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Historia humana e historia natural


Enviado por   •  25 de Agosto de 2013  •  Ensayos  •  2.952 Palabras (12 Páginas)  •  1.111 Visitas

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V. GORDON CHILDE

I. Historia humana e historia natural

Chiide plantea que el progreso es, a su juicio, sólo la evolución histórica de la humanidad mirada desde una perspectiva de largo plazo y planetaria, objetiva sólo si se la despoja de juicios de valor que dependan exclusivamente del punto de vista del opinante.

Señala luego cómo el aumento de información sobre el pasado ha ido ampliando la perspectiva histórica desde los 1.500 años que abarcaba la historia británica y de los 5.000 que abarca la historia de los griegos y romanos —que a él le impartieron en la escuela— hasta llegar a los 500.000 años que incluye la prehistoria de la especie humana. Se establece así un fuerte vínculo entre la visión humanista de la Historia y la visión materialista de ciencias naturales como la Biología, la Paleontología y la Geología

Menciona a Marx cuando insiste en la importancia fundamental de la producción y de los saberes prácticos en la generación del cambio social, visión que incluye de modo natural a la prehistoria y que convierte a la historia en historia cultural. Analiza entonces los medios que usan los historiadores prehistóricos, los arqueólogos, para sacar conclusiones en base a los restos materiales preservados hasta nuestros días: los utensilios, artefactos, armas, viviendas, el modo en que obtenían sus alimentos, monumentos. Esto requiere la combinación de ciencias como la Geología (estratos del terreno y su origen), Química (materiales y la forma en que se obtuvieron), Física (instrumentos de medición de características y procesos sufridos por los restos y la determinación de su antigüedad).

Childe considera que la 1ª etapa cultural (o de organización social) es la de los grupos familiares autosuficientes capaces de obtener por sí mismos todo lo necesario para asegurar su subsistencia y reproducción, sin que para ello sea indispensable la colaboración de otros grupos humanos (aunque haya contacto con ellos). Es la etapa de la agricultura y el transporte elemental, la huerta, los pequeños cercados, las canoas de pesca, los útiles de piedra toscamente tallado. En esta etapa es imposible la fabricación de un útil complejo como un hacha de bronce que requiere rasgos culturales como especialización laboral y la capacidad de obtención de materias primas de regiones lejanas, rasgos que corresponden a etapas posteriores de "progreso"

Para Childe es la causa de la relativa rapidez (unas pocas generaciones) con que se producen los cambios en el modo de vida humana, en comparación con la mucho más lenta evolución física producida por la selección natural de Darwin menciona que un indicador importante del éxito de una forma de vida dada: el aumento del número de personas de ese grupo, o aumento de población, directamente determinable a través de la cantidad de entierros encontrados. Ejemplifica este criterio con la Revolución Industrial, cuando se registró en Gran Bretaña una duplicación de la población en sólo 50 años, duplicación que previamente había requerido más de 2 siglos. Introduce aquí el concepto de revolución, término que aplicó en etapas como la Revolución Neolítica y la Revolución Urbana, siendo el responsable de su incorporación en las ciencias sociales.

II. Evolución orgánica y progreso cultural

Este capítulo está dedicado a dilucidar las semejanzas y diferencias entre la evolución natural, que modifica los rasgos físicos de los animales, y la evolución cultural, que modifica las costumbres y el entorno artificial que las personas fabrican para adaptarse mejor al medio ambiente. Se incluyen tanto los rasgos físicos que hacen posible esa capacidad tecnológica, como los mentales.

Inicialmente señala rasgos físicos que facilitan la adaptación de algunos animales salvajes a su medio ambiente: la gruesa lana del carnero lo protege del frío clima de las alturas; los conejos pueden excavar madrigueras subterráneas para protegerse del frío y los depredadores usando su hocico y sus patas; los leones cazan su alimento valiéndose de sus dientes y garras. Las personas prehistóricas, en cambio, se calentaban haciendo fuego y usando abrigos de pieles o lana; construían viviendas con hachas, picos y palas; cazaban sus presas con flechas y lanzas. Los animales heredan, como instintos, las técnicas para cazar su presa, pero hoy se sabe que el aprendizaje también forma una parte importante) de su adquisición Las personas, en cambio, aprenden de las enseñanzas y del ejemplo de sus mayores, al tiempo que heredan el inmenso bagaje de tecnologías de sus predecesores. La diferencia fundamental es que la adquisición de los rasgos corporales depende de un proceso de selección que insume centenares de generaciones, mientras que los artefactos y las costumbres humanas pueden modificarse de modo mucho más rápido, aunque ello requiera vencer una importante resistencia mental al cambio.

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Childe ilustra, con un ejemplo, el proceso de selección natural. Antes de las Edades de Hielo había en Europa y Asia varias especies de elefantes, antecesores de los actuales y de piel desnuda como ellos. Al producirse la drástica disminución de temperaturas algunos elefantes desarrollaron por azar un abrigo de pelos que les permitió sobrevivir mejor al rigor del clima. No es que un día un elefante se decidió a tener pelos para estar más abrigado, sino que los que los tenían dejaron más descendencia transformándose en los mamuts que suplantaron finalmente a los elefantes de piel desnuda. La especie humana, en cambio, se adaptó mejor a esos mismos cambios climáticos mediante el uso de innovaciones técnicas que daban en herencia cultural a sus descendientes: una herencia de comportamientos adquiridos que no es genética sino cultural. La ventaja de la segunda forma de adaptación se puso en evidencia cuando la especie de los mamuts se extinguió a fines de las Edades de Hielo porque su adaptación física demasiado lenta no le permitió adaptarse al cambio de los alimentos y el aumento de las temperaturas. La especie humana, en contraposición, cambió de presas y de ropas tan pronto como fue necesario. Childe enfatiza aquí un principio general descubierto por los estudiosos de los animales fósiles: en un planeta siempre cambiante el exceso de especialización es, a largo plazo, una garantía de extinción.

La gran adaptabilidad de la especie humana a medios cambiantes proviene de su sistema nervioso, en especial de su cerebro. El sistema nervioso y los órganos sensoriales proporcionan a las personas gran cantidad de información sobre su entorno. El control que el sistema nervioso tiene sobre los músculos usa esa información para actuar de modo rápido ante cualquier peligro

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