1886, de carácter centralista, dividió el país en departamentos, éstos en provincias y las provincias en municipios; las provincias fueron suprimidas en 1911 por Decreto Ejecutivo No. 306 y varios municipios le fueron segregados para constituir la comisaría de Arauca; posteriormente los municipios pertenecientes a la Orinoquia formaron la intendencia de Casanare, siendo su territorio anexado nuevamente al departamento de Boyacá hasta el año de 1973, cuando de nuevo se le segregó.

Los monumentos dan cuenta de la importancia de Boyacá para la historia de Colombia.

El departamento fue escenario de muchos acontecimientos de trascendencia para la gesta libertadora.

Boyacá es como un libro de historia contado en 123 capítulos. El territorio boyacense fue el escenario que vio nacer a algunas de los primeros civilizaciones de Colombia: muiscas, chibchas y tunemos o U’was habitaron el territorio prehispánico y dejaron su huella en la tierra con asentamientos y sitios de adoración que persisten hasta nuestros días en Villa de Leyva, Tunja, Sutamarchán entre otros, y que incluso todavía viven en una porción al norte del departamento en Cubará.

Luego llegaron los españoles y con ellos las encomiendas, la fundación de ciudades como Tunja (1539) y el arte religioso que se conserva en miles de iglesias levantadas para convertir a los indígenas a la fe católica.

Pero, sin duda alguna, es por la gesta libertadora que el nombre de Boyacá gana especial protagonismo. Casi todos los municipios guardan un pedazo de ella.

En Boyacá se libraron las batallas decisivas de la campaña que lideró Simón Bolívar, como la que ocurrió una mañana del 25 de julio de 1819 en un pantano cerca a Paipa, en el que las tropas independentistas derrotaron a las milicias realistas a pesar de que los superaban en número y, luego de un tortuoso paso por el Páramo de Pisba, también salieron victoriosos en la Batalla del Pantano de Vargas.

Trece días después, en un puente sobre

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