Historia UNAM

HISTORIA DE LA UNAM

Para entender la historia de la UNAM tenemos que remontarnos a tiempo donde México se llamaba la Nueva España, donde la educación no era para todos y sobre todo porque no existían tales universidades como las conocemos hoy en día. En la Nueva España las instituciones educativas eran los seminarios, que obviamente sólo brindaban educación a los sacerdotes o en su caso a las personas que querían dedicar su vida a la religión. Fray Juan de Zumárraga, franciscano, y el virrey Antonio de Mendoza fueron los primeros en iniciar el proyecto para la creación de la primera universidad, sin embargo Fray Juan de Zumárraga tenía pensado que esta universidad podría servir para educar a los recién convertidos, es decir a los indígenas, ya que España había aplastado como a una cucaracha sus creencias, valores, tradiciones, obligándolos a adoptar su religión. Esto no fue posible ya que la nueva universidad se centraría en impartir la educación a las clases privilegiadas.

En el año de 1551 el 21 de septiembre fue creada la Real Universidad de México, siendo la primera universidad de la Nueva España, autorizada por la cédula real de Carlos I y firmada por el Príncipe de Asturias, inaugurando sus cursos el 25 de enero de 1553, estando como virrey Luis de Velasco.

EL 7 de octubre de 1595 adquirió la denominación de pontificia por la bula del papa Clemente VIII, esta bula se pierde en 1595 y se vuelve a expedir en el siglo XVII.

En un principio esta universidad contó con pocos estudiantes. El prestigio de sus egresados era muy grande. Los egresados eran religiosos, profesionales y académicos de la teología, derecho y medicina. El saber estaba agrupado para su estudio según el medievo: en trivium (gramática, retórica y lógica) y en quadrivium (aritmética, geometría, música y astronomía). El idioma de estudio fue el latín. Debido a la denominación de "pontificia", para que se pudieran otorgar los grados académicos, era necesario que el magister scholarum asistiera a otorgarlos en nombre del Papa.

Durante el tiempo del Virreinato, la Universidad Pontificia fue el Centro Superior de Cultura, institución donde estudiaron algunos de los personajes más distinguidos que diera la Nueva España. El edificio que ocupó por primera vez la Real y Pontificia Universidad de México, se localiza en el centro histórico de la Ciudad de México, en la actual calle de Moneda, frente a la catedral Metropolitana de la ciudad de México. Poco tiempo después el Papa Paulo IV confirma a la Universidad como Pontificia, concediéndole gozar de los privilegios de la Universidad de Salamanca (1555). Dicha Universidad conservó este nombre hasta el año de la Independencia (1821), después del cual se llamó Pontificia y Nacional Universidad de México.

En el siglo XVIII se crean otras instituciones de educación superior, con funciones semejantes a las de la Real y Pontificia Universidad de México, entre las se pueden citar: la Real Escuela de Cirugía, fundada en 1778, el Real Colegio de Minería, en1792, y, dos años más tarde, la Academia de San Carlos de Bellas Artes.

Once años después de iniciada la etapa independiente de México, el Vicepresidente Valentín Gómez Farías clausura la Universidad en 1833. Fue cerrada en los años de 1833, 1857, 1861 y definitivamente en 1865. No fue bien vista por los liberales, que la hacían ejemplo del retroceso. El emperador Maximiliano la reabrió para luego clausurarla. Al desaparecer la Universidad, quedaron establecimientos para el estudio de la medicina, la ingeniería, la teneduría de libros, la arquitectura y la jurisprudencia, a los que se sumó más adelante la Escuela de Agricultura.

Después del cierre de la Real y Pontifica Universidad de México, el presidente Porfirio Díaz inaugura la Universidad de México el 22 de septiembre de 1910 luego de la presentación de la Ley

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