Historia Del Arte

Los emperadores, y especialmente Justiniano, utilizaron la arquitectura como un instrumento político para impresionar a los pueblos, tanto del interior como del exterior del Imperio. Los elementos incluidos siguen cánones estrictos que dignifican la vida de los emperadores y de las figuras religiosas, fines didácticos las imágenes mostraban escenas de la Biblia y el Evangelio, los nuevos símbolos cristiano.

Los mosaicos cubren los muros interiores y las cúpulas. En los muros el espacio es simbólicamente dividido en tres partes: inferior para las representaciones terrestres, media para las representaciones de transición y superior para el cielo. A diferencia del arte romano que colocaba el mosaico en los pavimentos, el arte bizantino, en su deseo de riqueza recubre los muros y bóvedas de mosaicos de gran colorido y exquisita finura. Suelen representar a las figuras con un carácter rígido e inmaterial, con una disposición simétrica, una gran luminosidad en un intento de plasmar lo sobrenatural. Al igual que en el arte tardío romano, la técnica adoptada es el “opus tesselatum”, que mezcla piedras y vidrios de color. Preferencia al dorado y se instituye un simbolismo rígido para los demás colores, púrpura de los emperadores y del Cristo resucitado

La técnica de los mosaicos del arte bizantino consiste en amblar pequeños cubos coloreados y esmaltados con cemento en los muros. El mosaico se construye usando pequeñas piezas de mármol, cristales, esmaltes de diferentes colores que van a formar a la imagen representada. En algunos casos hasta piedras preciosas con oro para trabajos primorosos de decorado suntuoso. Las pequeñas piezas reciben el nombre de teselas y pueden tener unas dimensiones inferiores a un centímetro y esmaltados con cemento en los muros. N Las mezclas de las teselas una al lado de la otra no solo forman un dibujo si no que crean colores por cercanía. Esta técnica llevo a otra técnica: el puntillismo a finales del siglo XIX.

Mosaicos de Bizancio: http://www.oocities.org/ar/rolandcasti/bizancio/mosaicos_bizantinos.html

Sofía de Constantinopla la primera cúpula iba cubierta con un mosaico de oro. La definitiva, al parecer, llevaba como decoración una enorme cruz. A la entrada de Santa Sofía hay que levantar la vista para ver el que es quizás el mosaico bizantino más famoso del mundo: el Cristo pantocrátor, que está encima de la puerta principal. En este edificio podemos contemplar casi sin dudarlo los mejores mosaicos del periodo bizantino, los que sirvieron de modelo y referencia para todo el arte ortodoxo posterior, una interesante colección de mosaicos en muy buen estado, tan famosos como la Virgen y el Niño, El famoso retrato de la emperatriz Zoe el emperador Juan, con la Virgen y su esposa Irene…

San Vital de Ravena resplandecen los paneles que representan a Justiniano con su séquito y a su esposa Teodora con

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