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Historia De la fundación de Pando - Cobija


Enviado por   •  17 de Febrero de 2014  •  Ensayos  •  1.788 Palabras (8 Páginas)  •  859 Visitas

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Historia De la fundación de Pando - Cobija

La ciudad de Cobija fue fundada el 9 de febrero de 1906, por el Tcnl. Enrique Cornejo Fernández, con el nombre original de “Puerto Bahía”, al margen derecho del río Acre; se encuentra a 235 metros de altitud. Fundada por la visión geopolítica y preocupación del Gral. Pando que a la sazón había dejado de ser Presidente de Bolivia y fungía como Delegado Nacional en el Territorio de Colonias. Poco después de su fundación en 1906, la entonces Puerto Bahía se fue poblando de gente llegada de todas partes del mundo. En 1908, cuando el Ministro de Colonización y Agricultura, Manuel Vicente Ballivián ordena el cambio de nombre de Puerto Bahía por el de “Cobija”, en honor al puerto boliviano de Cobija, en el Departamento del Litoral y por que el nombre original causaba confusiones en los embarques y mercaderías llegadas desde Europa, al existir otra ciudad brasileña llamada casi igual.

El año 1915 el Delegado Carlos Gutiérrez, dispone que la capital del Territorio de Colonias sea la ciudad de Cobija en forma definitiva, por el vertiginoso progreso que había alcanzado ésta. Para ese entonces, ya la ciudad albergaba a una numerosa colonia de extranjeros llegados de lejanos lugares que habían venido atraídos por la fiebre del “oro verde”(la siringa o Fiebre del Caucho).

La ciudad se vio llena de comerciantes, buscadores de fortuna y aventureros tratando de entenderse entusiasta y dificultosamente en sus extraños idiomas para obtener un lucrativo negocio que les permitiera llenarse los bolsillos de algunos miles de libras esterlinas oro, moneda de uso común en esos años. Se contaba con varios Consulados, como el brasileño, el peruano, el italiano y el francés.

Probablemente, la primera época o periodo de la historia de Cobija, la que transcurrió entre su fundación y los años 30 del 1.900, fue la mejor de su vida institucional. Existían en la pequeña y floreciente ciudad todos los adelantos de la técnica de la época y las libras esterlinas corrían, tintineando libremente, en una alucinante ronda de riqueza que parecía que nunca iba a terminar. Se contaba con un excelente sistema de alumbrado público con un generador movido con una gran caldera de vapor; el agua potable por cañería era una realidad el año 1.912 y se la recogía de las vertientes superiores de la ciudad, lo que garantizaba su pureza y potabilidad; allá por el 1.920 la Delegación instaló una pequeña red de teléfonos a magneto; se estaba analizando proveer de un moderno servicio de correos en base a la utilización de aviones (en diciembre de 1926 se realiza un vuelo de prueba con el hidroavión “Cnel. Salazar” que sale de Riberalta con destino a Puerto Maldonado, haciendo una escala en la barraca El Sena).

Las grandes embarcaciones llamadas “chatas” que venían a recoger la goma para llevarla después en barcos hasta los siempre ávidos e insaciables mercados de Europa, traían la más fina mercadería y productos lujosos para las barracas caucheras y para los habitantes y empleados de la Delegación. Entre estas grandes “chatas”, sobresalían por su capacidad de carga y pasajeros la “Tuchao” y la “Itacuatira”.

Según unos interesantes Censos realizados por la Delegación del Territorio de Colonias, en 1.917 habían en Cobija poco más de 1.700 habitantes que representaban a más de 20 nacionalidades de absolutamente todos los continentes, y el año 1.925 unos 3.000 habitantes.

En este periodo dorado, la pequeña y encantadora ciudad de Cobija ganó el calificativo de “Perla del Acre”, años después, se le honraría con el título de “Centinela de la Nacionalidad”.

José Salmón Ballivián en su obra “POR TIERRAS CALIENTES” decía de Cobija en 1929: “Tiene un aspecto peculiar, sui géneris que no es boliviano, es decir, no es colla, ni beniano, ni cruceño. Tampoco es una ciudad brasileña ni tiene parecido a ninguna otra fuera del aire señorial que caracteriza a todas las poblaciones tropicales, adornada por nobles y aristocráticas palmeras:”

Cuando los árboles de goma de la lejanísima Malasia comenzaron a producir el preciado látex, el imperio del caucho se desmoronó en América del Sur en forma irremediable. Las semillas sacadas de contrabando y aclimatadas exitosamente en Malasia el año 1876, a miles de kilómetros de su lugar de origen, originaron el fin del auge, que duró treinta años en el prodigioso Territorio de Colonias y poco más de veinte en Cobija.

Las barcazas que llegaban de Europa trayendo finas mercaderías y anclaban en el puerto de Cobija durante semanas dejaron de venir. Los grandes comerciantes armaron bártulos y se marcharon definitivamente de la ciudad, buscando un mejor futuro en otras latitudes. El lujoso Casino, que atraía a jugadores de diversos lugares, especialmente a los grandes potentados brasileños de la goma, cuya riqueza era tan portentosa como la de Nicolás Suárez, ya no llegaron más a Cobija y tuvo que cerrar sus puertas.

Nunca más se realizaron las suntuosas fiestas y banquetes en el “Chalet Yotala”, sede de la Delegación del Territorio de Colonias, donde el Delegado ofrecía espléndidas recepciones a la sociedad cobijeña en los aniversarios patrios y a las delegaciones internacionales que llegaban a Cobija.

Fue esta, indudablemente, la peor época que le tocó vivir a Cobija, luego se crea 24 de septiembre de 1938 el Departamento de Pando, con la Ley del presidente German Busch Becerra se disponía, inclusive, que la capital del nuevo departamento fuera la localidad de Puerto Rico, a casi 200 kilómetros de Cobija. Recién en el año 1939, por Decreto Supremo del 15 de mayo y, legalizada posteriormente, por Ley de la República de 29 de septiembre de 1945 en el gobierno del presidente Gualberto Villarroel , se traslada la capital departamental a esta ciudad de Cobija, en la que textualmente dice: “Teniente Coronel Gualberto Villarroel Presidente Constitucional de la República: Por cuanto la H. Convención

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