Historia Del Algebra

La historia de la matemática. Una forma de motivación en las actividades programáticas

Hay que comprender el pasado para conocer el presente. Llevando este pensamiento a nuestro ámbito de la Enseñanza de la Matemática, suscribimos sin más ambages la aludida cita de Bell (1985, p.54): “Ningún tema pierde tanto cuando se le divorcia de su historia como las Matemáticas”. Son múltiples y de muy diversa tipología las razones que se pueden mencionar para justificar o al menos aconsejar que la Historia de la Matemática debe ser un elemento importante a considerar en la Didáctica de la Matemática.

La motivación del estudiante por otro lado también representa una influencia importante en el aprendizaje, sin embargo hay que mencionar que la motivación en la educación actual del país está ausente, nos encontramos frente a un sistema de educación mecánico y poco motivador para los estudiante, es por eso que uno de los retos más frecuentes para un docente es encontrar la fórmula para motivar a los alumnos a aprender. Con motivación, todo es más fácil en el aula.

Dicho esto es obvio que tanto la historia de la matemática como la motivación del estudiante son un complemento esencial para el buen desarrollo del aprendizaje de las matemáticas, es entonces cuando le corresponde al docente la tarea de buscar formas de mantener al estudiante motivado, interesado en la clase y en los contenidos a desarrollar, de manera de mantener su atención y mostrarle lo fascinante e importante que son las Matemáticas. Para ello, el profesor debe apoyarse en estrategias de enseñanza que tengan como base la unión de la historia de la matemática en las actividades programática.

Con la finalidad de buscar e interpretar la relación e importancia existente entre la historia de la matemática y la motivación de los alumnos es bueno hacernos las siguientes preguntas: ¿Qué objeto tiene enseñar Matemática con su Historia? ¿Podrías involucrar más a los alumnos en los proyectos de clase, generar más debate, estimular preguntas o simplemente inducir al esfuerzo?

Panamá cuenta con un porcentaje de matrícula de 79,7%, lo que lo convierte en el líder de la región Centroamérica, seguido de Belice con un 78,3. Entre tanto, el segundo Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Serse), sobre aprendizaje de los estudiantes de América Latina, realizado por la Unesco, dio a Panamá una puntuación inferior al promedio en la materia de matemáticas entre los estudiantes del tercer grado. Evaluación que comparte junto a: Guatemala, Ecuador, El Salvador, Nicaragua, Paraguay, Perú y República Dominicana. Este promedio nos indica que los estudiantes en panamá no están interesados en la matemática, no están motivados a aprenderla, no les llama la atención e incluso muchos le temen con solo escuchar su nombre.

Tradicionalmente para conseguir que el alumno estuviera motivado en clases y que su comportamiento fuera el deseado se recurría a factores extrínsecos, como premios y castigos. Sin embargo, es interesante saber que cuando asignamos tareas complejas, que requieren de un esfuerzo y una creatividad mayor, este tipo de recompensas no funcionan para sostener la motivación a largo plazo.

Esta afirmación no es una sospecha o una opinión sino una realidad documentada durante más de 50 años por expertos y estudios sociales sobre el comportamiento humano.

Los alumnos trabajan mejor cuando comprenden cuál es el propósito detrás de un proyecto de aula y especialmente ven su utilidad dentro de su futuro profesional.

Cuando un profesor está desarrollando su labor de enseñanza, en resumen un profesor de matemáticas, no sólo debe transmitir esa serie de conceptos teóricos y prácticos que permitirán al alumno alcanzar los objetivos didácticos mínimos para superar el tema, o alcanzar los mínimos estipulados para finalizar el curso con resultado positivo; el docente además, tiene que mostrar a los jóvenes de qué modo se fue construyendo nuestra Ciencia y de presentar a sus creadores para lograr así que el estudiante vea a las matemáticas como lo que es : un producto de la actividad humana que se originó a partir de diferentes estímulos, en ocasiones para resolver problemas prácticos y otras veces por motivos de orden artístico o espiritual; tienen que formar a personas dentro del ámbito del conocimiento. Y esa capacidad cultural no sólo se aplica al campo de su especialidad; en este caso, nos referimos a que el profesor de matemáticas debe enseñar al alumno cuáles son los aspectos importantes que han marcado el curso de la historia de esta materia, mostrar el carácter cambiante de la misma, permitiendo así modificar esa fría imagen estereotipada que todos tienen cuando escuchan la palabra matemática.

La matemática en su forma pura suele ser emocionante, atractiva e incluso divertida para quienes la amamos, pero esto no implica que todos nuestros alumnos la vean de la misma manera.

Pero no es necesario cambiar la matemática sino simplemente presentarla de una manera diferente, vistámosla con sus mejores ropas y presentémosla con sus mejores galanes, esto quiere decir que debemos ampliar nuestras actividades y llevarlas a enfocar el origen de lo que se está desarrollando, resaltar a esos precursores de lo que hoy conocemos, enfocarnos en el porqué de los conceptos teóricos y prácticos,

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