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Historia Del Botón, Cierre, Aguja Y Chaleco


Enviado por   •  10 de Febrero de 2015  •  3.068 Palabras (13 Páginas)  •  306 Visitas

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Historia del botón, cierre, aguja y chaleco

 Botón

El botón fue utilizado desde la prehistoria pero fabricado en serie desde el siglo XII. Se tiene conocimiento de que los primeros botones eran utilizados desde la antigüedad, no con el sentido funcional con el que hoy los identificamos, sino a modo de joya, cosidos sobre la ropa o sobre otros accesorios. Conchas de moluscos, talladas y perforadas, dientes de animales, marfil, ámbar, ágata, turquesa y cristal de roca fueron los primeros materiales utilizados para esos adornos. Los más antiguos botones decorativos datan del año 2000 a.C.

Los griegos y los romanos sujetaban sus túnicas con las fíbulas (especie de alfiler o broche cuyo uso se conoce desde el siglo XV a.C.), a las cuales, en ocasiones, añadían botones elaborados en marfil, hueso, gemas incrustadas o revestidos en oro. Con ello, el botón cumplía otra de las funciones de la vestimenta desde sus orígenes: la de clasificación o diferenciación social.

Durante la Edad Media se hacían de cuerno o de cristal y solamente la gente que poseía riquezas podía darse el lujo de llevarlos. En el siglo XII, se puso de moda llevar las mangas muy justas, hasta el puño, todos los días las costureras cosían y descosían las mangas de las damas, los botones facilitaron el trabajo. En el siglo XIII se empezaron a poner de moda, conjuntamente con otros adornos de vestir, tales como prendedores y camafeos. En 1350 los cruzados lo trajeron a Europa.

Anteriormente los ricos se ataban la ropa con corchetes, y los más pobres usaban nudos o ganchos. Es en este momento cuando se define también una convención en cuanto al cierre de los botones por ambos sexos: las prendas femeninas se abotonan de derecha a izquierda y las masculinas a la inversa. Existen varias teorías al respecto, pero la más aceptada es que la mujer solía colocar al niño de pecho sobre el brazo izquierdo, dejando el derecho libre para poder abrir con facilidad el corpiño y así, alimentar al bebé. El hombre debía tener también el brazo derecho libre, pero para utilizar la espada y, si necesitaba desabotonarse alguna prenda, debía hacerlo con la izquierda.

La utilización práctica del botón, con lo cual se define verdaderamente este pequeño elemento o complemento del traje, fue posible gracias a la introducción en Occidente del ojal. La aplicación del carácter utilitario al botón no detuvo su uso decorativo, sino todo lo contrario, en el siglo XV, en la corte de Enrique IV de Castilla, se comenzó a usar como elemento decorativo, combinado con las pasamanerías. Durante el siglo XVI se fabricaron artesanalmente magníficos botones, muy trabajados y elaborados con oro, plata e incrustaciones de joyas. Tener ropas con botones, en esa época, era muestra de lujo y buen gusto. En el siglo XVII comenzaron a realizarse forrados de tela y decorados con bordados. Fueron utilizados para casi todas las prendas: camisas, casacas, calzones, los guantes tenían botones con la excusa de que debían de ajustarse bien a las muñecas, algunos cortesanos usaban también pañuelos con botones; mientras más se ajustaba la vestimenta al cuerpo, más botones aparecían sobre ellas, convirtiendo a esta parte de la indumentaria en verdaderas obras de arte realizadas por orfebres. En el siglo XVIII, los botones del cuello tenían formas eróticas, se llevaban disimulados detrás, según el modelo el botón decía mucho de la persona que lo llevaba.

Un jubón masculino podía disponer de más de 50 botones para su cierre y un vestido femenino hasta 200. Los botones valorizaban el traje y la persona, si no estaban abrochados era síntoma de dejadez, los materiales para su fabricación son variados, se utilizaba: las maderas exóticas y preciosas como el "Ébano", los caparazones de tortugas, el marfil, hueso, rafia, lana, cuero, cerámica, cristal… Hacia 1750, en Inglaterra ya comenzó a convertirse en un elemento más práctico que ornamental.

Se tienen referencias que, desde la Edad Media, muchos recurrían al empleo de imitaciones, fueron acogidas con entusiasmo por el público y llevadas incluso, por cortesanos de renombre. En 1758, el joyero alemán Joseph Strasser, encontró la fórmula para lograr una imitación casi perfecta de las piedras preciosas, su nombre ha llegado hasta nuestros días para designar esta clase de piedras falsas. Se empezaron a fabricar en América alrededor del 1800. Se realizaban en bronce o hueso, pero posteriormente se los hizo en porcelana, marfil, metales, madera, vidrio, perlas y plástico.

La alta costura lo feminizó y, a partir de 1930, se comenzaron a usar resinas sintéticas, elemento que permitió hacerlos de todas formas, colores y tamaños.

La presencia del botón en la indumentaria actual ha mantenido, en algunos casos, el carácter simbólico y la tradición heredados de la historia de este elemento. Lo que en un inicio tuvo un sentido utilitario se ha mantenido como ornamento sin alguna referencia a sus orígenes, los uniformes militares no se conciben sin la presencia destacada de ellos, como símbolo de poder y ostentosa dignidad, como legado de las largas chaquetas de la moda barroca; con el auge de las firmas y marcas de moda, suelen utilizarse los botones como emblemas de la creación o pertenencia al nombre de un determinado creador o casa de costura.

Botón de la Edad de Botones Griegos Botón de bronce

Bronce Tardío de Cerámica y Piedra usado por el ejército

de marfil chileno

 Cierre

A finales del siglo XIX, cuando se empezaron a fabricar botas altas para defenderse del fango de las calles de las ciudades, abrocharse los múltiples botones o los largos cordones parece que era un verdadero incordio.

Algunos ingenieros empezaron a buscar sistemas de cierre más prácticos, como Elias Howe, el mismo que había inventado la máquina de coser. Howe consiguió una patente en 1851 para un 'cierre para ropa automático y continuo', que consistía en unos ganchitos que se ponían en los dos lados de la ropa que se quería cerrar e iban atados. No se molestó en comercializarlo debido al éxito que consiguió con su máquina de coser (le ganó los royalties a Singer después de una batalla legal y se hizo millonario).

Cuarenta y cuatro años más tarde, Whitcomb L. Judson, un mecánico al que le encantaba fabricar todo tipo de máquinas que ahorrasen trabajo (inventó también

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